Joaquín Bernardo Guillén siempre entendió su juego. El volante que muchos calificaban como un rudazo, en los 90 's, tuvo claro que su trabajo en el campo era el de proteger a los suyos y luchar con todo ante los adversarios.
Ante esto, el futbolista que defendió por más de 10 años la casaca rojinegra comprendió que cuando le decían: ‘debe ser perro de traba’, él tenía que sacar su juego fuerte para marcar diferencia.
Así un día, en la semana previa de un Herediano - Alajuelense, el estratega uruguayo Manuel Keosseián, fue enfático con Guillén: ‘Mirá, Heredia tiene un machito muy bueno, se llama Kenneth Paniagua... De ese te encargás vos’.
Los cinco entrenamientos previos al duelo, Joaquín Bernardo practicó con Wílmer López y el propio Pato le decía a su compañero: ‘estás golpeando, estás entrando fuerte’.
En el ansiado choque, la primera instrucción del técnico para Joaquín Bernardo fue: ‘vaya y péguele un susto a Paniagua’. De esta forma, el contención en el primer mano a mano que tuvo se mandó con todo de barrida, pero nunca imaginó el resultado de esta entrada.
Kenneth Paniagua terminó con una fractura de tobillo.
Aquel hecho que en su momento fue una tristeza hoy es recordado por ambos protagonistas como una anécdota más.
Paniagua y Guillén se volvieron a topar en Estados Unidos, tiempo atrás, ya como exfutbolistas, donde el florense hasta bromeó con la lesión.
“Después a los años nos topamos en Estados Unidos. Entonces nosotros íbamos a jugar y cuando nos estábamos cambiando, llega Paniagua y me dice: ‘Vea la cicatriz. Esta fue la operación que usted me dejó’”, relató entre risas.
Si algo caracterizó al ‘5’ manudo fue su amor por la rojinegra y el corazón que entregó en el campo.
“Siempre jugaba a dar todo por Alajuela, tenía mucha competencia, por lo que había que trabajar duro, pero es que de verdad en ese tiempo había que entrar duro en el campo porque se luchaba contra hombres como el Indio Mayorga, que eran fuertísimos”, describió.
Otra anécdota que el exmarcador no olvida fue cuando Wílmer López debutó en un clásico nacional. El propio Guillén con una palmada en la espalda y un mensaje de tranquilidad hizo que el Pato tuviera una actuación brillante.
"En ese momento había que protegerlo, porque Wílmer nos iba a ayudar bastante y yo sabía que había que cuidar al que rinde. Yo veo que eso no se da ahora. Yo siempre traté de protegerlo a él y a Miso, ellos nos daban los resultados. En el fútbol hay cosas y cada uno en su puesto. Yo le dije: ‘nadie le va a hacer nada, nadie lo va a tocar, usted solo juegue'’', revivió con sus palabras.
En la actualidad, el exrojinegro vive en Estados Unidos, país al que se fue desde que se retiró en 2002.
“Yo me vine a Estados Unidos a trabajar y a seguir con mi vida normal. Gracias a Dios me vine a trabajar con un primo, luego me pasé a Connecticut y ahora estoy en una empresa que se llama TerraGreen, que es una compañía de corte de grama y construcción- Yo dirijo los camiones”, externó.
La gran deuda del fútbol con el exmanudo fue la Selección Nacional; él mismo lo acepta.
“Creo que me faltó con la Selección, porque yo estuve en toda la eliminatoria de Italia 90 y me dolió mucho quedar fuera por la lesión del Mundial. Fue un golpe durísimo porque el país iba a un Mundial por primera vez, sufrí mucho, pero con el tiempo fue sanando todo”, concluyó.
Joaquín Bernardo Guillén, a sus 52 años, continúa jugando a nivel amateur y según dicen continúa imponiéndose en el campo. La rudeza por el balón no se pierde.