Eduardo Li no tendrá que utilizar más el grillete electrónico que monitorea su ubicación en Estados Unidos.
Pamela Chen, jueza a cargo del proceso legal del tico, aprobó la solicitud hecha por los abogados del exdirigente, que pidieron retirarle el dispositivo que lleva en un tobillo.
La petición se basó en que, según Samuel Rosenthal, abogado del nacional en suelo estadounidense, el exjerarca ha respetado todas las condiciones impuestas.
El beneficio otorgado significa una restricción menos para el expresidente de la Federación Costarricense de Fútbol, quien reside en el sur de la Florida, Estados Unidos.
Mientras se resuelve su caso, Li tiene libertad para trasladarse entre Florida y Nueva York, puede estar fuera de su residencia entre las 8 a. m. y las 10 p. m. y trabajar en una empresa familiar.
La Justicia de EE. UU. sí mantiene un control sobre él mediante un sistema telefónico automatizado y no le permite salir de ese país.
Las condiciones citadas son muy favorables si se comparan con las que cumplía el exfederativo antes del 7 de octubre anterior, cuando se declaró culpable, y aún más desde que fue detenido en Zúrich, Suiza, el 25 de mayo del 2015, cuando estalló el llamado FIFA Gate .
El hecho de quitarle el brazalete, que lo monitorea las 24 horas del día, es lo más parecido a dejarlo vivir en libertad.
Cuando estaba en prisión, no tenía ningún privilegio y más bien debía acatar un estricto régimen disciplinario.
Por ejemplo, durante los 82 días que permaneció preso en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, Nueva York, Li debía cumplir una rutina implacable, como estar en pie a las 6 a. m., tener limpia su celda antes de las 7:30 a. m., utilizar un uniforme verde y respetar los tres tiempos de comidas.
Similares fueron los 205 días que estuvo encarcelado en la cárcel de Winterthur, en Suiza, donde incluso trabajó armando bicicletas.
Largo camino. El exdirectivo aún no tiene fecha de sentencia, de acuerdo con el cronograma de audiencias de la Corte del Distrito Este de Nueva York. Tampoco hay programadas audiencias públicas en los próximos meses.
Una situación similar atraviesan otros tres de los 25 involucrados en el FIFA Gate.
Hace medio año, Li asumió su responsabilidad en los cargos de conspiración de crimen organizado, participación en un esquema de fraude electrónico y conspiración en fraude electrónico. Por cada uno de estos delitos, hay una pena máxima de 20 años de cárcel.
Li confesó el pago de sobornos para ceder los derechos de transmisión y mercadeo de los partidos eliminatorios de la Sele para el Mundial Catar 2022.
También reconoció que sustrajo $90.000 (¢50,4 millones) mediante el uso de facturas falsas, de dinero girado para la organización del Mundial Femenino Sub-17 en el 2014.
Cárcel en Suiza
1. Permaneció 205 días en una pequeña prisión para 48 reclusos en la localidad de Wintenthur.
2. Podía recibir una sola visita a la semana de otras personas que no fueran su abogado.
3. Entre sus derechos estaba el disponer de una hora para permanecer en el patio.
4. Debía acatar las normas de todos los reclusos, sin ningún tipo de privilegio.
Cárcel en Nueva York
1. Estuvo 82 días en el Centro Metropolitano de Brooklyn, N. Y.
2. Podía recibir visitas de lunes a domingo; sin embargo, las muestras de afecto eran limitadas a un breve abrazo y un beso.
3. Debía estar en pie a las 6 a. m. y tener limpia su celda antes de las 7:30 a. m.
4. Estaba obligado a utilizar un uniforme de color verde, destinado a la población recluida ahí.
Arresto domiciliario
1. Pasó 230 días en un apartamento en Nueva Jersey bajo estrictas medidas de seguridad.
2. El apartamento estaba equipado con cámaras de vigilancia y alarma en las puertas.
3. Solo tenía permiso para salir a audiencias a la Corte, actividades religiosas e ir a un gimnasio.
4. Solo podía movilizarse en un rango de 70 km de la Corte, pero con permiso de un juez.
Situación actual: residencia en Miami
1. Desde hace seis meses y cuatro días vive en un apartamento familiar en Miami, Florida.
2. El exdirigente debe cumplir un toque de queda de 10 p. m. a 8 a. m. y puede trabajar.
3. Tiene libertad de desplazamiento desde el sur de la Florida hasta Nueva York.
4. Ya no debe portar el brazalete electrónico que monitorea su ubicación todo el día.