El Club Sport Cartaginés atraviesa un momento delicado en la temporada, no solo por su desempeño deportivo, sino por las secuelas de un primer semestre del 2024 catastrófico. La resaca del Torneo de Clausura 2024 aún impacta en el Apertura 2024, con una considerable reducción de ingresos en todas las áreas, desde patrocinadores hasta taquillas.
La dirigencia sufrió la salida de marcas que apoyaban al club e incluso el frente de la camisa tiene libre el espacio principal. Aunque los directivos han cumplido con todas las obligaciones financieras, no ocultan que estos meses han sido complicados.
“Para este torneo tuvimos una reducción en temas de patrocinios de aproximadamente el 40%, que es demasiado. Además, hemos tenido muy poca afluencia de aficionados y a veces no entendemos a qué se debe, porque el equipo ha tenido buenos momentos. De igual forma, agradecemos a los que siempre vienen”, señaló en Radio Columbia Leonardo Vargas hijo, gerente y vicepresidente del club.
Los blanquiazules no lograron clasificar a las semifinales del Clausura 2024 y finalizaron en la novena posición. Además, dejaron escapar el boleto a la Copa Centroamericana de la Concacaf, que hubiera representado una inyección económica considerable.
A Vargas le consultaron directamente: ¿Cómo están las finanzas?
Su respuesta fue contundente: “El tema del mercadeo ha sido complicado, los pocos aficionados que vienen a los juegos y los horarios de los partidos nos obligan a hacer un esfuerzo grande. Como familia tuvimos que poner un poco más de esfuerzo en el Cartaginés, para no tener las finanzas como no queremos verlas. Hoy en día estamos un poco en números rojos, pero es manejable, entendiendo la situación y que lo que está haciendo el club en lo deportivo es importante”.
El conjunto de la Vieja Metrópoli ha tenido que disputar varios de sus juegos de local en horarios no tradicionales, debido a temas televisivos y la implementación del VAR. Esto ha afectado la afluencia de público, como ocurrió en el partido ante San Carlos, jugado un jueves a las 4 p. m., o el próximo encuentro contra Saprissa, programado para un sábado a las 5 p. m.
No es la primera vez que el Cartaginés enfrenta este tipo de dificultades, pero sí es una situación nueva para la administración de Leonardo Vargas, quien ha trabajado para estabilizar las finanzas del club.
Parte de esta gestión incluye arreglos de pago importantes, como el acuerdo reciente con el Ministerio de Hacienda por una deuda que supera los ¢400 millones. La construcción del nuevo techo en el sector de sombra también significó un gasto importante y no estaba proyectado.
Urgencia de brumosos por clasificar
Si bien el presente económico del Cartaginés es complicado, la directiva no quiere imaginar el impacto que tendría no clasificar a las semifinales por segundo torneo consecutivo. Lograr un lugar en la próxima fase del Apertura 2024 es crucial, al igual que sumar puntos suficientes para asegurar un cupo en la próxima edición de la Copa Centroamericana de Concacaf.
Los brumosos han permanecido entre los cuatro primeros durante 15 de las 16 jornadas del torneo, pero sus recientes resultados han complicado el panorama (empate y derrota). Actualmente ocupan el cuarto lugar con 25 puntos, igualados con Guanacasteca (quinto) y solo uno por encima de Herediano (sexto) y dos de Sporting FC (séptimo).
El club espera revertir la situación este sábado ante Saprissa, tercero en la tabla con 27 puntos. De lograr buenos resultados en este cierre de fase, creen que podrían recuperar el apoyo de patrocinadores y aficionados.
“Esperamos que la afición y los patrocinadores vuelvan a acercarse para que la balanza se equilibre. Sin embargo, este semestre ha sido muy duro, al igual que el anterior. Esto limita nuestro presupuesto para contrataciones, pero debemos enfrentar la situación”, explicó Vargas.
El gerente también mencionó que el club está realizando esfuerzos para mejorar su presencia en el mercado y ser más atractivo para las marcas. No obstante, reconoce que el rendimiento deportivo será clave para evitar mayores complicaciones financieras y no retrasar proyectos importantes, como la construcción del centro de entrenamiento (CAR), cuya finalización parece haberse aplazado.