Se formó en Alajuelense, jugó a préstamo en Carmelita, regresó a la Liga y pasó inadvertido, se fue cedido a la Universidad de Costa Rica y hasta probó en el programa Guerreros de Repretel; Francisco Rodríguez lo intentó, pero la ilusión de ser futbolista se fue apagando, hasta que de la nada le salió una oportunidad en Nicaragua.
A los 24 años Rodríguez ya no sentía la misma pasión por el balompié, la falta de regularidad y de una oportunidad para mostrarse hicieron que pensara en dejar todo de lado y probara en otro campo.
Después de retirarse del espacio de canal 11 no aparecían opciones para el delantero, sin embargo, una llamada de Jafet Soto, gerente y ahora técnico de Herediano, le cambió todo. Soto le ofreció un contrato con los florenses y una cesión al Diriangén por un torneo.
El atacante aceptó sin conocer mucho a lo que iba, aunque tener el respaldo del Team, club con el que aún dice tener un año de vínculo, lo llenaron de confianza. Con los Caciques disputó los 19 juegos de la temporada, todos como titular, y anotó tres goles.
No obstante, su logro más importante fue sentir de nuevo el entusiasmo por el fútbol, sensación que le sirvió también para regresar a Costa Rica y ganarse un cupo con la UCR, equipo con el que debutó en el Clausura el miércoles anterior y de paso anotó para darle el empate 1 a 1 frente a Cartaginés.
“El viaje a Nicaragua fue de mucho provecho, porque cogí ritmo y volví a sentir esas ganas de jugar. Ocupaba esto porque todo futbolista la pasa difícil cuando no juega. Uno se desmotiva y empieza a preguntarse cosas. Volver a tomar ritmo fue una gran noticia para mí y más aún que me tomaran en cuenta para volver”, señaló el ariete.
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Rodríguez recalcó que en el país del norte lo trataron muy bien, a su gusto la liga es más profesional de lo que se piensa y más allá de lo que se valore, no siente que retrocedió.
Además, contó que los nicaragüenses admiran al futbolista tico, por lo que nunca tuvo inconvenientes por su nacionalidad o por los conflictos que existen entre los gobiernos.
“El aprendizaje fue bastante, vivía solo y me tocó convivir mucho con la gente de ahí. Además, tuve a cuatro compañeros más de Herediano y estar fuera de casa ayuda a madurar. Fue como cuando a Costa Rica llega un argentino, que pensamos que tienen algo más que nosotros. Nos toman como referentes en fútbol y piensan que podemos mejorar mucho el nivel de allá”, indicó.
Francisco vive el fútbol de una manera distinta ahora, apunta a consolidarse con los universitarios y aprovechar esos deseos de figurar que le volvieron en Nicaragua. El delantero busca aprovechar la oportunidad y cobrar la factura que nunca pudo en Alajuelense.
“Al principio uno llega con ciertas dudas, porque obviamente es un fútbol menor al de acá, pero gracias a Dios que tomé la oportunidad y por eso estoy acá ahora. Tengo una revancha al volver a estar en el fútbol nacional. En la UCR confían mucho en mí y así lo demuestran”, finalizó.