En Cartaginés se acabaron las justificaciones y ya solo queda espacio para la frustración. Cada vez que se topan un grande la pregunta es la misma: ¿por qué no pueden ni competir contra Saprissa, Alajuelense o Herediano?
Ya van 11 partidos ante los rivales más tradicionales en la temporada y tras ocho derrotas y tres empates, los jugadores simplemente arrugan la cara y muestran su desazón. El mal es crónico y por más que soñaban con levantarse ante la S en la ida de las semifinales, el golpe fue más fuerte, tras el 2 a 0.
Incluso, se puede hablar de una paternidad absoluta de los tibaseños, quienes solo en este semestre contabilizan cuatro victorias y una igualdad ante los blanquiazules (torneo local, Copa Centroamericana y Recopa). Además, consiguieron nueve tantos y apenas recibieron uno.
Al inicio se cuestionaba el trabajo de Paulo César Wanchope y sus planteamientos frente al Monstruo, la Liga y el Team. Sin embargo, con Mauricio Wright la historia es idéntica y los futbolistas ratifican que no es un tema de técnico.
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“Entramos en un momento complicado, pero no es por el cambio de técnico, porque cuando llegó ganamos dos partidos. Dejamos de hacer cosas importantes, dejamos de fijaros en los pequeños detalles, que nos marcan la diferencia en la cancha. Creo que hemos estado bien con Wright, pero hay que sacar la mejor versión de cada uno en lo individual”, valoró Marcel Hernández.
La vuelta de las semis no es nada favorable para los centenarios, quienes deben hacer lo que fue imposible para ellos en la campaña: marcar al menos dos tantos frente a los saprissistas para forzar al alargue.
Lo más llamativo es que en la ida de las semifinales Saprissa se vio muy cómodo y el Cartaginés perdido con su planteamiento. Los de la Vieja Metrópoli defienden que aún pueden darle vuelta al marcador, aunque parece más una utopía.
“Cuando salimos a la cancha tenemos la ilusión de ganar, el equipo es maduro y tiene jugadores con experiencia, que fuimos campeones. No es un tema de miedo, sino frustración porque queremos ganar y porque no hemos podido contra un grande. Uno se pregunta por qué y se va a la casa pensando. Igual, hay que ser optimista”, analizó Víctor Murillo.