“Fue una jugada muy rápida, una disputa en la que fui por el balón, pero fue una jugada de esas atípicas que le llaman, como raras. En las tomas de televisión se ve que Warren Madrigal va por el balón también, sin ninguna mala intención, porque yo sé que él no lo hizo con mala intención”, mencionó Johan Cortés al contar su testimonio a La Nación.
Él es el jugador que el sábado angustió a todos, que era atendido de manera simultánea por el departamento médico de Pérez Zeledón y del Deportivo Saprissa, en ese juego que los morados terminaron ganando 5 a 1 en San Isidro de El General.
Sus compañeros estaban consternados, al igual que los futbolistas de la S.
En las gradas también había preocupación, igual que sucedía entre quienes seguían el partido por la televisión.
Cortés no se movía mientras era atendido y la imagen de Kendall Waston y Kevin Chamorro orando al verlo era impactante.
Kendall Waston orando por la salud de su rival, lo mismo hacía Kevin Chamorro pic.twitter.com/Ps0pnIy9CI
— TD Más (@tdmas_cr) February 19, 2023
Otros clubes como Alajuelense, en sus redes sociales, también le enviaban buenos deseos al generaleño, un mensaje de aliento y una súplica para que todo estuviera bajo control.
¡Mucha fuerza Johan! Que todo salga bien.🙏⚔️🛡 pic.twitter.com/sFNqp68OWr
— Alajuelense Oficial (@ldacr) February 19, 2023
Pero es que pasaban los minutos y la angustia no mermaba. Inclusive, la preocupación creció con una escena prácticamente nunca vista y es que la ambulancia entró hasta media cancha para trasladar al futbolista al hospital.
“Él cabecea hacia atrás y yo cabeceo hacia adelante y yo llevé la peor parte del impacto, porque tuve una fractura en cuatro dientes de la parte de abajo, se me reventó el labio por la parte interna”, mencionó el generaleño.
“Después del golpe no me acuerdo de nada, quedé inconsciente, dicen mis compañeros que me salía demasiada sangre por la boca. Cuando empecé a volver en sí, comencé a convulsionar, pero gracias a Dios pudieron controlarme y fue un susto bastante bravo”.
Se siente privilegiado al poder contar este testimonio, porque sabe que perfectamente pudo ser algo peor, que acarreara otro tipo de secuelas.
“Gracias a Dios el hospital está a la par del estadio, me atendieron de inmediato y me estabilizaron bastante rápido. Mucha gente me ha dicho que fue mucho el impacto, porque fue la primera vez que se vio aquí que una ambulancia entró así a la cancha y para que se diera así era porque se trataba de algo complicado”.
Empezó a reaccionar cuando estaba en la camilla, “pero dicen los compañeros que yo tenía la mirada como ida, fija, como perdida. Ya cuando me llevaban en la camilla para subirme en la ambulancia, ahí ya fue cuando volví en sí”.
Mucha preocupación, tuvo que ingresar la ambulancia para llevarse a Johan Cortez por el golpe en su cabeza pic.twitter.com/xqdFW0qe1C
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Fue en esos pocos metros adentro de la ambulancia cuando recuperó el conocimiento, solo que todo le daba vueltas.
“Cuando entré al hospital estaba muy perdido. Me tuvieron que tomar la presión varias veces y hasta me hicieron un electrocardiograma porque estaba demasiado acelerado. Ahí ya sentía la boca hinchadísima, todo me dolía demasiado, principalmente la cabeza. No aguantaba que me tocaran el labio, porque lo tengo reventado por dentro, pero no pasó de un susto”, relató.
Al conceder esta entrevista vía telefónica a La Nación, primero se disculpó, porque sentía aún los efectos de la anestesia y creía que no estaba hablando muy bien.
De hecho, estaba tomándose un batido bien frío, como se lo recomendó el médico que acababa de atenderlo.
“Vengo saliendo de la cita con un especialista, en la Clínica Alamo Dental, con el doctor Luis Diego Artavia que me atendió de la mejor forma en San José y ya me resolvieron el tema de fractura”.
Ya se siente mejor y entre risas dice que ahora tiene que aguantarse las ganas de jugar por unos días.
“Es que otro golpe puede ser muy malo. Gracias a Dios todo está bajo control y por el momento estaré fuera unos días para recuperarme. No sé cuánto tiempo será, eso ya lo determinarán quienes se especializan en eso, pero quiero recuperarme lo más rápido posible para volver, porque venía haciendo las cosas bien con el equipo y debo retomar eso a mi regreso”.
Johan Cortés jamás pensó en que podría generarle una angustia de tal magnitud a sus seres queridos y en realidad a todas las personas que vieron lo que estaba pasando en ese momento.
“Mi novia estaba en el estadio, mi mamá se encontraba en mi casa en Pérez Zeledón y se encontraba demasiado preocupada. Mi papá llamaba llorando, muy angustiado, porque ver a un hijo así debe ser difícil, pero les avisaron que yo estaba estable, que estaba bien”.
Sin pensarlo dos veces, Cortés respondió que este es el susto más grande que se ha llevado en el fútbol, pero que también comprende que es parte del oficio y que así se lo hizo ver al propio Warren Madrigal.
“Le agradezco a Warren que me escribió después del partido, preocupado por mí, me pidió disculpas y yo le dije que tranquilo, que esto es parte del fútbol, que no pasaba nada y que tranquilo. Yo sé que él lo hizo sin ninguna mala intención.
“También le agradezco a Kendall Waston que estaba rezando por mí, igual que Kevin Chamorro, porque yo vi las fotos. Y les agradezco a todos los aficionados y a los demás equipos de Primera que se preocuparon por mí, que me apoyaron, igual que a mis compañeros, que se asustaron muchísimo. Fue un gran susto, pero Dios me tiene aquí y pronto volveré”.