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De niño le encantaba jugar al futbol y soñaba con practicarlo en grandes estadios. Así sucedió cuando siendo joven actuó en Segunda División de su país, Francia. Pero con el pasar de los años, a su dedicación se añadió su verdadera pasión, su vocación: la docencia, ese arte de transmitir conocimientos a otros.
Alain Gay Hardy, técnico campeón con Liberia Mía, dejó un puesto de escritorio en un colegio francés y no lo pensó mucho para venirse a dirigir un equipo en Costa Rica, al otro lado del Atlántico.
Antes de junio del año pasado, Alain era la cabeza del Instituto Dauded, en su natal Avignon, una ciudad cerca de Marsella (está a 80 km de distancia).
Como él mismo lo admite, sentarse en el banquillo de un estadio fue la consolidación de sus dos pasiones: el balompié y la educación.
“Me retiré del futbol muy joven, a los 30 años. Luego me desempeñé como profesor de Educación Física, más adelante saqué el título de Director de institutos (secundaria) y seguí con mi formación como técnico”. Así de resumida es la vida del galo, de 59 años de edad, que vive un momento mediático más allá de lo que hubiese esperado, según dijo.
Todo en su vida ha cambiado, algo bastante lógico para un educador-técnico que tenía su residencia en un casco urbano francés.
Ahora, Alain disfruta de su nuevo hogar, uno muy diferente al europeo: un apartamento ubicado en Playa Ocotal, en el cantón de Carrillo, en Guanacate.
“Tengo suerte de haber venido a un país tan bonito, no me lo imaginaba así”, admitió el estratega precisamente desde la pasividad de su residencia, la cual se ha convertido en casi un nido de amor al lado de su esposa Silvi, el único lazo familiar que posee en este país.
Desde allí se traslada a diario para reunirse con sus pupilos en el estadio Edgardo Baltodano, la sede donde se gestó el grupo que hace cinco días logró su platón de la Primera División del futbol tico.
Rueda la bola. Sus bases de futbol europeo son las que le permitieron a Alain crear un equipo campeón, según dijo durante la entrevista.
“Cuando llegué a Costa Rica me di cuenta que los jugadores de Liberia no tenían gran conocimiento de aspectos tácticos del futbol durante un partido, por eso el trabajo de fondo fue importante para intentar enseñarle a los jugadores las bases necesarias para poder jugar esos partidos”, agregó el francés.
Su filosofía del futbol pasa por intentar tener un equipo que busque la victoria en cualquier escenario, “así sea el Estadio de Francia”. Su clave: la rapidez.
“Me importa mucho que mis jugadores sepan presionar y que al recuperar el balón, seamos capaces de llegar al marco contrario lo más rápido posible”, admitió Alain, quien en sus tiempos de jugador lo hizo para el Amiens Sporting Club Football (Liga 2 de Francia).
Tampoco se inmuta al revelar su táctica preferida, aquella de “línea de tres defensores al fondo, cuatro jugadores en la media cancha, un jugador en un punta, y dos volantes por las laterales”.
“Empleamos un estilo de juego parecido a la selección de Francia en la Copa del Mundo de 1998 (que se realizó en ese país y donde se coronaron campeones)”, indicó el profe .
Primer contacto. La relación directa de Alain con Liberia Mía nació de su amistad con Nicolás Philibert, un francés que Mario Sotela, dueño del equipo liberiano, trajo a finales del 2007 al país para que dirigiera a los pamperos.
“Nicolás es también amigo mío y me llamó para explicarme el proyecto, y lo vi como una oportunidad para incentivar mi carrera”, dijo Alain, para quien el idioma español no ha sido problema, ya que lo aprendió cuando estaba en la universidad (“hace más de 30 años y hasta que llegué a Costa Rica fue que lo practiqué”).
Por ahora el técnico alista maletas para viajar dentro de tres días a la nación donde está su ombligo, “una Francia que de vez en cuando extraño, en especial porque mi esposa y yo tenemos un año de no ver a nuestros nietos”, dice con ansiedad el francés.
Mientras espera el día de su vuelo, Alain y su esposa se la pasarán entre su casa y la playa.