El fichaje de Celso Borges con Alajuelense sacudió el cierre del mercado en este torneo. No es la primera vez, ni tampoco será la última en la que un jugador considerado de ‘la casa’ se ponga los colores de la acera del frente, sin importar lo que digan. Aunque se ha vuelto algo recurrente en los últimos tiempos, la realidad es que prácticamente ha pasado desde siempre entre los equipos con más afición en el país.
La diferencia está en el poder de las redes sociales, porque las reacciones son inmediatas y aunque la llegada de Borges a la Liga era una posibilidad conocida desde el día anterior, tanto para los rojinegros como para los morados no dejaba de ser un supuesto. Y como todo en la vida, una cosa era imaginarlo y otra percatarse de que efectivamente sí era una realidad, convirtiéndose en un golpe en la mesa, que en esta ocasión fue de la Liga a la S.
Formado en las divisiones menores de Saprissa y siendo tras el guardameta Keylor Navas y el mediocampista Bryan Ruiz el costarricense con una carrera más sólida en el fútbol de Europa durante los últimos tiempos, Borges regresa al fútbol costarricense doce años después de que se marchó.
Celso se fue del Saprissa rumbo al Fredrikstad de Noruega, donde militó entre 2009 y 2012. Pasó al AIK de Suecia (2012-2015) y posteriormente se marchó al fútbol español con el Deportivo La Coruña entre (2015-2018). Luego jugó en el Göztepe de Turquía (2018-2020) y regresó al Deportivo La Coruña.
Al llegar el momento de volver al país, no decidió con el corazón. Veía el panorama de lo que había en el país y de Alajuelense le llamaba la atención el Centro de Alto Rendimiento (CAR) en Turrúcares; pero una cosa era analizar las cosas desde lejos y otra plasmarlo en la realidad, porque él mismo era consciente de que la Liga ya contaba con bastantes futbolistas en la medular. Inclusive, en ese momento, Andrés Carevic estaba al frente de los manudos y en su estilo de juego no había un contención nato.
Fiel a su estilo, el futbolista de 33 años analizó mucho la decisión. Ya le habían comunicado en el Deportivo La Coruña que no iban a contar con él, pero existía un contrato de por medio. Borges no dejaba de llamar la atención a los españoles, porque a pesar de que no lo tenían inscrito y que ni siquiera contaba con un número asignado, él siguió entrenándose como si fuera uno más del plantel. Así lo hizo hasta el último día.
Sin que hubiese conversaciones, ni un interés como tal, hace un par de meses Borges fue a Turrúcares para conocer ese CAR, que tan solo había visto a través de fotografías y publicaciones en redes sociales. Ahí le llamó más la atención y aunque sí lo veía como un sitio ideal en el que le gustaría llevar su día a día, sabía que era muy difícil que la Liga pensara en él. O al menos eso era lo que creía.
Antes de regresar a España después de los partidos de la octagonal, en los que Costa Rica empató con Panamá (0-0), perdió con México (1-0) e igualó ante Jamaica (1-1), Borges se reunió con Ángel Catalina para plantearle la posibilidad de jugar con Saprissa. Todo quedó acordado, pero no había un contrato firmado. Y ahí es donde empezó el giro de esta historia, que se inició con tintes morados y que al final se tiñó de rojo y negro.
La Nación sabe que el jugador estaba dispuesto a vestirse de morado y Alajuelense tampoco intentaba arrebatarlo de último minuto, pero cuando el jugador recibió el documento para firmarlo se presentó un desacuerdo.
Y si él buscó a un club, después de eso, también se acercó a la Liga, para preguntar qué posibilidades había. A partir de ahí, empezaron las negociaciones que no tuvieron mayores trabas y que podría decirse fueron más rápidas de lo pensado.
Básicamente así es como esta vez se gestó un fichaje, que parecía que la S lo tenía en la mano y que acabó como un capítulo más de una historia recurrente, en la que un jugador que vistió una camisa, se pone la del otro equipo.
Se dio recientemente con Johan Venegas y Jonathan Moya; inclusive con Josimar Pemberton, que tiempo atrás jugó con la Liga, pero no descolló con los manudos y después de militar en otros clubes, hoy es un pupilo de Mauricio Wright.
El periodista y estadígrafo Christian Sandoval detalla que Celso Borges debutó en Saprissa en 2006 y se marchó en 2009, jugó 97 partidos (locales e internacionales) y anotó nueve goles.
La historia recopila que después de ser figuras con Saprissa se marcharon a Alajuelense futbolistas como José ‘Saningo’ Soto, Wálter Elizondo, Guillermo Guardia, Rolando Fonseca, Víctor Núñez, Steven Bryce y Armando Alonso.
Mientras que de la Liga a la S pasaron hombres como Rolando Villalobos, Luis ‘Neco’ Fernández, Róger Flores, Juan Cayasso, Óscar Ramírez, Juan Carlos Arguedas, Rónald Gómez y Froylán Ledezma.
En este sentido, el capítulo más reciente de un bombazo que siempre impacta lo protagoniza Celso Borges, al firmar un contrato con Alajuelense hasta mayo de 2023.
“Viene a sumarnos mucho, no solo dentro de la cancha, sino también fuera de ella, es muy importante para todo nuestro proyecto, porque va a ser guía fundamental para los jugadores que vienen abajo. Es un jugador de experiencia, con mucha trayectoria, que no tenemos que hablar mucho de él. Ya todo el mundo en Costa Rica sabe lo que nos puede aportar y estamos muy contentos de su incorporación”, mencionó desde Guatemala el director deportivo de la Liga, Agustín Lleida.
Justo el día en el que cerró el periodo de inscripciones para el Apertura 2021, los rojinegros anunciaron el fichaje de Celso Borges y del atacante panameño Gabriel Torres. Y lo hicieron con una simulación de un hackeo de su cuenta de Instagram que dio mucho de qué hablar, tanto como este nuevo golpe entre los archirrivales.
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