Aunque el Régimen de Autopsias Hospitalarias y Médico-Legales no obliga a realizar este examen en el caso de la muerte de Gabriel Badilla, dos especialistas consideran que esa era la única forma de saber con certeza cuál fue la causa de la muerte del exjugador de Saprissa.
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Mayela Valerio, médica forense y jefa de Medicina Legal del Poder Judicial, confirmó que, en el caso del jugador, no era obligatorio hacerle una autopsia debido a que Badilla tenía antecedentes de una operación en el corazón.
“Donde él fallece estaba el médico de la familia y el médico del equipo Saprissa. En este caso, se sabía que era una persona que tenía una cardiopatía y seguía un tratamiento médico, por lo cual no obedece la realización de una autopsia médico-legal”, manifestó Valerio.
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La forense explicó que al lugar del deceso se presentó el doctor de cabecera, quien descartó que hubiera algún trauma y confeccionó el certificado.
No obstante, el doctor Manuel Alvarado Arce, jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital México, dijo que respeta el criterio de Valerio, pero que, en su opinión, la autopsia es la única manera de determinar la causa de muerte.
“Esas son las situaciones que no pueden suceder en Costa Rica. Usted me pregunta la causa de muerte y yo puedo elucubrar, pero mientras no exista una autopsia médico-legal, no puedo afirmar cuál es la causa de muerte”, afirmó Alvarado.
Por su parte, el doctor Elliot Garita, quien dirigió la operación en la que le extirparon un tumor del corazón y se le sustituyó una válvula, confesó que desconoce la razón de la muerte y aseguró que es Medicatura Forense la que puede constatar la causa del fallecimiento.
“Tiene que ser muy evidente. Por eso, el que lo valora, valora ciertas cosas. Yo no se lo podía hacer porque no estaba ahí. Si llegó un médico, él está dando fe pública de que eso es lo que le parece que fue. Al final, no sé lo que habrá puesto, pero es un tema medio complicado”, dijo Garita.
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Para el galeno, no se puede relacionar la muerte con la operación de hace tres años.
“La primera opción es muerte súbita. Ya él tenía un padecimiento que se resolvió. Pienso que es difícil definirlo con precisión. Sin embargo, para que haya muerte súbita no se requiere tener una cirugía cardíaca previa”, finalizó Garita.