Si usted tiene la duda de por qué si en el partido entre Guanacasteca y Cartaginés se expulsó a un aficionado por insultos racistas en contra de Paulo César Wanchope el fin de semana anterior y eso solamente acarreó una multa de ¢525.000, en Liga Deportiva Alajuelense tienen la respuesta, que dicho sea de paso, es la razón del por qué apelaron aquel castigo tras el clásico.
Para la ADG no recayó un sanción mayor por parte del Tribunal Disciplinario de la Federación Costarricense de Fútbol como sí ocurrió con Alajuelense luego del clásico, cuando por dos hechos de racismo y discriminación, los rojinegros recibieron una multa de ¢1.050.000.
Además, dentro del castigo, a la Liga se le añadió jugar a puerta cerrada su próximo partido de campeonato nacional, que a su vez significó que a las arcas rojinegras no ingresaran más de ¢50 millones, cifra que perfectamente los manudos hubiesen recaudado en ese encuentro.
Tras el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Centroamericana de Concacaf en el que Alajuelense derrotó por 3 a 1 a Cartaginés en el Fello Meza, La Nación le hizo una consulta sobre este tema al directivo rojinegro Lanzo Luconi.
Lo primero que dijo es que Alajuelense reitera su compromiso total contra cualquier acto o manifestación de racismo, xenofobia, discriminación y violencia en los estadios. Incluso, en la Liga han tomado medidas para combatirlo y prevenirlo.
Pero a la vez, en el bando rojinegro están seguros de que no se les midió con la misma vara y que ellos tenían toda la razón cuando apelaron la sanción, no por el fondo, sino por la forma. Tanto así, que eso es lo que marca la diferencia a la hora de imponer sanciones.
“Nosotros estamos muy extrañados. Nos alegra por Guanacasteca, que no sufrieron de una sanción fuerte porque a ellos sí les activaron el protocolo como debía de ser. Para ellos fue una sanción razonable, porque se aplicó todo lo estipulado en el reglamento.
”En nuestro caso, no se aplicó el protocolo por quienes debían hacerlo, que eran los árbitros y los comisarios. Por ese fallo de ellos es que salimos perjudicados de una manera injusta y significativa”, afirmó el directivo de la Liga, Lanzo Luconi.
La posición de Alajuelense siempre ha sido que en el momento en el que Javon East alertó al árbitro William Mattus de que unas cuantas personas desde las gradas hacían sonidos de mono, no se previno a los aficionados de que se comportaran y no se les advirtió de que en caso de que eso siguiera, se pararía el partido.
Eso no se dio en el clásico del 3 de setiembre y en Alajuelense lo lamentan y lo reprochan, porque con eso se hubiese acabado el problema en el partido, como ocurrió justamente en ese duelo entre Guanacasteca y Cartaginés.
No pasó en ese clásico y la denuncia planteada por Javon East fue como si no hubiese existido, porque no se menciona en el reporte arbitral de ese juego, ni tampoco aparece en el de los comisarios.
Erróneamente, algunos aficionados creen que el castigo a Alajuelense fue por la queja de Javon East durante el primer tiempo. Y no es así. La sanción se dio por otras dos situaciones anotadas en su informe por la comisaria Karina Rodríguez.
Una fue que en el minuto 76 “se reporta que por el sector sur es retirado del recinto deportivo un aficionado de LDA, debido a que el mismo estaba haciendo insultos y gestos racistas hacia jugadores del Deportivo Saprissa”.
La otra es que una vez finalizado el partido y cuando Saprissa iba hacia el camerino, por la platea sur, algunos aficionados hicieron imitaciones tipo ‘congo’, cuando salía Kendall Waston, considerándose eso como un acto racista.
En Alajuelense persiste la molestia, insistiendo en que con la aplicación del protocolo, las situaciones que se dieron después de la alerta de Javon East no se habrían dado.
“Dejamos de percibir una taquilla muy grande y le restamos a nuestros seguidores la posibilidad de ir a ver un partido donde nos fue muy bien. Todavía nosotros seguimos sin comprenderlo”, aseguró Lanzo Luconi.
El directivo de Alajuelense dijo que a pesar de que las instancias regulatorias no les han dado la razón aún, esperan que se corrija esa parte.
“Seguimos pensando que ha sido una sanción completamente injusta, desproporcionada y además no congruente con lo que ocurre en general en todos los estadios”, insistió.
Porque inclusive la directiva de la Liga se percató de algo que ocurrió en el mismo Fello Meza durante ese primer pulso por el pase a las semifinales de la Copa Centroamericana y la clasificación directa a la Copa de Campeones de Concacaf 2024.
“Estábamos en el palco que amablemente nos cedieron y a la par, personas que se veían muy educadas, no pararon de insultar a los jugadores de la Liga, e incluso en algún momento a los de Cartaginés cuando se equivocaban”, afirmó Lanzo Luconi.
Dicho comentario no lo formuló buscando que el tema escale, sino que en realidad servía de ejemplo para evidenciar lo que ocurre en todos los estadios.
“Por lo menos en mi opinión, un insulto racista o xenofóbico es igual de grave que un insulto o un improperio hacia una persona. Esas son las cosas que en algún momento habrá que saber equilibrar adecuadamente en el fútbol, porque la gente viene al estadio a divertirse y a veces a liberar el estrés.
”Uno puede comprender que a veces se pueden exacerbar los ánimos, pero esto se tiene que controlar hasta donde sea posible. Es que habría que tener a un policía a la par de cada persona o una cámara. ¿Cómo vamos a llegar a controlar a todos los asistentes? Es un gran reto que va a tener toda la organización del fútbol”, meditó el directivo de la Liga.
Algo que preocupa y que a la vez debería de servir para que los aficionados caigan en cuenta de que pueden meter en serios problemas a sus equipos es que los castigos son crecientes.
“Va la advertencia, multa, partido a puerta cerrada, suspensión y así sucesivamente. Se puede incluso llegar a perder la categoría, ya en última instancia. Imagínese grupos organizados de mala fe que lleguen a los estadios para provocar eso. Es un tema muy complicado”, subrayó.
Otra inquietud que quedó en el aire es por qué cuando Freddy Góndola denunció insultos racistas en Nicoya, no hubo sanción.
“El jugador Freddy Góndola reportó haber escuchado insultos racistas, por lo que se activó el protocolo contra el racismo, discriminación y violencia y de inmediato los oficiales de partido hicieron las indagaciones del caso, pero como ninguno de ellos lo pudo comprobar, no se aplicó la sanción”, respondió el Tribunal Disciplinario hace algunos días al periódico La Teja.
Después de lo ocurrido en el clásico, Alajuelense continúa su lucha contra el racismo y cualquier tipo de discriminación en su estadio, a la espera de que los árbitros y los comisarios realmente activen los protocolos cuando se presente alguna situación, como ocurrió hace una semana en ese juego entre Guanacasteca y Cartaginés.