Una de las voces autorizadas en Costa Rica para hablar sobre materia antidopaje es el doctor Félix Murillo, quien tiene 36 años de experiencia en la lucha contra el uso y el consumo de sustancias prohibidas en el deporte.
Murillo evacuó algunas dudas sobre el caso del futbolista Henry Figueroa, quien el 8 de diciembre fue citado a un control antidopaje tras culminar la fase final entre Liga Deportiva Alajuelense y Herediano.
El jugador, que en ese momento pertenecía a los rojinegros, acudió al camerino en el que se efectuarían los controles a cargo de la Comisión Antidopaje de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) y estando ahí recibió una llamada, en la que le informaban que había muerto su mamá.
Figueroa explotó en lágrimas y los presentes le dieron el pésame.
Los personeros de la Comisión autorizaron al futbolista para que se marchara, hicieron otro sorteo y llamaron a Jonathan Moya para que acudiera al control en lugar del hondureño.
El propio jugador admitió este viernes que no falleció nadie de su familia, que tiene problemas personales, serios, al punto de que sus seres queridos corren peligro, tras recibir amenazas.
A raíz de eso, La Nación contactó al doctor Murillo, especialista en el tema, para que emita su criterio sobre lo ocurrido y lo que puede pasar con este caso de Henry Figueroa.
— ¿Cómo se actúa en una situación así?
Una persona que entra a un control antidopaje tiene que realizarlo, a no ser que tenga una quebradura, que eso ya amerita llevarlo al hospital, o que se desmayó, una situación que le impida estar ahí.
— ¿Existe alguna normativa en la que se indique que el deportista citado a un control puede irse por fuerza mayor?
Para mí sería nuevo una norma así, que cualquiera se pueda ir con el visto bueno de la Comisión porque se me murió mi mamá o porque se me murió mi papá, o qué se yo. No lo sé. Lo que yo pienso de este caso es que pasara lo que pasara en ese momento, los personeros de la Comisión tenían que haberle efectuado el control.
— Ellos están en el camerino donde se efectúa el control antidopaje y ahí es donde Figueroa recibe la llamada en la que en primera instancia le comunican que un familiar falleció y entonces lo autorizan a que se vaya, hacen de nuevo el sorteo y citan al control a otro jugador en su lugar, ¿eso puede considerarse como que el defensa se negó a hacerse el control?
En lo absoluto. Para mí, los señores de la Comisión son los que juzgaron y creyeron todo lo que escucharon en ese momento, pensaron que era de vida o muerte, que era una emergencia. Para decirle que se fuera, fue porque lo consideraron casi como una emergencia médica y para mí no lo era.
Si fue notificado, tenía que haber ido y los responsables del control, aplicárselo. Si él recibe un golpe terrible y se lo llevan al hospital, es lógico que no podría hacérsele el control, pero él estaba ahí.
Si él estaba ahí, a nadie puede ocurrírsele decir que se negó, porque en realidad fue que no se lo hicieron.
No sé cuál fue el criterio del encargado del control antidopaje de ese día.
— ¿Qué piensa de lo sucedido?
La interpretación fue muy subjetiva, algo que decidieron ante la impresión del momento, sin ninguna constancia de nada. A mí me dicen que se le murió la mamá a un jugador y yo pienso dónde está la familia, en Honduras. Ahí mismo pregunto, a qué hora va a salir el avión, entonces dirán que debe comprar boletos y con eso, perfecto.
Antes de que se vaya, cumpla con su deber y listo. Eso hubiese hecho yo. Está bien que criterios hay por montones y si la Comisión definió en una forma subjetiva que era importantísimo que él se fuera inmediatamente, pues yo no sé cómo se iba a ir. Pudo hacerse el control, no era de vida o muerte.
¿Cuántas veces no se le muere un familiar en Costa Rica a alguien en Europa? Nadie puede irse inmediatamente, hay que esperarse a que haya un vuelo.
Igual pasa aquí, él no se podía ir de inmediato. No es que ahí tenían los boletos de avión en mano para que saliera en 15 minutos.
La llamada fue en ese momento que estaba en el control, para mí no hay justificación de que no se lo hicieran, no es que él lo evadió o no quiso hacérselo, porque él estaba ahí.
— ¿Usted qué hubiese hecho?
Si a mí me hubiera tocado, primero hago el control y después se va. Orina y se va, esa tenía que ser la decisión en el momento, pero optaron por otra cosa.
— ¿En qué caso puede decirse que alguien se negó a efectuarse un control?
En la historia de aquí, en los Juegos Nacionales de Limón hubo un beisbolista que no acudió al control antidopaje y se le declaró positivo, junto con otro muchacho, porque decían que estaba de fiesta, celebrando. Ahí estaban las hojas firmadas por los dos muchachos donde se les notificó que debían estar en el control a determinada hora, desaparecieron, no llegaron y se les puso un castigo. Son los dos que yo conozco que se notificaron y no fueron.
— ¿Pudieron haber acompañado a Figueroa hasta que orinara, dándole un seguimiento?
Así es. Ahí pudieron decirle lamentamos lo que está pasando. Orina y se va o hasta inclusive, tomar la decisión de que está bien que comience a hacer sus trámites, pero vamos con usted y lo acompañamos hasta que podamos tomarle la muestra.
Perfectamente se pudo darle un seguimiento o que se quede ahí donde estaban.
— ¿Pecó la Comisión por buena fe?
