Christian Bolaños tiene 36 años, Facundo Zabala 21; sin embargo el experimentado le pasó por encima al juvenil en el juego de ida de la final. El morado dejó loco al argentino, quien no pudo ganarle un solo duelo por la banda izquierda.
Zabala no pudo controlar al mundialista de Costa Rica en Brasil 2014 y Rusia 2018; perdió cada mano a mano, también lo venció en los piques y en los cierres de jugadas ofensivas.
La segunda anotación morada nace de un tiro de esquina de una jugada en la que a Christian le filtraron una pelota, pese a que arrancó desde atrás le ganó a Zabala y provocó que el ché le hiciera una falta, el centro causó el córner.
Christian, en el partido frente a los manudos, hizo un funcionamiento diferente al que aplicó en el resto del Clausura 2020, fue más extremo y menos delantero. El tibaseño picó, defendió y auxilió a Ricardo Blanco cuando Ariel Lassiter lo exigió.
La faceta de goleador también estuvo presente, pero no con la puntería deseada.
Christian, quien ya se dejó el cetro de goleo y acumula 18 celebraciones; pudo marcar dos veces. La primera fue cuando se escapó por derecha, dejó atrás a Facundo, también corrió para rezagar a Júnior Díaz y disparó para exigir a Leonel Moreira. Al final Ariel en el rebote marcó el 1 a 0.
La otra gran ocasión fue una jugada de Ariel que lo dejó frente al marco, no obstante Bolaños disparó al cuerpo del arquero liguista.
En el 78′, el mediocampista de Saprissa después de un juego de mucho desgaste corrió desde su ofensiva para bloquear un centro y despejar con pelotazo.
Cuando Christian se vio disminuido físicamente en los últimos 10 minutos, Wálter Centeno le pidió a Johan Venegas que se lanzara por el sector derecho para así reforzar con tres hombres: Blanco, Venegas y Bolaños.
El hábil futbolista salió en el minuto 87 del duelo frente a los manudos para comenzar a retomar fuerzas de cara a la vuelta, cuando Saprissa buscará ponerle las dos manos al cetro. El jugador, como capitán, felicitó a cada uno de sus compañeros y salió aplaudido por el resto del banquillo de suplentes.
Su saludo con Wálter Centeno fue de puño cerrado, los dos sonrieron y se felicitaron con la labor cumplida.