Si las prácticas por Zoom desde casa no eran lo mismo para un jugador profesional, tampoco resultaba una situación sencilla para esos chiquillos que día a día construyen su sueño de ser futbolistas.
La cancelación de los torneos de liga menor en 2020 fue una de las medidas adoptadas ante la covid-19.
En el caso de Alajuelense, el Centro de Alto Rendimiento (CAR) en Turrúcares pasó de estar lleno todo el día a no utilizarse del todo en esas semanas que no hubo fútbol.
Después, con la aprobación de los protocolos de entrenamiento, el complejo albergó las prácticas de los equipos masculino y femenino de Primera División, así como las de los muchachos de la Segunda, a cargo de Mauricio Montero.
El fútbol trabajó también en el protocolo para la liga menor que recibió el visto bueno.
A partir de eso, la Liga planificó en diciembre cómo quedaban los equipos y tanto Víctor Badilla como Enrique Vásquez reactivaron a esos muchachos que tenían meses en sus casas para evitar lesiones con el esperado regreso oficial a los entrenamientos.
“Yo llegué en enero justo cuando también se integraron todos los cuerpos técnicos de nuevo. Reiniciamos los entrenamientos, siguiendo todos los consejos de las autoridades sanitarias, temperatura, lavado de manos, mascarilla cuando se trasladan de canchas o cuando andan por aquí afuera y todas estas cosas básicas y con el protocolo que marca Unafut también”, expresó el director de liga menor de los rojinegros, Vidal Paloma.
Él considera que el CAR juega mucho en esto, porque las instalaciones ayudan a que todos los equipos puedan entrenarse sin problemas.
“Como tenemos el complejo que tenemos, es verdad que los equipos no tienen mucha interacción entre ellos en las canchas, cada uno entrena en una cancha y respetamos eso, los espacios y todo lo que nos marcan”.
Hasta el momento, la Unafut ha efectuado varias reuniones con los clubes y el plan es que los torneos de liga menor empiecen en marzo, con las categorías U-15, U-17 y U-20.
Para los prospectos aún no habrá competición, que son los más pequeños (de 14, 13, 12 y 11 años).
“Intentaremos que nos dejen seguir entrenando con ellos, porque claro que los niños pierdan un año y medio de competencias y entrenamientos es algo que luego afectará también a las selecciones nacionales inferiores y a la Mayor en un futuro”.
Por la pandemia, muchas cosas han cambiado.
“No estamos dejando entrar a los padres a las instalaciones, estamos manteniendo todo lo que nos dicen, pero sí creemos que deben entrenar los chicos y mejorar sus capacidades y características, tanto mentales como físicas y de juego”, señaló Paloma.
Él permaneció la mayor parte del 2020 en su país, pues viajó a España cuando se cancelaron los torneos de liga menor. Sin embargo, eso no significa que estuviera lejos de Alajuelense.
“Fueron 10 meses allá, pero siguiendo todo muy de cerca y en contacto con Agustín (Lleida) cada día para ayudar en lo que sea, tanto en liga menor como en el primer equipo y al volver, la verdad que casi se me saltaban las lágrimas viendo a los más pequeños con la ilusión que vienen otra vez a jugar, porque al final es un juego para muchos de ellos”, citó.
Y agregó: “Aunque seamos muy profesionales no debemos de olvidarnos que es la cosa más importante de las menos importantes. Primero está la salud, la familia y para ellos esto es importante y nos hace mucha ilusión verlos disfrutar, entrenar y jugar de nuevo aquí en el CAR”.
Eso significa que muchos jovencitos que son de zonas alejadas volvieron a la residencia del CAR.
“Son los que vienen de lejos y esperamos que en febrero empiecen la escuela y el colegio aquí en Turrúcares, o el bachillerato por madurez aquí en nuestras aulas. Vienen de todas las partes del país como Limón, Liberia, Santa Cruz, de las fronteras, Guápiles, unos son de Cartago inclusive”.
Al regresar, se toparon con que tienen más espacio para ellos y que dentro de unos meses, estarán aún más cómodos.
