Saprissa se sumó al caos total que vive el fútbol costarricense y firmó un fracaso rotundo, al quedar fuera de la Liga Concacaf a manos del Comunicaciones de Guatemala. Si alguien dudaba de la crisis del balompié tico, la bofetada a los morados baja a tierra a todos.
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Los tibaseños tan siquiera pudieron sostener la ventaja mínima, pero al final ventaja, que consiguieron en la ida en la Cueva (4 a 3) y terminaron a los tumbos en el Doroteo Guamuch Flores. Incluso, dejaron la imagen de un equipo tímido e inoperante en ofensiva, que al final cayó 2 a 1 (5 a 5 en el global) y firmó su eliminación por los goles de visitantes de los cremas.
Si bien, la S recibió el premio de consolación de pasar a la Liga de Campeones de la Concacaf 2022 (torneo estelar del área), no basta para un club obligado a ganar títulos siempre, pero que en este momento se quedó muy corto con los chapines y en la competición local suma cuatro empates al hilo y apenas se sostiene en el cuarto lugar.
Para quienes piensan que fue un hecho aislado o también para los que se alegran del mal ajeno; hay que recordar que esta es la primera vez que la Liga Concacaf no tiene un representante nacional en las instancias decisivas. Es más, las últimas tres ediciones las habían ganado Herediano (2018), el Monstruo (2019) y Alajuelense (2020), sin embargo, esta hegemonía llegó a su fin.
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Lo más preocupante es que para esta competencia del 2021 la Liga ya se había quedado en octavos de final a manos del Guastatoya, también guatemalteco. Además, pese al gran esfuerzo de los santistas, de igual forma perdieron una ventaja de dos goles y se despidieron en cuartos ante el Forge de Canadá.
Ni qué decir de la Selección Nacional, que pende de un hilo en la octagonal rumbo a Catar 2022. La conclusión es clara y nadie puede esconder que se está en jaque y mientras los adversarios del área crecen, el fútbol tico se estanca.
Pecados se pagan caro
El apuro por sacar el resultado hizo que el técnico Mauricio Wright priorizara cerrar espacios, mantener un bloque compacto y bien coordinado y no quedar expuesto a los mismos errores de la ida, cuando los cremas golpearon a la contra.
Ante esto, Wright optó de nuevo por una línea de cinco defensores, tal y como lo hizo en el clásico el fin de semana. La idea del estratega fue muy dirigida también a anular a Óscar Santis, quien en el primer partido hizo estragos, marcó un triplete y puso a sufrir a Luis José Hernández.
Si bien, Santis no fue un problema en esta ocasión y tampoco es que a los tibaseños les llegaron una y otra vez, con muy poco le hicieron daño y le abombaron las redes.
Los despistes de la zaga son imperdonables, si se toma en cuenta que el tanto de Andrés Lezcano se dio tras un tiro de esquina en el que le ganó con mucha facilidad a Yostin Salinas (minuto 13′). Lo mismo se puede decir de la segunda anotación, en la que Steven Robles pasó sin problemas a línea de fondo, habilitó a Juan Anangonó y este otra vez superó a Salinas (62′).
Estos no fueron los únicos pecados de un Monstruo desconocido en gran parte del choque. Su afán por protegerse también derivó en muy poca producción de peligro y llegadas aisladas y sin elaboración o buen acompañamiento. Es más, apenas realizaron dos remates directos.
Incluso, el descuento fue de Kendall Waston en un tiro libre (17′) y una vez más el central terminó como centro delantero, ante la desesperación por conseguir algo que nunca se dio.