La Fiscalía de Estados Unidos asegura tener una grabación en la que Eduardo Li admite que recibió sobornos.
Así lo dio a conocer el fiscal Robert Capers en un documento enviado a la Corte del Distrito Este de Nueva York.
Según Capers, el peso de las evidencias contra Li es fuerte. Argumenta que los fiscales disponen de registros bancarios y declaraciones de testigos que evidencian un flujo de dinero desde compañías de mercadeo deportivo y consultoras hacia cuentas del nacional o “controladas por un colaborador”.
De esta manera, las autoridades estadounidenses revelan por primera vez que había otra persona que le ayudaba a Li, aunque no dieron a conocer el nombre o el grado de participación del sujeto en el caso de pago de sobornos por las transmisiones de juegos de la Sele.
Las pruebas son “corroboradas por grabaciones consentidas en las cuales el acusado reconoció haber recibido pago de sobornos y confirmó el uso de transacciones ficticias para esconderlos”, dice textualmente la nota del funcionario, de la cual tiene copia La Nación.
Toda esta argumentación derivó de la solicitud del costarricense para poder salir de la cárcel bajo fianza.
La Fiscalía pedía que le fuera negada o, en su defecto, que Li pusiera a responder propiedades y dinero en efectivo por un monto entre los $10 millones (¢5.440 millones) y $15 millones (¢8.160 millones), el triple de lo que el exdirigente ofreció.
Este jueves, en Nueva York, hubo una audiencia en la que el juez Robert Levy rechazó la petición del nacional, por lo que Li no pudo salir del Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn.
Camino del dinero. En el escrito que dirigió Capers al magistrado, se describe la forma en que el dinero, producto de sobornos, llegaba a las cuentas bancarias de Li o de su colaborador.
Las operaciones se hacían “a través de transacciones ficticias con terceros, que son entidades fantasmas, para esconder o disfrazar el pago de sobornos”, reseña el documento.
La Fiscalía del Distrito Este de Nueva York reiteró que responsabiliza a Li, entre otros delitos, de exigir sobornos a la empresa Traffic Sports USA por más de $700.000 (¢380 millones) a cambio de la transmisión de partidos de la Tricolor, entre el 2009 y el 2015.
Anteriormente, la cifra por dádivas que la justicia de EE. UU. había dado a conocer era de $600.000 (¢326 millones).
En la nota a la Corte también aparece que el exjerarca habría aceptado y lavado $40.000 (¢21,7 millones) en sobornos a cambio de que la Mayor jugara dos amistosos con otras selecciones.
En el expediente que le abrieron están incluidos un cargo de conspiración de crimen organizado, dos de conspiración de fraude electrónico, siete de fraude electrónico, dos por conspiración de lavado de dinero y otros dos por lavado de dinero.
El expresidente de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) fue arrestado a solicitud de la justicia de Estados Unidos el miércoles 27 de mayo del año pasado. Eso sucedió dos días antes de que asumiera una de las vicepresidencias de la FIFA. Desde esa fecha, primero pasó encarcelado en Suiza, hasta que el 18 de diciembre anterior fue extraditado al país norteamericano para afrontar el proceso en su contra. Hoy cumple 260 días sin libertad.