Roy Myers ya había dado señales de las diferencias entre su estilo y el de Wálter Centeno. El jueves ante Pérez Zeledón se vio un Saprissa directo para ir al frente e intentando jugar rápido.
No le salió tan claro como hubiese querido el nuevo técnico, se notó sobre todo cuando sus jugadores “caían” en la esencia de Paté.
Pero este domingo, en la victoria de 4-2 ante Limón, fueron más evidentes los retoques del estratega y la mejor muestra estuvo en los goles, porque la S hizo tan solo tres pases en tres de sus cuatro goles.
Saprissa no necesita pasear la pelota por todo el campo para ser peligroso; todo lo contrario, le gusta hacerlo simple y al mismo tiempo efectivo.
Eso último le resultó a la perfección ante un rival que le facilitó el trabajo en el primer tiempo, sin que esto le reste mérito a la capacidad ofensiva de los tibaseños.
Ser certero en los momentos importantes le dio bonanza muy temprano: en apenas 25 minutos de partido ganaba 3-0.
Con tanta ventaja también hubo un poco de distensión en la segunda mitad y de ahí los goles del conjunto del Caribe.
Pero el marcador dejó claro su dominio y más puntos altos que bajos.
La buena coordinación entre Mariano Torres, Marvin Angulo, Jimmy Marín, Daniel Colindres y el joven Orlando Sinclair hizo ver a un Saprissa fluido y, sobre todo, tranquilo en el campo.
En la primera anotación hubo dos pases para llegar al gol (9′) concretado por Sinclair. Antes de esa celebración Esteban Alvarado había detenido tres balones peligrosos, pero ahí quedó desarmado.
Saprissa estaba listo para aprovecharse de los espacios y en el 21′, después de un rechazo, montó un contragolpe con pocos toques que culminó Colindres.
Cada balón se jugaba rápido, con pases largos, pasando de un campo a otro.
Como copias, así se fueron produciendo las anotaciones y para el 3-0 le tocó a Marín desahogarse, así lo demostró con su festejo (25′).
La asistencia fue de Sinclair, el joven de 22 años que le mete presión a Ariel Rodríguez con su tranquilidad, buen pivoteo y pases con sentido.
Limón pudo respirar un poco, se tiró atrás e incluso se le abrió la puerta para acortar distancias en el minuto 36, cuando Kendall Waston cometió una falta de penal (36′) y se fue expulsado.
El espigado zaguero reclamó durante varios minutos esa decisión, seguramente porque nunca quiso golpear al limonense Darryl Araya; sin embargo, dejarle el pie encima no tenía otro destino que los camerinos.
Jugar don diez hombres desde ese momento y los retoques de Limón para evitar más goles, no detuvieorn el ímpetu morado, al menos no antes del descanso.
Marín se apuntó un doblete en el 44′ y después su equipo tuvo chance de bajar revoluciones.
El marcador y también las acciones dicen que los morados tuvieron un juego con una calificación alta, aunque a Roy Myers seguramente no le gustaron varios momentos.
Primero el de la tarjeta roja, sobre todo porque vino de un gran error del portero Aarón Cruz, quien debió controlar o al menos rechazar un balón que le “resbaló” en las manos.
Para suerte de Saprissa, Alexander Espinoza falló desde el manchón blanco.
El limonense quedó con sangre en el ojo y cuando no pudieron detenerlo fue en el 48′ y 76′, minutos en que hizo dos goles de cabeza en medio de la zaga morada.
Ahí no estaba Waston para imponerse y Espinoza entró sin marca.
Saprissa vio que ya enfrentaba a otro rival, pero su trabajo estaba hecho y al final lo supo cuidar.