“Siento que volví a nacer”, afirma Pablo Gabas, quien atendió a La Nación para dar su testimonio sobre la prueba que enfrentó el domingo por la tarde, cuando sufrió un accidente de tránsito, perdió el control del vehículo y cayó a una quebrada.
Varias horas después del accidente, el exfutbolista al que muchos aún ven como el capitán de Liga Deportiva Alajuelense cuenta que el golpe que más le duele es en la costilla derecha y que por eso le ha costado dormir.
Tiene varios raspones en los brazos y el cuello le molesta por el efecto latigazo, pero “la verdad ya me siento mejor de ánimo agradecido con Dios porque estoy vivo, es un milagro”, mencionó.
El exfutbolista y actual comentarista de Repretel cuenta que venía manejando de San José hacia Heredia y por el puente del Castella, pasando la curva, toma ese tramo, intenta frenar y empieza a perder el control del carro.
“Me voy de izquierda a derecha, derrapo bastante, voy agarrando velocidad, me voy al pasto, choco contra un árbol y después empiezo a hacer trompos, eran círculos, círculos y círculos, hasta que ya no me doy cuenta de nada porque las bolsas de aire me ayudan a sostener todo. El último socollón es cuando caigo al puente del río Pirro, que es una propiedad privada”, relató.
Gabas calcula que desde que sale de la pista, anduvo unos 200 metros entre los pastizales hasta que cayó al río.
“Fueron segundos, unos seis o siete segundos que lo único que te pasa por la cabeza es que se detenga el carro y yo iba consciente. A pesar de que choco, sé todo lo que pasa y cuando caigo, puedo abrir la puerta del carro y estoy en medio del río y se empieza a meter el agua a la camioneta”.
Había una persona en el puente y Gabas le dice que está bien, que solo necesita subir a tierra firme, porque tenía miedo de una cabeza de agua o de lo que pasara.
“Uno lo que teme es que el carro explote o que algo pase. Subí, me quedé tranquilo y hablé a la casa. Me atendió mi esposa (Dayana Guillén), era un número que ella no conoce, pero le pido que comunique a una persona del negocio de comidas. Ella me pasa a Edwin y le digo que choqué y casi me mato, que tranquilizara a Dayana, pero que estaba todo bien”, recordó.
Después habló con ella y ya le dijo donde estaba. Muy rápido llegaron al lugar de los hechos.
“Emocionalmente estaba bien, de todo lo que hablaba y todo lo que hacía. Lo que pasó fue impactante, de diez personas que tengan un accidente como el mío, nueve mueren, es un milagro de Dios prácticamente, el estar aferrado a mi familia, a mi esposa, a mis hijos Daniel y Mateo, el estar aferrado a la gente que uno ama. Eso me mantuvo acá en la tierra y que no fuera un trágico accidente”.
Varias personas han manifestado que qué hacía Gabas en la calle, si había restricción.
Para evitar suspicacias, él mismo explica que venía de finalizar una jornada laboral, porque andaba repartiendo parrilladas y choripanes y otros platillos especiales de su negocio, Al Sabor del Ché.
“Fui a dejar unos delivery en San José me habían pedido que fuera. Yo tenía permiso para conducir, andaba las cartas porque era el servicio express del negocio de comida, aparte de que la placa también era par”, indicó el exfutbolista.
Algunas personas que llegaron a atender la emergencia le dijeron a Gabas que en ese sector ya se había advertido que en cualquier momento podía pasar un accidente.
“Están haciendo una ampliación de la carretera, había barro y eso a mí me jugó una mala pasada, porque entre el barro, la lluvia y las obras de ahí, eso pudo ser determinante para yo terminar de esa manera. No le encuentro otra cosa para derrapar, con un carro tan seguro como el Toyota, con las llantas nuevas, una ruta que conozco, venía bien, despacio, totalmente claro de lo que venía haciendo y es algo que tengo que investigar, porque fue ahí, a esa altura es donde yo empiezo a perder un poco el control”, reseñó.
Y agregó: “Hay varios amigos que me han dicho que ya les ha pasado, uno de ellos cuenta que hace como 15 días terminó chocando contra un árbol porque la carretera estaba enjabonada. Eso lo voy a tener en cuenta para ver qué es lo que procede más adelante”.
Apenas trascendió la noticia del accidente de Gabas, muchas personas quisieron ponerse en contacto con él, pero estaba prácticamente incomunicado.
“El celular lo perdí, se fue, lo único que pude recuperar fue la billetera. Una grúa sacó la camioneta del río, fue un rescate de tres horas y se la llevaron al taller. Yo me pude venir a la casa para bañarme, alistarme y luego ir a hacerme algunos estudios a La Uruca, al Hospital del Trauma, para ver si tenía alguna costilla rota, pero por suerte no”.
También le hicieron un ultrasonido en el pulmón y en el corazón, para ver cómo estaba, por el golpe.
“Los órganos están bien, se descartó un derrame y bueno, volví a nacer. Cuando yo caigo, en la camioneta yo abro los ojos. Las bolsas de aire una vez que te ayudan a sostener los golpes como que se desinflan y ahí veo que estoy vivo, que estoy para contarla. Me miro las piernas y las puedo mover, las manos normales, en la cabeza tenía una chichota, pero nada para alarmarme. Abrí la puerta, salí y me tocó nadar como diez metros para estar en un lugar más seguro y poder subir”, citó.
A sus amigos liguistas, Gabas les ha dicho que otra razón para vivir es que él tiene que presenciar los éxitos venideros del equipo de sus amores, así que ahí está, en pie de lucha.