El Saprissa bajo las órdenes de Wálter Centeno es arrollador cuando marca el primer gol de los partidos. Sin embargo, parece destinado a la derrota si el rival le anota de primero.
Desde que el exvolante asumió el banquillo el 3 de febrero, su equipo ha anotado el primer gol en 13 partidos, de los cuales ha ganado 11, empatado uno (1-1 ante Pérez Zeledón el 20 de marzo) y perdido uno (frente al Santos de Guápiles, 5-3, el 31 de marzo).
En contraparte, cuando los tibaseños encajaron la primera diana de los encuentros, no fueron capaces de ganar ninguno de sus juegos. Los rivales marcaron el primer tanto en ocho oportunidades. De ellas, Saprissa empató la mitad de los partidos (frente a Alajuelense, Pérez Zeledón y San Carlos, dos veces) y cayó en la otra mitad (frente a Limón, Cartaginés, San Carlos y Santos).
¿A qué se debe tal diferencia en el rendimiento del Saprissa? Los técnicos Marvin Solano y Horacio Esquivel coinciden en que al Monstruo le cuesta mucho abrir espacios ante equipos que se encierran (aún más si tienen el marcador a favor). En cambio, Paté y los suyos aprovechan su buen manejo de balón para dominar los partidos cuando son ellos quienes anotan primero y el rival debe salir a equiparar el juego.
Solano afirma que Saprissa se fortalece cuando anota primero —y aún más cuando juega en casa—, pero le cuesta si el rival juega a contraatacar. Cabe destacar que las cuatro derrotas que tiene Paté cuando ha recibido el gol primero han sido de visita.
“Cuando el equipo toma la ventaja es muy fuerte, especialmente en casa, porque hace que el rival deba abrirse y deja más espacios. Por el contrario, cuando el rival le anota, éste puede ajustar más el partido a lo que ellos quieren, un estilo más a la contra, lo que hace más difíciles las cosas para Saprissa, el rival puede jugar muy defensivo y lo obliga a salir, entonces eso favorece al rival", mencionó Solano.
Puede parecer lógico, pero los números no son tan contundentes con otros equipos. El Alajuelense de Carevic, su rival del sábado, por ejemplo, no ha perdido en los juegos en que el rival le ha anotado primero (ganó uno y empató dos, incluyendo amistosos y campeonato nacional). En contraparte, la Liga tampoco alcanza el poderío morado cuando abre la cuenta, si bien no es nada despreciable su 75% en esa circusntancia (tres triunfos y una derrota).
En criterio de Horacio Esquivel, para Saprissa, como todos los equipos, es importante anotar de primero, pero sí es curioso que no logre revertir los marcadores cuando recibe un tanto primero.
“Los equipos anotan y tienden a cerrarse, hacen buenos bloques, ya que tienen el marcador a favor y Saprissa por su modelo de juego, que es más de toque y no es tanto de hacer presión alta, hace que el tiempo corra. Los equipos ya le conocen el modo de juego y le hacen bloques que le dificultan la penetración”, mencionó el estratega.
Y agregó: “Saprissa juega al filo de la mitad de la cancha. La última línea siempre está cerca del mediocampo, entonces a la hora de tocar y tocar y reducir los espacios, también a veces por eso pierden, porque buscan más hacer profundidad y ahí es donde se da la derrota”, explicó.
Santos de Guápiles, como ejemplo, jugó así. Aprovechando que, a criterio de Esquivel, los zagueros morados no agrandan la cancha. Es decir, no se repliegan a tiempo cuando el rival envía balones largos a las espaldas.
“Los jugadores de Saprissa no agrandan. Es decir, ellos reducen espacio hasta la mitad de la cancha. En el momento en que el rival tiene la bola y la va a lanzar, deben agrandar, ir hacia atrás inmediatamente para hacer más espacio antes de que el balón llegue, para evitar que les roben la espalda”, explicó.
Para Esquivel, otro problema de los morados es que los jugadores del Saprissa son lentos a la hora de volver a su posición en defensa.
“Usted ve que Barrantes tiene ese problema. Cuando tiran la bola, Barrantes es muy lento y a veces rompe la línea y quiere irse, y ahí es donde los toman mal parados”, concluyó.