Las lágrimas de Erick Cabalceta eran la muestra más clara de la desesperación que sentía aquella noche, cuando se lesionó mientras jugaba el partido de vuelta de la semifinal de la Liga Concacaf entre Alajuelense y Real España.
Muchas cosas pasaban por su mente y esos pensamientos eran más fuertes que el dolor provocado por esa herida profunda en el pie.
Cabalceta no quería salir del campo porque su equipo se jugaba el pase a la final de la Liga Concacaf y también estaba en juego la semifinal del torneo nacional.
En el equipo se sintió cómodo desde el primer día, muy pronto se puso a tono y empezó a jugar.
La seguridad atrás y el carácter mostrado hizo que la afición liguista le diera el visto bueno muy rápido. Eso no es sencillo, mucho menos en estos tiempos convulsos que vive Alajuelense ante la sequía de títulos.
Una entrada durísima lo sacó de la cancha esa noche y los aplausos que recibió desde las gradas eran una voz de aliento en medio de la frustración.
Porque a él le preocupaba muchísimo que esa lesión encadenara una serie de secuelas. No sabía lo que iba a pasar. Es más, si siquiera tenía noción de qué presentaba y cuánto tiempo estaría fuera.
Cabalceta temía perderse un torneo entero por esa cortada profunda en el pie y aunque sabía que había puesto de su parte para continuar en el club, lo cierto es que su contrato se vencía dentro de unas semanas.
“Yo sé y entiendo que cuando uno se lesiona finalizando un contrato y uno está luchando al renovación como que se complica un poco la cosa. Cuando salí en camilla iba llorando, porque para nadie es un secreto que era la frustración, la tristeza que aparte de la lesión, podía cortarse una futura renovación acá”, relató Erick Cabalceta con mucha franqueza.
Aparte de eso, temía que la lesión fuera algo grave, porque apenas se vio el pie observó una cortada gigante.
“Sabía que podía estar fuera bastante tiempo y para uno no cuenta estar en la institución lesionado. La cosa es estar aquí, entrenando, jugando y estar con los compañeros”.
Cuando le entregaron los resultados tras los exámenes de rigor hasta que respiró profundo, porque le dieron la buena noticia de que no tenía más que el corte.
“Sí estuve a punto de perderme casi un torneo completo, pero gracias a Dios que es grande y lo protege a uno siempre. Entonces, fue como una incertidumbre, cuando salí y estuve ahí esperando a que me hicieran la sutura”.
Recordó que le pasaron muchas cosas por la cabeza y una de ellas fue que capaz y su etapa en Liga Deportiva Alajuelense había llegado a su final.
“Ahí comenzaron las oraciones y demás para que no fuera nada”.
Desde entonces no ha vuelto a jugar, pero ya recibió el alta médica y tiene luz verde para regresar a la competencia. Los trabajos con los fisioterapeutas y con el readaptador han sido intensos.
Incluso, Erick Cabalceta lucha por entrar en convocatoria para el desafío de este miércoles, que es muy importante para él y para todo el club.
Alajuelense perdió el juego de ida de la final de la Liga Concacaf contra Olimpia, en Tegucigalpa y la serie está 3 a 2. En el grupo creen en la remontada y pareciera que la afición también, porque desde el viernes pasado se agotaron las entradas.
“Espero estar con el grupo el miércoles en la final, que sería la primera y espero que sean muchas más con la Liga”.
Fue el sábado pasado cuando Alajuelense anunció la extensión del contrato de Erick Cabalceta hasta diciembre de 2023.
De inmediato, en las redes sociales se notó un fuerte respaldo a ese primer movimiento ejecutado por Antonio Solana como director deportivo del club.
“Merecido” fue el término más utilizado por aficionados rojinegros al enterarse de la renovación del defensor.
“Cada partido trato de dar lo mejor de mí, ser aguerrido, luchador, correr, meter, no dar una bola por perdida, que es lo menos que uno puede hacer en esta institución como defensa”, afirmó Cabalceta.
Y añadió: “Obviamente espero seguir aportando muchas otras cosas más, que primero Dios se concreten el miércoles, que es lo que quiero yo, ponerme mi primera medalla con esta institución que quiero y amo”.
El zaguero también confesó que cuando Alajuelense lo buscó de manera inesperada porque necesitaba un defensor ante la lesión de Giancarlo González y la salida de Santiago van der Putten a España fue el primer sorprendido.
“Venía con un poco de miedo por lo que representa la Liga, venía nervioso. Siempre he dicho que desde que llegué me hicieron como uno más y la verdad fue un fichaje de emergencia. De igual manera yo venía con la mentalidad de buscar un campo, de poder quedarme y gracias a Dios que me da la oportunidad de quedarme un año más”.
Su renovación lo ilusiona, pero no lo relaja. Si al principio llegó con la mentalidad de quedarse más allá de lo que faltaba de este año en Alajuelense, su reto ahora es conseguir objetivos con el club y continuar ahí por más tiempo del que señala su extensión de contrato.
“Lo tomo con mucho orgullo, con mucha responsabilidad, estoy emocionado de haber firmado este contrato y no solamente un año más, espero torneo a torneo tratar de seguir gustando, o de seguir metiendo, como lo cataloga uno para poder quedarme más tiempo”, indicó.
También le da las gracias a la afición de Alajuelense, porque siente un respaldo abrumador.
“De corazón les agradezco el apoyo que me brindaron durante los partidos que estuve en cancha, cuando estuve en banca. La verdad que sentí ese apoyo constante de ellos y eso es de agradecer y mis respetos para ellos. Espero seguir otro torneo igual, seguir sumando minutos y poder lograr muchos campeonatos con la Liga”.
La negociación con Antonio Solana fue sencilla. Cabalceta cataloga al español como una persona muy abierta, que inclusive se pone en la posición del futbolista muchas veces.
“Fue abierto, fue una relación sincera. Hablamos muy bien y agradecido con él, que lo que la institución y yo planteamos se pudo dar. Agradecido con él y con todas las personas atrás en la negociación, que también me imagino que metieron mano”.
Erick Cabalceta tiene un sueño inmediato que comparte con sus compañeros y es darle vuelta a la final de la Liga Concacaf, pero ya se propone otras metas.
“Siempre he dicho que no es fácil haber llegado y que tampoco será fácil mantenerse. La verdad que estar un año más acá es de bendición”, finalizó el defensor de Alajuelense.