Olman Vargas no esconde que tuvo en sus manos una oferta que bien pudo significar resolver su vida económicamente, es decir, ese vínculo que muchos jugadores considerarían el contrato deseado; sin embargo para él no fue así y en aquel momento no pensó dos veces en desecharlo.
El ofensivo se toma hoy la historia de forma graciosa. Humilde y sin ambición por ser millonario, queda claro para él que hay elementos en la vida mucho más trascendentales que el dinero. La esencia para Vargas va más allá de lo material.
El exjugador de Saprissa y Herediano contó que sí era mucho dinero el que le ofrecieron, de hecho aceptó que bien con eso pudo tener mucho más resuelta su faceta luego de la carrera deportiva; sin embargo, no se arrepiente de la decisión que tomó.
Todo sucedió en 2012, cuando Vargas dio el salto al balompié internacional. En aquel momento, el atacante fue contratado por el Columbus Crew de la MLS, plantel al que llegó proveniente de Herediano.
Ya con la temporada iniciada, una solicitud directa de Alexandre Guimaraes, técnico tico que en ese momento dirigía al Tianjin Teda de China, hizo que a las oficinas del plantel estadounidense llegara una oferta por el delantero tico.
El 1.87 m de estatura y gran juego aéreo de Vargas atraparon al DT, quien lo consideraba una pieza clave para el balompié asiático, porque podía marcar mucha diferencia con su altura.
El ofrecimiento llegó a Olman, el ariete analizó, pero sin tardar y desde que le dijeron el país al que se tendría que ir, dijo no. Por más atractiva que fuera la propuesta económica, el futbolista tenía otras prioridades y deseos.
"Yo me fui a la MLS y me fue bien, en el primer partido logré anotar. La estadía fue de mucho aprendizaje, vi el fútbol de otra manera porque allá viví el fútbol profesional de verdad. Estando allá un equipo de China se interesó, pero decisiones personales frenaron todo", recordó.
Pero, ¿qué fue lo que pesó para rechazar el ofrecimiento?
El goleador confesó que en su época como jugador del Saprissa realizó una prueba en un plantel chino y la experiencia entrenando por allá fue verdaderamente traumatizante, al punto que no quería volver al país asiático.
Él, José Luis López y Jorge Alejandro Castro fueron al Dalian Shide, donde recibieron un trato complicado en temas como hospedaje y alimentación.
“Lamentablemente, antes de que llegara esa oferta de China, tuve una prueba que salió cuando estaba en Saprissa, fuimos José Luis López, Alejandro Castro y yo. Le voy a contar la verdad: a nosotros en ese viaje nos fue supermal, sufrimos con las comidas, con el hotel, con todo. Uno puede acceder a ciertas cosas, pero no a lo grotesco, hay cosas que uno no puede resistir. La estadía, donde dormimos era muy rudo, no estábamos en un hotel bueno, la verdad es que fue un trauma”, mencionó.
“José Luis se enfermó, Alejandro estaba mal, yo bajé dos kilos, y cuando pasó esto tomamos la decisión de reportar a Saprissa y nos dijeron ‘devuélvanse de una vez’”, agregó.
El futbolista explicó que en aquel momento llegó a entender que por más dinero que hubiera de por medio, nada material valía para estar enfermo cada dos días o no disfrutar del fútbol.
“No me arrepiento, Dios sabe por qué hace las cosas. Al final, lo que tengo y lo que no, Dios sabe por qué es. Yo vivo muy tranquilo porque sé que no era la mejor decisión para mí”, recalcó.
Al consultarle: ¿Era una oportunidad para resolver económicamente el resto de su vida?
“Sí, era mucha plata, tal vez eso significaba que tendría mucho más para estar más tranquilo en mi vida después del fútbol, pero eso es en el campo material. Gracias a Dios en lo personal lo material no es importante, yo me he basado en mi tranquilidad mental y tengo un lema: si estoy tranquilo con poquito, la verdad es que prefiero esa felicidad”, reflexionó en su respuesta.
También existieron razones deportivas que hicieron al jugador dudar y por las que prefirió estar cerca de Costa Rica. En aquel momento tenía metas por cumplir.
"Yo tenía claro que si me iba para China dejaba atrás metas personales, por ejemplo después de esa opción tuve el chance de continuar en Estados Unidos, luego llegó la Selección. Me voy para China y no hubiera cumplido eso, una por otra como dicen. Hoy en día eso quedó como una anécdota y sé que es lo mejor que pude hacer", insistió.
Para el atacante es mucho más importante tener una estabilidad emocional que buscar una fortuna de dinero, debido a que según cuenta, su perspectiva de vida gira en torno a la tranquilidad con que pueda afrontar el día a día.
Olman conoció China por una puerta oscura y complicada de atravesar, por lo que no quería correr el riesgo dos veces de toparse de frente con esas dificultades.
“El tiempo y el fútbol da ese aprendizaje de que yo puedo aceptar económicamente algo muy grande, pero si voy a estar mentalmente destruido, no vale la pena, porque todo da vuelta y hasta se vuelve un arma de doble filo porque no se da el rendimiento esperado, no se disfruta, entonces es rudo”, expresó.
Su decisión fue tan tajante que se atrevió a asegurar que la única forma en que hubiera acordado ir era si de ese dinero dependiera su salud.
Olman renunció al que muchos llamarían el contrato de su vida, porque según sus palabras: 'el dinero no lo es todo'.
Hoy a sus 34 años, Golman (como fue conocido en su momento) está muy conforme con la carrera deportiva que desarrolló, pasando por Herediano, Saprissa y con opciones no concretadas de llegar a Alajuelense y Cartaginés.
“Lo hablaba con mi esposa, siempre las metas estuvieron altas, pero iba paso a paso. Por ejemplo, cuando debuté quería llegar a un grande, luego quería ir a la Selección Nacional, ir al exterior y así sucesivamente. Las metas que un jugador se pone siempre van así, ahora lo que quiero es regresar a un grande, pero estoy feliz y lleno con lo que he logrado”, enfatizó.
Lo más complicado. Su amor deportivo, sin dudarlo, se lo declara a Carmelita, plantel con el que vivió el momento más difícil de su andadura, el descenso en la campaña 2018 - 2019.
“El descenso con El Carmen me afectó mucho. A mí me marcó mucho perder la categoría, nunca había dejado de comer, pero ahora pasó, pensaba todo el día en qué iba a pasar, me dolía mucho por compañeros que sabía que dependían de esto. Yo estuve a punto de retirarme por eso”, profundizó.
No obstante, la vida lo preparó para sortear obstáculos desde el inicio y no claudicó pese al golpe anímico. Olman desde joven enfrentó escollos, como la competencia que tenía cuando subió del alto rendimiento al primer equipo de Alajuelense.
Al espigado romperredes nunca le tocó sencillo hacerse un lugar, por eso cuando vio que en las tiendas erizas no había futuro, emigró a las verdolagas.
“En mi época estaban Froylán Ledezma, Alejandro Alpízar, Rolando Fonseca, Erick Scott y Erick Jiménez, qué va, costaba mucho, entonces el que me abrió la puerta fue Carmelita y le guardé mucho respeto al equipo y a Carlos Cañón González”, rescató.
Por otra parte, entre sus principales alegrías están el gol que marcó con la Selección Nacional en un amistoso frente a Honduras en 2012, el salto a Estados Unidos y el campeonato con Herediano en la campaña 2012 - 2013.
Olman Vargas hoy vive feliz, tranquilo y realizado; él tiene claro que es mejor ganar ₡100 y sonreír que tener ₡300 sin poder dormir en paz.
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