“Réferi, no pites por favor, que se nos va el capitán (...)”. Esa frase que versa en la canción ‘Bryan Ruiz’ de la Banda 11/04 Música Manuda, con Celso Borges en la batería, no podía ser más exacta.
Pasó este 17 de diciembre. El pitazo de Pedro Navarro que ni siquiera se dio, porque las luces se apagaron, marcó el final de la carrera de Bryan Ruiz como futbolista profesional, en una tarde noche tan mágica como esa prodigiosa zurda que lo llevó a ser referente de Liga Deportiva Alajuelense, ídolo del FC Twente y una insignia en la Selección de Costa Rica.
Fue en el Estadio Alejandro Morera Soto a reventar, ovacionado, con muchos aficionados que no contuvieron las lágrimas al caer en cuenta de que aquel flaco, espigado, de pelo largo, que tenía una gran proyección y que logró entrar en el selecto grupo de los mejores jugadores de campo en la historia del fútbol nacional, decía adiós.
Sí, el adiós del ‘10′, de ese mediocentro ofensivo que sabía cómo sostener la bola y qué hacer con ella, que puso al país de cabeza con el gol que le marcó a Italia en el Mundial de Brasil 2014 y que fue el encargado de levantar esa tan añorada copa 30 del liguismo en 2020.
Es ese jovencito que siempre ha estado orgulloso de ser de San Felipe de Alajuelita, que disfruta cada vez que va a darse una vuelta por el barrio. Es uno de Los Nietos del Abuelo, el equipo de niños entrenado por don Rubén González.
Por eso, el abuelo de Bryan no podía faltar a la despedida y vivirla en primera fila. Él estaba ahí, girando instrucciones al lado del técnico de Andrés Carevic y sin duda, que en medio de la nostalgia, él lo disfrutó tanto como el capitán y la afición.
Bryan Ruiz se veía en la cancha con sus compañeros de Alajuelense, con quienes pasó tantas cosas buenas como malas en estos últimos dos años, en los que él regresó a donde todo comenzó.
Estaba al lado de su gran amigo Celso Borges, a quien le heredó una serie de responsabilidades en la Liga, sabiendo que él no le fallará.
También logró que Álvaro Saborío regresara al fútbol, al menos para este partido de su despedida.
Cuando el exdelantero le dio el sí, Ruiz sintió una gran alegría. Primero, porque sabe lo que la afición de la Liga se identificó con el futbolista y lo feliz que fue él en esos seis meses que sudó la camisa rojinegra.
Además, el ahora excapitán de Alajuelense pensó en que invitarlo a su fiesta era una forma también de homenajear a Saborío, quien todavía no ha tenido un partido de despedida y quería que él tuviera la oportunidad de jugar con la Liga a estadio lleno.
Bryan Ruiz también jugó unos minutos al lado de su hijo mayor, Mathías. El jovencito de 15 años desde muy pequeño inició su etapa de formación en el fútbol y sueña con construir su propia historia.
Para él, estos días han sido una experiencia inolvidable. Su papá lo convocó y hace algunas semanas bromeaba con que no era para que se estresara, sino más bien para que se preparara. Entrenaron juntos y jugaron juntos. Era un sueño para el padre y para el hijo.
A sus 37 años, Bryan Ruiz puso punto final a su carrera como futbolista profesional, una etapa que inició en 2003 con Alajuelense y continuó en Gent, Twente, Fulham, PSV Eindhoven, Sporting de Lisboa y Santos, culminada con su regreso a la Liga.
Tan sólo quedaba pendiente el show final, lo que era un espectáculo para su adiós.
En apenas un minuto de partido, Bryan Ruiz volvió a anotar con el Twente. Toda la banca del equipo neerlandés salió a festejar. Fue un golazo, de zurda, como para inmortalizarla.
El segundo gol del Twente fue de Manfred Ugalde, en combinación con el propio Ruiz.
La primera parte mostró una Liga muy pausada, pero con sus caras nuevas: Carlos Martínez, Juan Luis Pérez, Suhander Zúñiga, Dardo Miloc y Creichel Pérez.
Luego de 35 minutos, la afición empezaba a impacientarse. Quizás, la esperanza estaba en ver al banquillo, con la presencia de Álvaro Saborío, Wílmer López y el hijo de Bryan, Mathías Ruiz.
El descuento de la Liga llegó en el minuto 38 con Johan Venegas.
Pero cuando realmente se rompió el silencio en el Morera fue cuando Wílmer López salió a calentar.
Así se acabó el primer tiempo, con el Twente arriba en el marcador por 1 a 2.
En el descanso, hubo un concurso con aficionados que debían ir a cabecear, tras un centro de Junior Díaz. El juego consistía en emular el gol de Bryan contra Italia en Brasil 2014.
Al reanudarse las acciones, Bryan Ruiz salió con la 10 de la Liga y también apareció el Pato en escena y dio cátedra con sus toques de primera intención.
Álvaro Saborío y Mathías Ruiz ingresaron al mismo tiempo y eso fue todo para el Pato, pero no hacía falta más por parte del ídolo liguista que tanto admira a Bryan.
Eso sí, la Liga no iba a perder el partido de despedida del capitán y el encargado de evitarlo fue Mathías Ruiz, el hijo del capitán que puso el 2 a 2 y fue algo muy representativo para Bryan.
No había necesidad de los minutos finales. Se apagaron las luces en el Morera y empezó otro show, con juego de pólvora incluido. Era una fiesta, el fin de una carrera brillante, que no solo los rojinegros reconocen.
Los logros de Bryan Ruiz
• 2x Primera Divsión de Costa Rica (2005, 2020) (Alajuelense)
• 1 Copa de Campeones (2004) (Alajuelense)
• 1 Interclubes UNCAF (2005) (Alajuelense)
• Copa Centroamericana (2014) (Costa Rica)
• Eredevise (2010) (Twente)
• Copa de Paises Bajos (2011) (Twente)
• 2x Supercopa de Paises Bajos (2010, 2011) (Twente)
• Supercopa de Portugal (2015) (Sporting)
• Copa de Portugal (2018) (Sporting)
• Liga Concacaf (Edición 2020) (Alajuelense)
• 3 Mundiales (2014, 2018, 2022)
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