Yo lo que creo es que ellos posiblemente nunca se habían enfrentado a una situación así. Desde 1983 que yo empecé con esto, he escuchado excusas, clavos, problemas, todos diferentes para no hacer controles, pero cuando apareció la Agencia Mundial Antidopaje (AMA o WADA) quedaron clarísimas las reglas, están las actas y todo escrito.
Las Comisiones Nacionales Antidopaje ya tienen un marco legal, un manual de procedimientos que es parejo para todas las federaciones y asociaciones que hagan controles y ellos quizás nunca habían pensado en estas cosas que les podían pasar.
Cosas que a uno ya le habían pasado, en el montón de años atrás, que se resolvieron de la mejor forma y que ellos en este momento, tal vez les faltó experiencia y malicia, porque difícilmente a mí me hubieran manipulado.
— ¿Con cuáles excusas le tocó lidiar a usted?
Que estoy cansado, que no puedo orinar. Una vez en un estadio había un muchacho que no quería orinar, ya lo habían ido a llamar y estaba notificado y no quería y no quería. Me fui a buscarlo, que quién era fulanito. Me responde por allá: ‘yo’. Ahí le indiqué que a partir de este momento tenía cinco minutos para que vaya a la sala de control.
Me insistió en que no tenía ganas de orinar. Le advertí que si no iba a la sala, cerraba el documento poniéndolo ausente porque debía estar en los 15 minutos posteriores, que se establecían en esa época.
Di media vuelta, me fui a la sala de control y en eso apareció en menos de cinco minutos.
Llegó de nuevo diciendo que no iba a orinar, porque no tenía ganas y le respondí que no se preocupara. Le comenté a otra persona que se llevara el carro, que yo luego veía cómo me iba, o que me quedaba durmiendo en esa sala con ese futbolista hasta que orinara.
Que ahí estaríamos, sin permitir comida ni nada. Después de eso no duró ni cinco minutos y le voy a contar que esa fue la orinada más gigantesca y larga que yo haya oído en mi vida como encargado de un control antidopaje. Esa persona no paraba de orinar.
Hoy pienso que me equivoqué, que tenía que haber sido más rudo todavía, porque él estaba tomando agua y agua y agua, limpiándose.
De ese caso con ese jugador, le salieron tres sustancias rozando el límite de lo permitido y así se salvó esa persona, porque yo cometí un error.
Yo tenía que haberlo ido a traer antes. Esas cosas pasan y a los integrantes de la Comisión Antidopaje que estaban ahí les faltó esa experiencia de años y años que hay que llevar. Ojalá esto sirva para que no se dejen manipular, ni creer o no creer todo lo que les dicen los deportistas.
A todos les pasa algo y a mí me pasó y ya ve; sin embargo, lo hice ir a orinar, no era que no podía, era que no quería, que eran dos cosas diferentes.
— ¿Lo sucedido con Henry Figueroa da para abrirle un proceso?
Difícilmente pienso que puedan hacer algo. Para mí no hay nada que hacer, porque él estaba en la sala de control, no es que no fue. No fue que se dio a la fuga, porque a él le dijeron que se fuera.
Tampoco hay una muestra recolectada para poder decir que tenía o no tenía sustancias prohibidas en su organismo. Ni una cosa, ni la otra.
No se fugó, ¿por qué?, porque estaba ahí, él llegó. No sé si fue notificado completamente o si fue escogido, porque una cosa es escogerlo y otra notificarlo.
Si lo notificaron y le dieron el permiso, ya ahí no hay nada qué hacer. Yo sinceramente pienso que no tendría asidero legal, porque a él le dieron permiso.
— ¿Pero si ese permiso se lo dieron porque le comunicaron que alguien falleció y luego él mismo admite que ningún familiar murió se expone a una sanción?
Es que si primero le comunican algo y después resulta que era falsa alarma y que el problema es otro, fue lo que pasó en el momento, porque todos lo escucharon en altavoz, ¿con qué lo van a castigar?
Yo creo que no hay nada que hacer, porque no se puede sancionar por el uso de sustancias prohibidas porque ni siquiera se le hizo un control, entonces cómo alguien va a asegurar que usó alguna sustancia dopante. No hay pruebas y usted bien sabe que en temas de dopaje lo que vale es la prueba.
Después, que él se haya fugado no es cierto. Tampoco es cierto que él se negó a hacerse el control, porque lo que pasó es que le dieron el permiso de irse. Eso es otra cosa.
¿Cómo lo hizo y qué pasó realmente? Eso pueden investigarlo y todo lo que quieran, pero para mí, yo no le encuentro algo castigable.
Castigo aplica como a los que se les notificó y que debían estar en el control pase lo que pase, que fueran por su medalla, pero no que se quedaran en desfiles y de juerga después, olvidándose del control, porque ya habían firmado la notificación.
Esto es un error de interpretación psicológica, creyeron en una cosa que tal vez el mismo muchacho creyó, uno no sabe. Puede ser que sea cierto que él pensara en ese momento que se le había muerto esa mujer a la que él llamaba mamá en su país, porque vea, yo soy doctor y no puedo afirmar ni descartar que eso haya ocurrido, usted como periodista tampoco puede, las personas que estaban en esa sala del control tampoco.
Ahí todo se resolvía fácil, primero orina y luego se va. En ese lapso que él tuvo para subirse al avión al día siguiente, le pudieron haber hecho el control.
Para mí, el encargado del control antidopaje se pasó de buena gente y eso lo llevó a equivocarse.
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