El Kevin Chamorro que inició en el fútbol tenía la ambición del que hoy tiene a Saprissa en la gran final, pero tuvo que enfrentar un reto mental y físico que lo puso a prueba a la corta edad de 13 años.
Chamorro llegó al Proyecto Gol procedente de Liberia, Guanacaste, gracias a una invitación que le hizo Frank Carrillo, en ese tiempo parte del equipo de preparación de porteros de la Federación Costarricense de Fútbol.
Su agilidad y mentalidad hicieron que Carrillo le pusiera el ojo al hoy arquero del Saprissa y buscara proyectarlo sin importar un elemento por el que ya muchos lo habían descartado: el sobrepeso.
Carrillo vio en Chamorrro un guardavallas de nivel y con condiciones que para su edad eran destacadas, por lo que al traerlo al Valle Central el siguiente reto era conseguir meterlo en un equipo del centro del país. Kevin jugaba en un plantel de Liberia que se llamaba La Carreta.
“Un día recibo una llamada de Frank Carrillo y me dice: ‘Paleta, mirá tengo un buen portero pero necesito que usted se lo deje, lo inscriba y le dé casa y comida... Él tiene condiciones’... Yo en Frank confío mucho y decidí hacerle caso”, recordó Édgar Artavia, director de la Academia Wílmer López y presidente de Carmelita.
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Artavia fue enfático en que ya Carrillo había tocado otras puertas para que le ayudaran con el desarrollo de Chamorro, no obstante, siempre la contextura del futbolista generó dudas.
“Él era gruesito y nadie lo quería. Cuando Carrillo me habla a mí pues lo traemos y yo le vi unas ganas de triunfar y a puro entrenamiento lo logramos nivelar”, explicó.
El trabajo en cancha junto con una asesoría nutricional que le consiguió la Federación hicieron que Kevin ‘estirara’ y más bien se volviera un joven con muy buena masa muscular.
“Cuando lo conocimos estaba muy pesado, no era lo adecuado para su edad. En su momento llamé a Paleta y se lo recomendé porque estaba sin equipo y necesitábamos que estuviera más cerca, no en Liberia. En Liberia no era competitivo. Una vez que llegó a Carmelita se quedó y solo evolución ha tenido”, contó Carrillo.
Desde entonces, el hoy titular del Saprissa ha competido por ser uno de los guardavallas de proyección del país, al punto de que disputó con Patrick Sequeira la posibilidad de hacer una pasantía en el Sporting Lisboa de Portugal.
Al final, Sequeira fue el que tuvo el chance, pero según Artavia el factor determinante fueron los dos centímetros de menos que mide Chamorro en comparación con Sequeira: “Chamarro mide 1,88 m y Patrick 1,90 m; eso pesó″.
Carrillo, en tanto, no duda de la calidad del hoy arquero de Saprissa: “Es un portero con ambición, deseos de superación, ha sabido esperar el momento; eso solo lo hace alguien con paciencia”.
Kevin Chamorro logró en la final de segunda ronda ser determinante para Saprissa, porque paró un penal en el último minuto y alargó la vida del Monstruo y lo puso a dos partidos de alcanzar su estrella 37. Hoy el arquero solo ve como un recuerdo cuando lo descartaron por su peso hace una década.
Su rendimiento ha sido tan determinante que Saprissa ya le hizo saber a Carmelita que quiere extender el préstamo del guardavallas.
De hecho, en el conjunto verdolaga están muy conformes con el trato que le han dado al jugador en Saprissa, por lo que ven con muy buenos ojos que siga vistiendo la camiseta del 36 veces campeón nacional.
“Chamorro quiere, nosotros queremos, Saprissa quiere, entonces se dará”, finalizó Édgar Artavia, jerarca carmelo.