La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sorprendió a los ocho equipos de la Primera División de fútbol femenino al exigir el pago de cargas sociales para su plantilla.
La entidad realizó una serie de visitas en los equipos que conforman la máxima competición femenina. Su investigación determinó que “se constató un vínculo laboral entre las personas entrevistadas y el patrono jurídico”.
“Se está en presencia de los elementos típicos que la caraterizan, al estar presente la prestación de un servicio de forma personal, la subordinación y por los servicios brindados reciben una remuneración, esto de acuerdo con el artículo número 18 del Código de Trabajo”, estableció la CCSS en una de las investigaciones que realizó entre el 19 y 20 de julio anterior a uno de los equipos del balompié femenino.
Esta situación preocupa a la mayoría de los conjuntos, que afirman que la rama femenina del fútbol no puede afrontar estos costos.
Según fuentes de La Nación y documentos emitidos por la CCSS de la cual este medio tiene copias, representantes de la CCSS entrevistaron a jugadoras en los clubes para abordar su situación laboral.
Posteriormente, notificaron incumplimientos vía correo electrónico, citando obligaciones con la Caja de Seguro Social, como consta en documentos obtenidos por este medio.
Este estudio surge de las investigaciones anuales que la institución realiza sobre el aseguramiento y los salarios en equipos de fútbol masculino y femenino de primera y segunda división.
Según José Eduardo Rojas, director de Inspección de la CCSS, “de conformidad con lo establecido en la Ley Constitutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social, en especial el artículo 3, tanto los equipos de fútbol como cualquier otra empresa, se encuentran en la obligación de reportar en planillas ante la CCSS a sus trabajadores con los salarios que se les cancele en el mes correspondiente; lo anterior, en el tanto mantengan una relación obrero-patronal”.
Según el departamento de salarios mínimos del Ministerio de Trabajo, un futbolista de Primera División debería ganar al menos ¢15.331 diarios y en la Segunda División, ¢13.154. Lo que significa un salario mínimo de ¢459.930 por mes en la máxima categoría y de ¢394.620 en el Ascenso.
La noticia causa inquietud entre los dirigentes, ya que de los ocho clubes en Primera División, solo Liga Deportiva Alajuelense tiene contratos establecidos, con salarios reportados a la seguridad social.
¿En qué medida se remunera a las jugadoras?
La Nación consultó a los clubes de la Primera División sobre las remuneraciones de las jugadoras. La respuesta es similar en la mayoría de los casos: “no hay salario porque el fútbol femenino costarricense no es actividad profesional”.
“No tenemos recursos para sueldo. Nos enfocamos en respaldar sus estudios universitarios con asesorías técnicas. Universidad San José solo da cursos técnicos. Además, ayudamos en un centro social donde residan, coman y descansen”, explicó Bernal Castillo, director técnico de Cofutpa Palmares.
Por otro lado, Geovanni Vargas, presidente de Dimas Escazú, dijo que en su equipo “no hay contratos, damos apoyo económico para gastos personales. (...) Reconocemos ¢75.000 al mes por jugadora, según sus circunstancias”.
El Club Sport Herediano dice afrontar una situación similar. La gerente Mónica Malavassi dice dar “reembolso por viáticos y los montos varían por cada jugadora”.
A esto se suma Municipal Pococí, que brinda “los viáticos de acuerdo a las necesidades de cada una de las integrantes del plantel”.
Jimmy Núñez, del Municipal Pococí, aplaude a la CCSS por velar por las jugadoras, pero pide cambios graduales.
“La Caja debe dialogar con los clubes, conocer el contexto y hallar soluciones conjuntas”, explicó.
Castillo comparte puntos de vista similares, ya que reconoce que los equipos están en diversas situaciones.
“Algunos equipos tienen contratos laborales por mejores condiciones económicas, pero aún enfrentan dificultades. No hay estadios llenos en partidos Alajuela - Cofutpa o Saprissa - Cofutpa. En vez de 5.000 u 8.000 espectadores, hay 200 o 300. Los cambios son necesarios, pero hay que trabajar juntos para cumplir contratos, pólizas y cargas pero es necesario que conversemos todos al respecto”, afirmó.
Los equipos creen que mejorar la comunicación con las entidades gubernamentales es vital para entender las necesidades y carencias, ya que es muy marcada la disparidad entre la industria del fútbol femenino con la del masculino.
En ese sentido, algunos equipos pagan viáticos de forma mensual a sus jugadoras, lo que la CCSS podría tomar como la relación obrero-patronal que se exige para el pago de las planillas.
“La Institución conforme a sus facultades, realiza fiscalizaciones a los patronos, sea por una denuncia o por labor de oficio; por lo tanto, en caso de que los equipos de fútbol evadan el pago de sus obligaciones obrero patronales, la CCSS procederá a realizar las investigaciones respectivas para cobrar el monto no pagado a la Institución por concepto de cuotas obrero patronales”, señaló Rojas en cuanto al papel que desempeña la CCSS en el cobro a los clubes de fútbol.
Este medio intentó conversar con Sporting FC, pero se nos informó que no emitirán comentarios, ya que considera que “prevalece opinión de Uniffut como entidad rectora”, según su encargada de prensa vía WhatsApp.
También se le consultó al Saprissa y al Municipal Pérez Zeledón, desde el 16 de agosto, pero no se obtuvo respuesta.
Por su parte, Mercedes Salas, representante de fútbol femenino en Liga Deportiva Alajuelense, confirmó “que todas sus jugadoras tienen contrato y seguro social, ya que para el club ese es un paso hacia la profesionalización”.
Además, intentamos obtener la posición de Víctor Hugo Alfaro, presidente de Uniffut, pero no recibimos respuesta hasta el cierre de la edición.