Heredia. El Club Sport Herediano estuvo anoche a solo nueve minutos de sufrir una nueva vergüenza a manos de un Belén FC que se ha convertido en su bestia negra.
Un derechazo de Yosimar Arias le permitió al Team salvar al menos un punto en una cancha de la que, unos meses atrás, muchos salían con cuatro o cinco en el saco.
Muchos, menos Belén, el vecino incómodo que se sabe muy bien la receta exacta para complicarle la vida al Herediano.
Anoche quedó en evidencia que el técnico Breansse Camacho conoce al dedillo cuáles son los puntos débiles de su antiguo equipo.
Los belemitas prácticamente no dejaron calentar al cuadro local y desde el minuto 3’ comenzaron una andada de aproximaciones que mantuvieron a César Eduardo Méndez al borde del banquillo.
A partir de la excelente recuperación de los volantes Carlos Acosta y José Daniel Varela, los visitantes montaban ofensivas que hacían ver verdaderamente mal a todo el cuadro rojiamarillo.
Bryan Vega, José Luis Cordero, Bryan López y Minor Díaz llegaron una y otra vez al borde del área sin que los zagueros o contenciones supieran cómo detenerlos.
En toda la primera parte, el Team solo tuvo dos aproximaciones serias: un tiro libre de Gabriel Gómez (12’) que el arquero Erick Sánchez envió al córner y una jugada personal que Olman Vargas definió mal (22’), cuando ya había dejado botado a Sánchez.
Tras eso, nada. En el campo solo estuvo Belén. Cerrando espacios, marcando, rematando y abriendo el marcador a tres minutos del descanso, en un pase magistral de Cordero a la carrera de Vega, quien solo tuvo que amagar el remate para hincar a Moreira con toque sutil.
El complemento terminó de desnudar a un Herediano que en muchos tramos del partido se olvidó de ser equipo. La mejor prueba de ello fue que, aun con Elías Aguilar, Yosimar Arias, Alexánder Larín y José Sanchez sobre la grama sintética, seguían recorriendo al pelotazo para intentar romper el impecable cerrojo belemita. Hizo falta un trallazo del mismo Arias, al 81’, para traer del vuelta una breve muestra del Team que solían ser.
El otrora cerebro florense saltó del banquillo para empalmar un derechazo imposible para Sánchez e igualar la cifras de un juego que ya se acercaba a su final.
Los minutos restantes se fueron entre un Herediano desesperado por responder a la rechifla y los gritos de “¡Fuera, Méndez!” que caían desde la grada, y un Belén que no perdió la calma.
El empate en el Rosabal Cordero es un botín valioso para empezar el torneo y un mensaje claro de que seguirán siendo un dolor de cabeza para los rojiamarillos.