Ryan Bolaños tiene 20 años y a su corta edad acumula tres temporadas en la máxima categoría, pues debutó a los 17 con Limón FC. Este vecino de Cahuita llegó al profesionalismo en el deporte, pero continúa con un estilo de vida como si fuera amateur.
El lateral izquierdo del cuadro caribeño, quien también forma parte del proceso Sub-23 que comanda Douglas Sequeira, no esconde sus humildes esfuerzos para mantenerse en la Primera División, debido a que es de una zona alejada de la provincia caribeña.
Bolaños es asalariado; sin embargo, prefiere ayudar en lo que pueda en su hogar antes de gastar el dinero en un lujo que todavía puede esperar, como lo es un vehículo. El zaguero tarda una hora todos los días de Cahuita a Limón centro, en horas de la madrugada, para llegar por la mañana al Juan Gobán a entrenar. Luego, toma otro bus para regresar a su casa, en una hora más de viaje.
La rutina del defensor es una costumbre porque la sigue desde que tiene 14 años, cuando llegó al proceso U-15 de los caribeños.
“Yo siempre he vivido en Cahuita, un día un amigo me dijo que si lo acompañaba a entrenar con la escuelita de Limón, en ese momento tenía 13 años; al final me quedé. Afronté los procesos de U-15, estuve varias veces en Linafa, luego a los 16 volví y a los 17 años don Horacio Esquivel me debutó. Yo viajo una hora todos los días para entrenar, en bus. La práctica empieza a las 8 a. m., entonces debo tomar el bus de 6 a. m. porque se dura una hora”, contó.
Al preguntarle directamente: ¿Y por qué no tiene carro?
La respuesta fue contundente: “No he podido tener carro, qué va, hay otras prioridades”, sentenció el jugador, para luego dar a conocer que se ahorraría hasta 40 minutos de viaje.
Si a alguien le debe el éxito de llegar a la Primera División es a sus papás, don Wílmar Bolaños y doña Yoconda Davies.
La madre y el padre del carrilero son los pilares de su carrera, ellos se encargan de apoyarlo en su sueño y además lo impulsaron cuando él, por diferentes circunstancias, tuvo un bajón anímico.
“Desde pequeño me imaginaba todo esto, esto es lo que uno más quiere, pero tengo que trabajar muy fuerte y en el torneo nacional hay que hacerlo bien. Mi familia siempre ha estado ahí para apoyarme, al principio me llevaban ellos a los entrenamientos y me dan lo más importante, que es un hogar. Con ellos estaré eternamente agradecido”, resaltó.
El zurdo que termina contrato con Limón en diciembre, genera buenos comentarios en los equipos grandes del Valle Central desde hace varios torneos. El propio deportista sabe que Herediano, por ejemplo, le da un seguimiento especial.
La buena pegada, su rapidez y precisión en los centros son características que llamaron la atención del gerente general florense, Jafet Soto.
“Cuando me dijeron lo tomé como una buena opción, pero tengo otras cosas en mente. No he hablado con él, porque lo que quiero es saltar afuera. Ahora, si se complica lo de ir afuera, pues ya quiero dar el paso a un grande de Costa Rica. Alguien me está asesorando para irme afuera. Lo más ideal es jugar en Europa, pero veremos qué pasa”, confesó entre risas.
Los tiros libres son la especialidad de la casa y desde pequeño destaca como un francotirador. El principal maestro es Kurt Bernard, símbolo limonense.
“Desde pequeño he tenido buen pie, también el cabaceo es otra fortaleza. Los goles míos son de táctica fija, los practico mucho, todos los los entrenamientos me quedo media hora más porque sé que solo así se puede llegar a ser el mejor”, añadió.
Ryan tiene claro que está listo para dar el salto, de hecho finalizó agregando que no le teme al reto de desenvolverse solo fuera de Limón. “Yo sé cocinar y mi especialidad son las pastas, así que eso no me preocupa. Mi familia, gracias a Dios, me enseñó a hacer todas las labores del hogar”, expresó.
Más historias:
LEA MÁS: El éxito del exjugador de Alajuelense y Saprissa que le aterraba dejar el fútbol
LEA MÁS: Julen Cordero disfruta del objetivo que su padre Víctor no alcanzó por amor al Saprissa