Tegucigalpa, Honduras. Aunque sabe que 34 años no es la edad idónea para consolidarse en una Selección Nacional, Freddy Fernández se aferra a la confianza que le da el director técnico Rodrigo Kenton “para vivir un sueño”.
Él, quien nació en San Isidro de El General y ha jugado 15 temporadas con el equipo de Pérez Zeledón, es hoy el capitán del combinado patrio que ya acumula dos partidos disputados en la Copa Uncaf. Fernández ha jugado siete de ocho compromisos que suma Kenton con la Tricolor.
“En buena hora, pero aquí estamos para trabajar y esperar que todo salga bien, si el profesor (Kenton) lo considera así quiero seguir luchando por un puesto y tratar de ayudar al grupo en el beneficio que todos buscamos”, comentó Fernández el martes anterior, después del entrenamiento.
“La verdad es que mientras uno esté bien en lo físico y tenga condiciones, el momento de estar en la Selección nunca llegará tarde, eso depende del jugador y la verdad es que lo estoy viviendo de muy buena manera”, agregó.
Valor de la experiencia. Más que inquietarse porque algunos no lo consideren tan joven, el zaguero “le da vuelta a la tortilla” y señala que su experiencia le provee mucha tranquilidad en la cancha.
“El que tenga 34 años no me preocupa, los años que uno ha vivido en el futbol le dan madurez para entender en qué momentos del partido se debe manejar la calma o cuando se debe apresurar; hoy siento más empuje para seguir luchando por quedarme.
“La verdad es que no sé cuánto más voy a jugar, pero este episodio me da muchísima motivación”.
Fernández considera que su paciencia y constancia son elementos que le ayudan a ganarse un puesto en la Selección Nacional, aunque a ello debe agregarse que su forma de ser, reservada, seducen al entrenador de la Tricolor.
Otro aspecto que destaca el defensor es que gusta de comunicarse mucho con sus compañeros.
“Creo he venido desempeñando un buen trabajo no solo por en los movimientos en mi puesto, sino también por la comunicación que trato de mantener atrás. Hay que saber liderar y mantener un orden en los compañeros en todo momento, tanto a la hora del ataque como en el repliegue defensivo”, añadió el generaleño.
Precisamente el orden es un punto que destaca en Fernández, de quien no se conoce una vida desordenada en el plano personal.
Aunque su velocidad a veces le juega malas pasadas con delanteros rápidos, el capitán apela a la “maña” para salir bien librado.
Su estilo sobrio le ha tornado inamovible, y parte de la columna vertebral que está para disputar la hexagonal hacia el Mundial.
“No jugué el primero de la pasada fase, contra El Salvador, pero en todos los demás sí he jugado, y a Dios gracias me he consolidado por la buena labor que he cumplido”, manifestó, risueño.
Fernández dijo que todo lo que hace es para estar en la hexagonal, y, por qué no, en el Mundial.