Aquel día, se reunieron en Heredia, en Barrio Fátima, en la oficina del abogado Pastor de Jesús Bonilla, quien suele llevar los asuntos legales de Fuerza Herediana, de Aquíl Alí, Jafet Soto y Orlando Moreira, así como de Scott Brannon y David Patey.
El monto ya estaba pactado y solo faltaban la firma y algún pago como prima para cerrar el trato. Y se dio: “Hice el negocio con Jafet Soto”, expresa Cristian González, uno de los socios fundadores de Fuerza Griega.
Ese mismo día, González cambió el cheque en una sucursal del Banco Nacional en el Mall Paseo de las Flores y dejó de ser el codueño de la sociedad que había fundado varios años atrás con los exjugadores Allan Alemán y Fernando Paniagua. Juntos habían adquirido la administración temporal del equipo griego el 16 de agosto del 2016 (en negociación con el Municipal Grecia, dueño de la franquicia), proyecto que deparó el ascenso a Primera y atrajo la mirada de muchos.
Según dice, desde entonces Jafet Soto había mostrado interés en el equipo, pero no fue hasta ahora que se concretó la venta. Para entonces, Alemán ya no era parte de Fuerza Griega y las acciones estaban repartidas en partes iguales entre él y Paniagua.
El monto por el que fueron tasadas coincide con lo expresado por Jafet Soto, cuando en un reciente Diálogos con La Nación se le consultó por el valor de una franquicia de un equipo de fútbol en Costa Rica.
“Puede andar por $50.000 a $100.000, dependiendo de los pasivos”, calculó Soto. Esta vez, confiesa González, fueron $40.000 por el 50% de las acciones.
Como adelanto recibió un cheque de $10.000, endosado por “Lajaf Sociedad Anónima”, la empresa de Jafet Soto, sobre la cual se había negado a hablar en el Diálogos. Con evidente incomodidad adujo que no venía al caso, en una entrevista sobre fútbol, hablar de una empresa personal-familiar.
En ella tiene como fiscal a Pablo Campos, el amigo de toda la vida y mensajero de Herediano, quien, casualmente, el mismo día en que se habría concretado el trato entre Cristian González y Jafet Soto, se convirtió en directivo de Fuerza Griega, según diferentes documentos a los tuvo acceso este medio.
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Un antes y un después. 19 de octubre de 2019. Es la fecha que tiene la fotografía del cheque aportada por González como prueba. También es la anotada en el protocolo del abogado Pastor de Jesús Bonilla como fecha de la Asamblea de Fuerza Griega en la que se nombra a Pablo Campos y Pablo Salazar como fiscal y tesorero. Coincide con la personería jurídica de Fuerza Griega, donde detalla el mismo día para el nombramiento del amigo de Jafet Soto y del asistente técnico de Herediano. 19 de octubre de 2019.
El único que ya no aparece en Fuerza Griega es Pablo Salazar. Originalmente iba a ser el propio Jafet y no Pablo Salazar el tesorero de la sociedad griega.
El notario Pastor Bonilla Gonzalez, consignó en su protocolo, el 15 de noviembre del 2019, el nombre de Jafet Soto Molina como tesorero de Fuerza Griega. Sin embargo, puso entre comillas el nombre del gerente florense y al final escribió a mano una razón cambiándolo por Pablo Salazar.
Después de que La Nación publicó la existencia de Salazar en la dirigencia griega, fue sustituido por Andrew González, ligado en diferentes sociedades a dirigentes del Herediano, pero sobre todo con Michael Brannon, a quien David Patey, destituido presidente florense, reconoció como accionista de Fuerza Herediana. Por ejemplo, en THE DRV BEST DEAL FOR EVER SOCIEDAD ANONIMA, Andrew González es fiscal y Brannon presidente.
Protección de amigos. Fue el propio Jafet quien pidió que Pablo Salazar y Pablo Campos ocuparan cargos en Fuerza Griega. “El comprador pone las condiciones”, dijo al respecto el gerente herediano en la citada entrevista con este medio.
Aseguró, sin embargo, no ser el inversionista directo, sino el gestor de una compra, precisamente “del 50% y posiblemente del 100%”, que haría un argentino-mexicano amigo suyo. El pago aún no se había dado en enero, según Soto.
Las contradicciones saltan a la luz, pues el pago por las acciones se hizo el 19 de octubre del 2019, y tres meses después, el 21 de enero, Jafet Soto aseguraba en La Nación que aún no se había concretado la compra. “Lo que hay es una carta de intención”.
