Liberia Pese a los malos resultados y la complicada situación que vive el Saprissa tanto a nivel nacional como en el torneo de la Concacaf, su técnico, Jeaustin Campos, aseguró ayer, luego de la derrota sufrida a manos de Liberia Mía, que no es prudente ni correcto hablar de crisis, sino solamente de mala racha.
“Yo no puedo hablar de crisis o fracaso, eso se utiliza cuando estás 8-10 puntos por debajo del líder o cuando numéricamente hablando ya es imposible hacer algo. Este campeonato es muy joven aún, el equipo pasa una mala racha como muchas otras en el pasado, nada más”, aseguró el timonel.
Para Campos, el grupo tiene con qué superar este bache y es solo “cuestión de tiempo” para que los morados vuelvan a gozar del protagonismo que les caracteriza.
“Vamos en franca mejoría, es solo cuestión de tiempo para que volvamos a nuestro mejor nivel, esta racha la vamos a superar y no es porque yo lo diga, sino porque así lo demuestra la historia. Saprissa es un equipo que siempre ha sabido levantarse”, aseguró el estratega.
Otro que salió al paso de los cuestionamientos para el equipo morado fue el volante Alonso Solís, quien ayer volvió a gozar de unos pocos minutos en la cancha luego de su larga ausencia por lesión.
“A la afición solo podemos pedirle paciencia, uno entiende que en este equipo la gente está acostumbrada a ganar y que siempre esperan lo máximo, la presión siempre es mucha, pero es parte de jugar aquí”, aseguró el volante.
Sin embargo, paciencia es lo que menos parece tener el aficionado tibaseño, que ayer se aglomeró en las cercanías de los vestuarios para reclamar airadamente por el mal desempeño de los suyos y para pedir la cabeza del técnico tibaseño.
“Sí se va, sí se va, Jeaustin sí se va”, coreaba molesta la barra morada denominada Ultra , mientras los jugadores y cuerpo técnico abandonaban el terreno del estadio Edgardo BaltodanoBriceño.
La barra expresó así su molestar con el trabajo del estratega morado, quien hizo caso omiso a los cantos y gritos, mientras los jugadores salieron a agradecer la compañía de su afición y a tratar de apaciguar de algún modo los caldeados ánimos de sus seguidores.
Al final el equipo abandonó las instalaciones en medio de un amplio operativo de seguridad.