Para Celso Borges pasó lo que nunca pensó. El mediocampista jugó sus primeros minutos con la camisa rojinegra y fue testigo en primera fila de la debacle de un Alajuelense que consumó un fracaso monumental al quedar eliminado en la Liga Concacaf a manos del Guastatoya que es el último lugar en el fútbol guatemalteco.
Borges ingresó de cambio, en el minuto 58, en sustitución de Alex López, como parte de las tres variantes simultáneas que ejecutó Luis Marín, porque Bernald Alfaro y Gabriel Torres entraron en ese mismo momento en lugar de Bryan Ruiz y Johan Venegas.
El último hombre en integrarse a la Liga entró con ganas. No jugaba desde el último partido de la Selección Nacional en la octagonal rumbo al Mundial de Catar 22 y se proyectaba al ataque. Sacó un remate de derecha y también lo intentó de cabeza, pero al final de cuentas fueron tiros desviados, uniéndose al recital de desaciertos frente al marco.
Antes de esas variantes, Alajuelense iba ganando el juego contra Guastatoya por 2-0 y eso tenía a los rojinegros con un 3-1 en el global. El último cambio fue en el minuto 69′, cuando salió Fernán Faerron para cederle su espacio a José Andrés Salvatierra.
Esta vez Faerron jugó como lateral derecho y puede ser casualidad o no, pero hay una estadística que dice que cuando él está en cancha Alajuelense no recibe tantos goles.
Ese dato volvió a quedar de manifiesto en este partido que fue de terror para los rojinegros, porque Guastatoya solo necesitaba un gol para meterse de lleno en el propósito de lo que ni siquiera ellos pensaban que ocurriría.
Pero que buscaron con ahínco, después de que se bailaron a la Liga en los primeros 15 minutos y se percataron de que estaban contra un equipo que sí era vulnerable y que si ellos en su país no le habían ganado a nadie, esta vez tampoco requerían de la victoria.
Con el criterio de gol de visita como desempate, solo requerían de otro tanto para presionar a Alajuelense y buscar ese otro tanto que les diera el boleto, como ocurrió con las anotaciones de Omar Domínguez y de Luis Ángel Landín, a los minutos 81 y 90.
Y Celso Borges era parte de ese episodio bochornoso para el liguismo, al ver como el equipo no pudo aguantar la ventaja de dos goles, que tampoco logró cuidar ese criterio de desempate que tenía a su favor y que finalizó en su contra, propinándole la eliminación.
Al finalizar el partido, con ese 2-2 en una noche de terror para Alajuelense y un 3-3 en el global, Borges prácticamente no sabía ni qué decir cuando acudió a la zona flash. “Tuvimos opciones para concretar en el partido, no fue así y así es el fútbol”, mencionó el volante.
Muy rápido también apuntó que “ellos a balón parado tuvieron su juego y nada, no pudimos anotar”. Finalmente, pronunció otras breves palabras: “Duele, pero bueno, hay que seguir”.
El revés para Alajuelense es muy serio, porque no cumplió uno de sus grandes objetivos, que era decir presente de nuevo en la Liga de Campeones de Concacaf, porque la competencia internacional es la que da una vitrina para otras metas, como exportar jugadores.
Ocurrió en un partido que tenía más relevancia aún, porque ante la expulsión del Olimpia, el equipo que avanzara se evitaba una serie de muerte súbita en cuartos de final y de una vez saltaba a las semifinales, peldaño que otorga el boleto a la Concachampions.
Esos privilegios hoy los tiene el Guastatoya, que se dio el lujo de eliminar a Alajuelense, dejando al equipo costarricense en ridículo. Y así fue el amargo estreno de Celso Borges como jugador de la Liga.