Este medio también contactó al día siguiente a José Fernández, exjugador, evidentemente amigo de Soto. Él sostuvo la versión de quien dijo es su compadre: "Todavía no se afectuado esa negociación". Si esa versión es cierta, Jafet Soto ya sumaba tres meses como dueño del 50% de Fuerza Griega, pues ya había pagado por las acciones.
El gerente del Team confesó este domingo a Crhoy.com que él hizo algunos pagos a González, pero que la compra era para su amigo José Fernández, en una especie de préstamo. Si esa versión es cierta, tanto Soto como Fernández habrían mentido en las entrevistas y el mexicano sumaba tres meses como accionista de Fuerza Griega a escondidas de la Fedefútbol.
“Yo no conozco a ningún argentino, yo no conozco a ningún mexicano -expresa Cristian González-. Yo con quien hice el negocio fue con Jafet Soto. Yo no puedo hablar de gente que no estuvo ahí. Ahí estaban Jafet Soto, Fernando Paniagua, el señor Pastor (Bonilla) y mi persona”.
No es la primera vez que se atribuye a mexicanos que al final no aparecen en el país la intención de compra de Grecia. Cristian González confirmó que en otra ocasión les hablaron de inversionistas aztecas, pero descubrieron que la sociedad anónima a la que iría dirigida la oferta es presidida por Janury Morales, la secretaria de Jafet Soto.
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Letras de cambio. Jafet Soto, Pablo Salazar y Pablo Campos no son los únicos florenses relacionados con Grecia. Como consta en dos comprobantes de transferencia bancaria, Orlando Moreira le depositó casi ¢7,5 millones a Cristian González, a través de la cuenta de un familiar del exdirigente griego, según él mismo explicó.
Con las transacciones, el vicepresidente de Fuerza Herediana habría “comprado” dos de cuatro letras de cambio entregadas por Jafet Soto a González como garantía de pago. La primera se realizó el 25 de noviembre por un monto ¢3.685.500 y la segunda, pocas semanas después, el 12 de diciembre, por ¢3.705.000
Adicionalmente, González recibió varios cheques respaldados por Lajaf S. A., el de $10.000, cambiado el mismo día en que se concretó el negocio, otro por $2.000 con fecha de 22 de noviembre y uno más por $3.000. En total, la suma recibida por el griego asciende a unos $25.000.
No haber recibido los $40.000 acordados no es, según González, lo que más le molesta. Explica que como parte del trato, “ellos” se harían cargo de las deudas de Fuerza Griega, entre las cuales iba incluido un préstamo de ¢7.500.000, hecho el 16 de julio del 2019 por un miembro de la Fedefútbol, Víctor Hugo Alfaro.
Aquel préstamo no pretendía comprar el voto griego a tan solo 38 días de la elección del Comité Ejecutivo, como quisieron interpretarlo muchos, según González. “Lo agarron para hacer política”, expresa en reproche a quienes filtraron la información a la prensa.
Es sabido que Fernando Paniagua, codueño de Fuerza Griega, había manifestado su apoyo al grupo de Rodolfo Villalobos, donde figura Víctor Hugo Alfaro, mientras que el Municipal Grecia, presidido por Adrián Barquero, simpatizaba con Jorge Hidalgo, el candidato apoyado por Herediano. Finalmente, fue la asociación quien ejerció el voto, dado que nunca había reportado a Fuerza Griega como su administrador, después de tres años de contrato.
En tanto, Cristian González explica que aquel dinero lo necesitaba para hacerle frente a una situación de salud, que finalmente desencadenó en la reciente amputación de parte de su pierna izquierda.
Además, reclama que nadie le hizo frente a la deuda, como había acordado con Jafet Soto, por lo que perderá su vehículo, prendado por aquel préstamo. “Lo voy a perder”, asegura González, como punto final a una historia que tiene un antes y un después del 19 de octubre del 2019.
Muchas cosas cambiaron a partir de entonces: el equipo que ese día estaba a un paso del sótano, tan solo un punto arriba de La U, sería reforzado con no menos de 11 jugadores relacionados de alguna forma con Herediano. Se haría público “el convenio de cooperación” Fuerza Griega-Fuerza Herediana. Fernando Paniagua, el único sobreviviente de los socios fundadores, empezaría a perder protagonismo, pasando de gerente general a gerente deportivo. El mejor artillero de La U, rival directo de Grecia en la disputa por evitar el descenso, pasaría al cuadro de occidente. La estructura administrativa sería armada de nuevo, con la llegada de una nueva gerente general, Peggy Guillén.