El 13 de mayo de 2015, Deyver Vega festejó el último gol marcado en la antigua cancha sintética del Estadio Ricardo Saprissa. En aquella ocasión, los morados vencieron 1-0 a Alajuelense en las semifinales del Torneo de Verano 2015, pero no les alcanzó para avanzar a la final. Los manudos se impusieron en el global 2-1.
Las canchas artificiales llegaron a Costa Rica hace 20 años. Saprissa fue quien inició la tendencia de las gramas sintéticas en el país cuando cambió la de su estadio en 2004. Sin embargo, en 2015, los morados volvieron a lo natural.
¿Por qué la dirigencia saprissista decidió dejar atrás la moda del césped sintético y optó por un campo con zacate natural, tal y como está en este momento?
En agosto de 2014, Saprissa comunicó que la gramilla sintética sufrió serios daños tras el alquiler del estadio para un evento de motores que se efectuó en mayo de ese año.
En un comunicado de prensa, Saprissa acusó en ese instante de negligente a la empresa encargada de la actividad, por no cumplir con el compromiso de proteger la gramilla.
“Estos daños, si bien no impiden que se desarrolle un partido de fútbol con normalidad, siempre y cuando se realice una fuerte labor de mantenimiento y reparación, sí desmejoraron notablemente la calidad de la cancha y reducen su vida útil”, informó Saprissa en el comunicado emitido en agosto de 2014.
En esa época, los morados tenían previsto arreglar los drenajes, pero debido a los daños en la gramilla, que debía cambiarse por completo, los dirigentes morados analizaron si continuar con un campo artificial o invertir en uno natural.
“Luego de un amplio análisis por parte de la dirigencia y de los expertos contratados para dichos efectos, se desarrollaron varias alternativas de cómo actuar frente al daño grave que sufrió la gramilla y los efectos perjudiciales para Saprissa”, destacó el club.
A inicios de agosto del 2015, Juan Carlos Rojas, presidente de Saprissa, dejó claro que preferían contar con un campo natural y no continuar con el sintético.
“Estamos muy satisfechos de poder darle al saprissismo, al fútbol y a nuestros jugadores una cancha natural de primerísimo nivel. Ya van diez años de haber tenido cancha sintética y la verdad es que volver a natural es un sueño de todos, así es como el fútbol se debería jugar, comprendíamos que antes era muy difícil tener natural por no tener un centro de entrenamiento, pero ya ahora con la expansión del centro de entrenamiento se nos posibilita el tener la cancha, es el fruto de un gran esfuerzo”, expresó Rojas a los medios de comunicación.
Los morados consideraron que lo mejor era cambiar los drenajes y optar por una gramilla natural a la que le darían poco uso. Esto significaba que los entrenamientos del primer equipo y las ligas menores se efectuarían en canchas alternas. En 2014, Saprissa inició la administración de un complejo en la Rivera de Belén y allí se preparaban sus equipos. Con el paso del tiempo, pensaron en algo propio y hoy día cuentan con el Centro de Alto Rendimiento Roberto ‘Beto’ Fernández.
En los primeros días de julio de 2015, Saprissa finalizó la colocación de la nueva gramilla natural.
“En medio de una gran fiesta y en una tarde soleada del 9 de agosto de 2015, la ‘Cueva’ volvió a estrenar gramilla natural en un infartante empate 2-2 contra el Santos de Guápiles. El delantero Ariel Rodríguez fue el primer anotador sobre el nuevo césped y, en su celebración, besó la superficie”, recordó Saprissa en su página web.
La cancha está conformada por 420 rollos de césped natural, sembrado en la zona de Guápiles durante ocho meses y tiene la particularidad de crecer bajo la sombra. La gerencia general de los morados comunicó en agosto de 2015 que la inversión en el nuevo campo tuvo un costo de ¢160 millones.