Heredia. La afición en el Estadio Eladio Rosabal Cordero celebró sus intervenciones con la misma euforia de una anotación, aunque paradójicamente el arquero Leonel Moreira evitó con dos intervenciones prodigiosas que el Santos de Guápiles vulnerara su portería.
Los guapileños fueron las víctimas de las atajadas del meta florense este miércoles, al lograr mantener el 1-0 a favor del Herediano y darle el primer lugar de la fase regular a su equipo en el Clausura. Sin embargo, los guapileños se volverán a ver las caras con el cuidapalos el próximo domingo, a las 3 p. m., en el Estadio Ebal Rodríguez, en el arranque de la cuadrangular final del Torneo de Apertura 2018.
Y es que Moreira en una gran acción evitó en el primer tiempo que Kenneth Dixon le anotara de tiro libre, al aprisionar contra el horizontal la pelota y luego rechazarla con el pie, evitando que ingresara o un delantero rival anotara.
“Uno debe estar atento a lo largo del partido, en cada jugada debe entregarse al máximo. La consigna que uno tiene como portero es que el balón esté lejos de su área pequeña. Es por eso que cuando logré desviar el remate traté de jugarla con el pie para sacarla fuera del área y evitar el pique, que era muy peligroso”, aseguró Moreira.
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Posteriormente, en el complemento detuvo el lanzamiento de penal ejecutado por Wílmer Azofeifa para mantener el 1-0 del Herediano con que ganó la primera fase del Clausura 2018, al preservar la victoria.
“Soy un portero al que no me gusta estudiar a los rivales. Prefiero más concentrarme en el instante que se vive en el juego, las emociones y el estado anímico para lanzarme a determinada esquina. Siento que todo eso juega en el azar de los penales, donde la ventaja la tiene el jugador, pero uno como portero hará hasta lo imposible para detener el remate”, confesó Moreira.
Leonel además tuvo otras grandes intervenciones durante el resto del campeonato en sus visitas al Estadio Juan Gobán de Limón, Fello Meza del Cartaginés y Ricardo Saprissa, donde sus tapadas fueron dignas de aplausos y evitaron la caída de su marco y su equipo.
En el Clausura el cancerbero jugó 17 partidos y en nueve de ellos no permitió goles en contra. Actuó en 1.530 minutos y recibió solo 12 tantos, para un promedio de 0,71, convirtiéndose así en el guardameta menos batido del torneo.
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Sin embargo, pese a sus decisivas jugadas, el meta florense señaló que todo se debe al trabajo del equipo y él está en el momento justo para evitar que sus rivales celebren en su cabaña.
“Lo importante es que se lograron los objetivos. Terminamos en el primer lugar y aseguramos la final. Gracias a Dios el trabajo está dando réditos y el esfuerzo de los compañeros ayuda en a todo momento porque ellos confían en mí y en la cancha siempre trato de dar lo mejor”, aseguró Moreira.
Leo insistió en que pese a su buen momento y las acciones determinantes en las que interviene, prefiere no darse los créditos de todo el trabajo, por el contrario confía en la capacidad de sus compañeros en al zona defensiva, con quienes siempre se apoya.
“Es un trabajo de todos, reitero. Somos un grupo muy unido que tiene grandes metas y esperamos cumplirlas en el arranque de la cuadrangular, nuestro objetivo es ser campeones”, finalizó Moreira.