¿Se imagina una tómbola en la que haya pelotas con nombres de jugadoras de la Primera División de Costa Rica? Los equipos participarían en un draft de deportistas y el talento se equilibraría entre todos los planteles. Este es el salvavidas que propone el ambiente del fútbol femenino para frenar una crisis que todo el mundo ve, pero nadie detiene.
“El fútbol femenino está en caída libre”; esta es la conclusión de expertos sobre el momento que vive una rama que encontró auge con los dos mundiales menores organizados en el país y que además se vio impulsada por el regreso de la máxima figura al país: Shirley Cruz en 2019.
Sin embargo, luego de la efervescencia, el balompié femenino solo ha venido en retroceso, al punto de que algunos equipos han reducido su apoyo, otros han limitado sus presupuestos y el torneo nacional prácticamente tiene un club que es amo y señor: Alajuelense.
No obstante, ni siquiera las poderosas heptacampeonas nacionales pueden competir a nivel internacional, y eso quedó claro en la derrota 4 a 0 contra el Gotham de Estados Unidos en el Morera Soto. También la reciente participación de la Selección Sub-20 en el Mundial de Colombia dejó en claro que no hay esperanza para ver el fútbol femenino crecer.
A nivel local, los estadios están vacíos y en la segunda división se juega en plazas llenas de excremento de perro y en condiciones muy alejadas del profesionalismo, según informaron entrenadores.
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Además, cuatro equipos de la Primera División ya le hicieron saber a la Uniffut que, si no hay ayuda económica en la jornada ocho para costear el arbitraje, se retirarán del torneo porque el presupuesto no les alcanza. En este momento se alistan para jugar la jornada seis.
Mónica Malavassi, exjugadora y exseleccionada nacional, fue enfática en que se atraviesa un momento muy duro para la disciplina y la única salida que ve es una reestructuración comandada por la Federación Costarricense de Fútbol.
“Yo creo que hay que elevar el nivel del campeonato y de la liga menor. El campeonato de Primera División debe tener gestiones administrativas para que haya un balance y las jugadoras de Selección no estén únicamente en uno o dos equipos. El nivel alto debe trabajarse; para esto es necesario que la administración de la liga haga un trabajo de gestión del talento y la competencia”, dijo.
Esto haría que la evolución no dependa del poderío económico de los equipos, como sucede en la actualidad. Sporting y Alajuelense, quienes tienen estabilidad financiera, lideran los resultados deportivos.
“¿Qué tanto bien le hace a la Liga Femenina si el crecimiento es solamente de Alajuelense? Se debe ver un crecimiento de la liga como organización”, puntualizó Malavassi.
El criterio de la exdeportista es compartido por José Rodríguez, entrenador con amplia experiencia en el ambiente. El DT acotó que el fútbol femenino pasó de un momento de evolución a estar nuevamente como en sus inicios; ante esto, se debe hacer todo un trabajo de apalancamiento desde el fútbol masculino.
“No sé si sea la opción ideal, pero es la única y la Federación debe asumir la liga como tal y desde ahí empezar a trabajar. Sin embargo, hay otros esfuerzos que se podrían hacer: un partido de fútbol femenino como preliminar de uno masculino es algo que quiero”, acotó Rodríguez.
El estratega confesó que, hace un año, empezó a notar situaciones que llevarían al deporte a frenarse.
“En aquel momento, yo conocí planillas de $30.000 y eso era todo pérdida. De esta forma, empezaron a quitarse inversionistas. Para mí, en ese momento en que comenzaron a verse síntomas, se debió poner un tope salarial, pero no se hizo”, dijo.
Carol Sánchez, exseleccionada nacional y excapitana del plantel patrio, también dio su punto de vista y recalcó que es consciente de la situación que enfrenta el fútbol femenino. Sánchez fue más allá e hizo un llamado a analizar la posibilidad de hacer un único torneo al año.
“Para mí, el fútbol femenino tiene una infraestructura sostenible de campeonato, porque llevamos 20 años con liga femenina, pero soy consciente de que es difícil para los equipos porque no genera. En Colombia hay dinero y ellos saben que no se genera lo que se debería... Entonces hacen un torneo al año. Siento que hacer esto puede ser una solución para el momento porque les da aire a los equipos”, declaró.
Pero, ¿qué es lo que ofrece el máximo nivel? La respuesta es sencilla: profesionalismo. El entrenador Kenneth Barrantes, quien forma parte del Monterrey de México, explicó que en su club tienen todas las condiciones de futbolistas profesionales; así no solo consolidan talento propio, sino que también atraen a jugadores de alto perfil internacional.
Por ejemplo, en la Liga de México está Jenny Hermoso, campeona del mundo con España; ella milita en el Tigres de ese país.
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“En nuestro medio, el fútbol está apenas en las bases, es más amateur que otra cosa, porque los equipos participan en una liga que no es profesional. Hay muchas diferencias en nuestro fútbol: desde el tema salarial hasta el tema de condiciones”, mencionó Barrantes.
“En Estados Unidos y México se les cuida como deportistas profesionales; en Costa Rica esto no pasa. Aquí en México nosotros entrenamos de 6 a. m. a 1 p. m. para realizar todas las tareas que se deben hacer profesionalmente: alimentación, análisis de video, charlas y demás”, agregó.
Para tener una idea, el cuerpo técnico del Monterrey de México está compuesto por 16 profesionales de primera línea.
Para Kenneth Barrantes, es claro que Costa Rica ha avanzado desde lo que era el fútbol femenino en el pasado, pero se avanza lentamente.
“Sí hay un avance porque los clubes Saprissa, Alajuelense y Sporting han desarrollado proyectos. Hay ímpetu, pero el tema no es solo querer; hay que buscar inversión, capacitación... Ahora, tácticamente los equipos han mejorado”, evaluó.