“En ese momento sentí mucho dolor, la verdad es que fue algo muy impactante para mí, porque nunca había sufrido una lesión así. Fue muy difícil, fue muy doloroso y, conforme pasaban los minutos, también me daba un poco de cólera”, expresó Kevin Cabezas a La Nación, cinco semanas después de que sufrió fractura de tibia y peroné en el partido entre Liga Deportiva Alajuelense y Escorpiones de Belén, en el Torneo de Copa.
Aquella sensación de rabia, frustración e impotencia se mezclaba con ese dolor insoportable que no se le desea a nadie. En milésimas de segundo, el mediocampista rojinegro tenía claro que acababa de sufrir una lesión terrible —que hasta creyó que era mucho peor—, pero lo que más le molestaba era que en ese partido había salido como titular, estaba jugando bien y le pasó eso.
- En el estadio, de inmediato hubo consternación total y cuando por televisión proyectaban las repeticiones, era claro que se trataba de una fractura. ¿Usted se percató de esas reacciones del público?
- Cuando siento la fractura, es muy dolorosa y me dejo caer. Cuando voy hacia el suelo, me recuesto hacia el lado derecho y veo a toda la gente en la grada. Eran caras de angustia, llevándose las manos a la cabeza, y eso fue más impactante para mí, porque en cuestión de segundos pensé lo peor, pensé que el hueso se me había salido, o algo así. Al ver la repetición, creo que cualquiera se sorprendería, porque fue impactante.
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- ¿Entonces vio la repetición?
- Claro, la repetición la vi cuando me encontraba esperando en emergencias, después de que me sedaron y el dolor estaba un poquito más controlado. Ahí vi lo que me pasó y también cómo terminó el partido.
- ¿Cómo fue el momento en que usted conversa con Keyshawn Hurtado, el jugador de Escorpiones que se vio implicado en esa acción aparatosa y desafortunada?
- Con Keyshawn hablé como dos días después de la fractura, ya estaba operado. Él se comunicó conmigo y la verdad es que me explicó todo lo que estaba pasando, lo que él estaba sintiendo en el momento, y me ofreció disculpas por lo ocurrido. Yo le dije que estuviera tranquilo, que esas son cosas que pasan en el fútbol y que estaba de más sentirse mal por una jugada así, obviamente.
”A lo que me refiero es que, en el momento, aparte de lo que dice la gente y cómo lo trataron, también fue muy duro para él. Yo le dije que siga adelante, que esté tranquilo, que no se ‘ahueve’, porque está empezando, es muy joven, y la verdad es que eso le pudo haber pasado a cualquiera.
”Nos tocó a nosotros y no tengo ningún resentimiento hacia él. Creo que fue una buena conversación, y después de esa primera charla estuvimos en contacto por varios días, y todo bien”.
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- ¿Usted más bien trató de levantarle el ánimo a ese joven?
- Claro, vi una repetición donde lo sacan de cambio, lo vi llorando y me sentí bastante mal por él, en el sentido de que fue algo infortunado, de esas cosas que pasan en el fútbol.
- ¿Qué vino después? Porque la Liga procuró operarlo casi de inmediato.
- Tuve un poco de suerte con la fractura, porque el hueso no se desplazó. Entonces, el doctor me dijo que la operación duraría como una hora y media o dos horas, pero en realidad, como tuve suerte con eso, duró unos 40 minutos. Me dijo que todo salió bien, que vendrían muchos dolores y muchas otras molestias, pero que todo era normal. Me dio la salida y regresé a casa.
- ¿Y empezó el dolor más fuerte?
- Regresé a casa y dormí esa noche, pero me desperté a las 5 a. m. cuando el efecto de la anestesia en la pierna se había pasado y el dolor empezó de nuevo. Me tomé los medicamentos, esperando que hicieran efecto, pero sentía casi el mismo dolor que cuando ocurrió la fractura.
”Esperaba que llegara la hora de la siguiente toma de medicamentos, incluso con una dosis más fuerte, y no me hacía nada. Regresé al hospital y estuve internado siete días. Fue una semana en el hospital”.
- ¿Era normal, parte de lo mismo?
- Sí, era normal, de cierta forma. Lo que pasa es que todo lo que me ponían no me hacía efecto y lo que necesitaba era que me durmieran la pierna por completo, por ese dolor tan insoportable. Me ponían morfina y fentanilo y el dolor insoportable seguía igual. Ante eso, la única manera en que sentía alivio era cuando me anestesiaban la pierna.
- ¿Y qué pasó cuando le dieron de alta?
- Yo vivo en Grecia con mi novia y mi bebé, pero el apartamento tiene muchas gradas, entonces era un poco complicado. Así que me fui a la casa de mi mamá por un tiempo, en Poás. Ahí estuve y, la verdad, todavía es difícil, con dolores. Ya es un dolor diferente y hasta me cuesta explicarlo, porque no es por la fractura, sino que me empezaron a doler otras partes de la pierna.
- ¿Cuándo dejó de sentir dolor?
- Todavía no... Es que cierto dolor duró como 15 días y ya cuando era más controlable empecé la rehabilitación. Mi mamá me llevaba todos los días en mi carro y empezaron dolores diferentes, en distintas partes de la pierna.
”Tuve un daño en un nervio, que aún lo tengo, y poco a poco lo he ido superando. Es desde el tobillo hasta el pie y los dedos, porque toda esa parte la tenía dormida, no sentía nada, no tenía movilidad de nada.
”Conforme pasa el tiempo, he ido recuperando movilidad, pero es un dolor diferente, cansado y hasta desesperante, como un hormigueo. Ahora todavía tengo un problema en el dedo gordo, pero con la terapia vamos mejorando; aunque, la verdad, todavía tengo dolor, no voy a mentir”.
- Escuchar que tiene fractura de tibia y peroné debe ser un impacto fuerte en el momento, pero ¿qué pensó cuando le dijeron que el tiempo de recuperación sería de cuatro meses?
- Cuando me dijeron que serían cuatro meses, fue un alivio. En el momento de la fractura yo creía que el hueso se había salido, pensé lo peor y creí que iba a estar fuera unos nueve meses o un año; pero cuando me dijeron que serían cuatro meses, me sorprendí. Eso fue una gran alegría en medio de todo, porque no es tanto tiempo. La verdad, creí que iba a ser más y estoy muy agradecido con Dios por eso.
- ¿Ya piensa en cómo será su regreso?
- Claro, todos los días. La verdad es que todos los días voy al CAR, hago mi terapia y los trabajos de rehabilitación, y en eso estoy pensando. Espero que cuando regrese esté mejor de lo que estaba antes, porque es un trabajo mental que estoy llevando. Uno siempre tiene que aprender y salir más fuerte de este tipo de pruebas.
”Sé que será un proceso largo en estos cuatro meses y también estoy consciente de que al principio voy a tener problemillas con la bola, pero para eso es la recuperación y la rehabilitación. Espero que lo que venga sea mejor de lo que era antes”.
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