“Sí pasa (la discriminación), en ese tiempo sí. Y estoy segura de lo que estoy diciendo”. Esas son las palabras de Verónica Acuña, actualmente encargada de las ligas menores del Municipal de Pérez Zeledón, tanto de hombres como mujeres, donde también tiene funciones administrativas y asiste al gerente deportivo.
Pero llegar hasta esas posiciones le antecedió un trago amargo. De eso habla la joven de 28 años, quien por poco pierde el interés de hacer su carrera como entrenadora de fútbol. Al fin y al cabo, Acuña no depende del balón, pues es licenciada en Administración de Empresas, con énfasis en Finanzas.
La diferencia es que ella deseaba estar inmersa en el fútbol y ni siquiera la discriminación pudo arrebatarle esas metas.
LEA MÁS: 147 mujeres con licencia de entrenadora de fútbol intentan abrirse campo en Costa Rica
Desde el 2013 empezó a dirigir. Las lesiones de rodilla ya habían dado al traste con una corta carrera como jugadora, sobre todo desarrollada a nivel de futsal.
Verónica asumió el equipo fememino de Juegos Nacionales, el cual tenía varios años sin clasificarse a las justas. Ella logró cambiar esa historia junto con sus futbolistas, en representación del cantón generaleño. Aunque aparecía como asistente, por no contar aún con la licencia, era ella quien dirigía. Actualmente es una de las cuatro mujeres con licencia B en el país.
“Eran mis inicios, pero no había hombres que quisieran dirigir mujeres y yo me tiré al agua. También empecé a trabajar con liga femenina en fútbol base”, cuenta Acuña, quien es además es entrenadora del programa de selecciones regionales de la Fedefútbol, en el conjunto femenino de la zona sur.
LEA MÁS: Entrenadora de fútbol con licencia A empezó su pasión viendo las prácticas de sus hijos
Recuerda que ese paso en Juegos Nacionales fue significativo para ella, porque pudo demostrarle a su comunidad que las mujeres también tienen la capacidad para tomar las riendas de un equipo de fútbol.
Desde ahí, asegura, ha sido difícil hacerse un camino. Ese mismo equipo, con algunas piezas más, comenzó a jugar el torneo de segunda división por la zona de San José y poco después ascendió con el nombre de Juventud PZ.
Hasta ese momento Verónica vivía un sueño, pero luego debió enfrentarse a la discriminación.
“Hay muchos hombres que desean estar en mi posición y no han podido y siempre habrá machismo de quitar personas de donde están. El tiempo me ha demostrado que tenés que hablar con tu trabajo, con acciones, eso es lo que he demostrado”, dice con certeza y experiencia propia.
Estando en la máxima categoría, la quitaron de su puesto, dándole la opción de ser asistente o jugadora. Asegura que no hubo ninguna justificación.
“Solo me dijeron que ya no estaba dentro. (...) me afectó mucho cuando me sacaron, porque puse alma y corazón, cuando tuve que poner dinero lo hacía. Pasé dos semanas pensando si quería seguir en esto, pero un sábado tenía la premiación del torneo de U-13 y cuando ponía las medallas en unas niñas contentas, me dije: ‘no tengo que dejarme caer y darle gustos a esas personas’. Seguí y seguí y me hice más fuerte”.
LEA MÁS: Futbolistas de Liga Femenina dan primeros pasos como entrenadoras
Juventud PZ desapareció de la Primera y fue no hasta el año anterior que la zona volvió a tener un equipo en esa división, con Suva Sports.
Por su parte, Acuña ya cumple tres años en el Municipal de Pérez Zeledón, el cual tiene representación en la segunda categoría del fútbol femenino.
“Trato de que si mis jugadoras pueden hacer cursos, los hagan. Sé que no llegaré a la igualdad, pero el objetivo es que haya más mujeres”, finalizó.