Limón. Con dos tantos, el delantero saprissista David Ramírez, encendió la red del Juan Gobán ayer en Limón pero aún no apaga del todo la polémica que lo rodea.
El goleador volvió a marcar para su equipo después de la controversia en la que estuvo envuelto luego de la pretemporada.
Ramírez había sido titular durante el Torneo de Copa, pero luego de pedir un aumento salarial y sacar a la luz pública cuanto ganaba, el cuerpo técnico del Saprissa lo envió a la banca.
Ayer en Limón no fue la excepción y el novato arrancó de nuevo desde el banquillo; pero, una vez que ingresó, le cambió no solo la cara al Monstruo, sino que también el resultado en la pizarra.
Por eso los dos tantos servían para pensar que el delantero de 20 años había dejado de lado el altercado, sin embargo la celebración de su segundo gol evidenció que no.
El número 24 tibaseño corrió hacía la gradería de la afición rival a celebrar el tanto, pero a la vez lanzó varios improperios que le costaron una cartulina amarilla.
Además de eso, Ramírez apenas escuchó el pitazo final salió corriendo hacía el camerino y no quiso dar una sola declaración a la prensa que esperaba por él.
Es cierto, nadie está obligado a dar una declaración; sin embargo, es difícil comprender como un goleador se va enfadado y sin querer hablarle a nadie luego de anotar los goles del triunfo.
A pesar de que ese tipo de actitudes dejan a Ramírez en boca de todo el mundo, hay que reconocer que es un joven con mucho talento.
Es rápido, potente, remata bien con los pies y con su cabeza (de esa forma anotó su primer gol) y además es un muchacho que no da un balón por perdido.
De la mano de ese espíritu aguerrido de Ramírez cayó el segundo gol de los morados, cuando el novato (ni tanto en esa jugada) aprovechó una mala salida del guardameta Jairo Monge para sentenciar.
Además cabe recalcar que las dos dianas del jugador ayudaron a su equipo a conseguir una victoria en el estadio Juan Gobán después de dos años de sequía.
Unión grupal. A pesar de que el protagonista del juego de ayer no habló, sí lo hicieron sus compañeros, quienes reflejaron a más no poder con sus palabras el compañerismo que se vive en el vestuario morado.
“Vamos paso a paso y la diferencia de este Saprissa con respecto al de otros años es el camerino porque para nosotros no hay ni titulares ni suplentes”, expresó el volante saprissista Diego Estrada.
Otro que se refirió a la victoria de ayer fue Michael Umaña, quien tuvo una dedicación muy especial que viene a reafirmar esa unión grupal en la entidad tibaseña.
“Primero quiero dedicar esta victoria a todos los compañeros que no estuvieron en lista porque ellos también son parte del grupo y han hecho un gran trabajo”.
“Uno sabe lo difícil que es quedar fuera de lista y por eso todo el grupo les dedicamos esta victoria a todos ellos”, finalizó el defensor.