“Lo que hemos hecho es ampliar. Ahora por suerte tenemos varios edificios pequeños que estaban un poquito en desuso desde que empezó a funcionar el nuevo edificio. Entonces, los vestidores que eran de primera antes y la sala de fisioterapia, se han convertido en una parte de la residencia para los chicos de la Segunda División”, relató Paloma.
Además, la parte inicial de la residencia, también se modificó un poco.
“La hemos dividido en dos salas donde están chicos Sub-20 y Sub-17, con más espacio entre ellos, con más comodidades, porque entendemos que cada uno tiene que respetar en la medida de lo posible las burbujas que ellos tienen. Luego hay un counter con los chiquitos más pequeños, los 2007 y 2008, que también están ahí. Creo que ahora hay unos 32 chicos más o menos”, destacó.
El CAR da confianza a los papás
Lo lógico es que para las familias de esos muchachos de zonas lejanas no sea fácil tomar la decisión de que ese chiquito se vaya de la casa. Según Paloma, la seriedad del proyecto deportivo de Alajuelense y el mismo CAR resuelve cualquier indecisión.
“Cuando vienen aquí y ven todo se convencen al minuto cero, porque les damos todas las facilidades. Ven el edificio, el gimnasio, el comedor, cómo se alimentan, que los jugadores de Primera que andan por aquí, que vienen, que trabajan al jugar en Primera División porque el fútbol es un trabajo y los chicos juegan en las ligas menores y todo eso, ayuda a que las familias estén tranquilas con el trato que les damos a los chicos”, destacó.
Paloma también señaló que más allá de las canchas, cuando los papás conocen la residencia, salen muy contentos.
“De hecho ya estamos trabajando porque en junio tendremos la residencia nueva de 50 habitaciones dobles. Así que los chicos van a estar todavía más cómodos, con habitaciones nuevas, con baño casi individual o por parejas para cada uno de ellos, con sus camas, con todo más correctamente puesto, más modernizado y al final les hace ilusión y nos los dejan con total confianza, porque saben del trabajo que venimos haciendo en los últimos tres años, que es bueno y en eso estamos”.
Cuerpos técnicos: Una base y caras nuevas
El regreso de la liga menor implicó rearmar los cuerpos técnicos.
“Chunche, está Miso, está Ulate, Crisanto, Rovira, Tony, Juan Carlos y hemos hecho contrataciones. Vienen dos chicos de Barcelona, antes teníamos a Sergi Runge y a Paco, ahora han venido ellos que nos van a ayudar con la U-15 y U-17, la U-14 y la U-13 y luego tenemos a Greivin Mora, que había estado en Cartaginés y fue asistente de primera división, a Jonathan que ha estudiado en Europa y a Carlos, al nuevo readaptador”.
Los técnicos que Alajuelense trajo de Barcelona son Alberth Ballesteros y Enric Lluch.
Según Paloma, los cambios son normales, porque quienes se van, es por temas profesionales.
“No hemos quitado a nadie por temas de rendimiento ni de trabajo, es simplemente porque han tenido ofertas en otros sitios, como Sergi Runge que se marchó a la liga menor del Barcelona y Paco y Danny están en México en distintos equipos y hemos tenido que reemplazar a esos entrenadores y para seguir la metodología que tenemos decidimos que una de las opciones era que llegaran estos técnicos”.
El equipo femenino también tiene liga menor y Paloma está ayudando a conformar la estructura.
“Sabemos que está Mercedes Salas ahí, que es la coordinadora, la que lleva la batuta de la femenina y yo voy a estar colaborando un poco con ellas. Ahora va a empezar la categoría Sub-20, porque es obligado que la Primera División tenga una U-20 entrenando y compitiendo cuando las dejen. Esa categoría la va a entrenar Jozef Miso, que lleva mucho tiempo con nosotros y sabe cómo se trabaja y ahí van a estar como treinta y resto de chicas U-20 para que sea nuestra liga menor, la cantera de chicas para que puedan llegar al primer equipo y poder hacerlo muy bien”, puntualizó.