Raquel Chacón es una contención que milita en el equipo de Alajuelense Codea y por su nivel, es titular indiscutible.
Ella no da ningún balón por perdido, tiene facilidad para recuperar la pelota y salir jugando. Si no está en la Selección Femenina es por una razón muy particular.
Desde muy jovencita, ella se acostumbró a trabajar. La historia comienza desde hace años. Antes de salir del colegio, cada viernes por la tarde llegaba al supermercado de su abuelito, don Carlos Luis Rojas, para ayudarle en el negocio.
Con eso se ganaba el dinero que necesitaba para ir el fin de semana a hacer lo que le gustaba: jugar fútbol.
“Llegué a un acuerdo con mi abuelo, de que si él me daba las tardes libres, yo le daba mi tiempo en la mañana. Trabajo de 6 a. m. a 1 p. m. de lunes a sábado, el sábado sí trabajo todo el día y el domingo es libre, porque es el día clave para ir a jugar fútbol. Entre semana, aprovecho las tardes para ir a entrenar dos veces a la semana y los otros tres días voy al gimnasio o hago trabajos por aparte”, relató la jugadora que atendió a La Nación en el Mini Super Cirrí, en Naranjo, donde labora.
Él es un soporte para que ella sea futbolista, al igual que su tía, Marcia Rojas, quien la cubre cuando debe cambiar su turno de trabajo en el supermercado.
“Si no fuera por ellos, tal vez ni siquiera al club podría decirle que sí. Ellos son el soporte, son los que me dan la posibilidad de poder decirle que sí a Liga Deportiva Alajuelense y también son liguistas, entonces me emociona poder darles esas victorias y esa felicidad a ellos por ese lado también".
Al consultársele qué ha pasado con la Tricolor, respondió que se le complica mucho, porque se exigen horarios y a veces hay hasta doble sesión de entrenamiento.
“Yo no puedo decirle a él deme la mañana y en la tarde vengo, porque posiblemente en la tarde también hay entrenamiento. Me han llamado tres veces, solo fui una vez y lo que duré fue una semana, porque tenía que salir de acá a la 1 p. m., llegar al Proyecto Gol a las 4 p. m., regresar a altas horas de la noche y el otro día igual. A mí me encantaría poder estar en la Selección, es una meta que tengo a largo plazo, la idea es en unos añitos poder decirle sí a la Selección”, apuntó.
Don Carlos Luis sabe que ese anhelo de su nieta en algún momento se cumplirá.
“Es un orgullo que ella esté por acá trabajando y que también se esfuerce por superarse, no sé cuánto tiempo esperará estar por acá, ayudándome, porque ella tiene compromisos que van creciendo y si en algún momento la llaman a la Sele y tal vez ella se decida a aceptar el reto, ahí ya me quedaría ya sin Raquel. Es lógico que necesita la platita y también un horario que se acomode a las necesidades de ella, que hasta ahora se le ha dado esa facilidad”, citó el abuelito de Raquel.
¿Cómo juega? “Muy bien y se va superando, yo sé que se va a superar. No voy al estadio, porque es muy complicado para mí poderla seguir, a veces por televisión cuando se puede la vemos por ahí. Me gusta como juega, mete la patica durito a veces. Es un orgullo, no solo para mí, sino para toda la familia”, indicó el abuelito.
Hace unos cinco años, Raquel Chacón recibió su primera convocatoria, cuando Carlos Avedissian era el seleccionador de la Femenina.
“Acepté ir porque él habló conmigo, se acercó y me sembró esa semillita de que lo intentara, fue hace unos cinco años. Me gustaba la intensidad, el juego, todo, las compañeras, era un equipo muy bueno. Amelia (Valverde) estaba en el cuerpo técnico. A veces yo llegaba un poquito tarde al entrenamiento y no me gustaba, porque las compañeras podían sentir que había una preferencia o algo y como nunca hubo ayuda económica, eso era como la excusa y desistí”.
El año pasado, Valverde la convocó dos veces y hoy, piensa que se equivocó en su accionar, porque tenía que haber actuado diferente.
“No fui en las dos ocasiones, ni siquiera hablé con ella y ese fue un error, yo lo sé, porque tal vez uno tiene que buscar a la entrenadora y decirle, explicarle lo que pasa. Yo nada más decidí no ir porque los entrenos son a las 5 a. m., a veces son a las 2 p. m. y es complicado comprometerlos a ellos dos, a mi abuelito y a mi tía”.
Junto a su compañera Viviana Chinchilla, Raquel trabaja en un emprendimiento que le permitiría mover el horario con más facilidad.
“La idea es echarlo a andar para tener la facilidad de decirle a Amelia, ‘bueno, ahora sí, convóqueme (ríe...)’. Todavía no se nos da, pero todo llega en su momento. Mi abuelo y mi tía me motivan para que acepte ir a la Selección, pero volvemos a lo mismo, es la vida real, uno no puede dejar otros ámbitos de lado, tal vez por seguir un sueño. Hay varios sueños y trato de llevarlos todos de la mano".
Según Raquel, la incursión de la Liga en el fútbol femenino se convirtió en una motivación extra para ella y sus compañeras.
“En enero se supone que nos van a tomar más en serio y es una razón para seguirlo intentando, porque el año pasado a mí me pasó por la mente dejar el fútbol. Pensaba que podía estudiar, tener un trabajo normal y hacer otros emprendimientos, pero se dio esto de la Liga y entonces me dije, ‘cómo me voy a ir, si llegó la Liga’. Desde pequeña tenía la ilusión de jugar con mi equipo y lo de la Selección es algo que cuando se de, se va a disfrutar”.
Sus inicios, presente y futuro
Como no había equipos femeninos, desde muy pequeña jugaba fútbol con hombres, principalmente porque su hermano mayor le decía que fuera para armar la mejenga.
Fue creciendo y en el colegio practicaba futsal.
“Yo solo pedía el balón y andaba por todo lado y cuando cumplí 18 años que salí del cole, una amiga me dijo que fuéramos a San Ramón, que tenía un equipo de Primera División. Fui y ahí jugué dos años”.
Ese cuadro descendió y entonces decidió ir a Alajuela, donde estuvo dos años.
“Hubo un movimiento en el Comité (Cantonal de Deportes), entonces el señor que llegó me echó. Fui dos años a Segunda, con Codea, que ascendimos y llevo dos años con Codea. Cuando fui a Segunda, Saprissa, Escazú y Moravia me ofrecieron la oportunidad de ir y probar, pero no lo hice, primero por los colores y segundo, porque ya era más largo. De Naranjo a Alajuela, yo lo veo normal, pero a Escazú o San José para mí era algo más complicado”.
Ahora algunas cosas han cambiado. Los días que no tiene entrenamiento se va a las 2 p. m. al gimnasio, y dos horas después emprende su retorno a su casa en Cirrí.
Si tiene práctica con Alajuelense Codea en el Centro de Alto Rendimiento en Turrúcares, a las 2 p. m. se va para Alajuela y pasa al gimnasio, antes de la práctica en la cancha, que es a las 5:30 p. m.
“Como a las 8 p. m. o 9 p. m. ya estoy en la casa, me hago la cena porque me gusta darle al cuerpo lo que necesita y a las 10 p. m. es ley que estoy durmiendo para levantarme otra vez a las 5:30 a. m. y comenzar a trabajar media hora después”.
Después de una larga espera, por el fogueo de la Selección Mayor contra Estados Unidos y el torneo que ganó la Sub-20 en Guatemala, el domingo se disputará la última fecha de la fase clasificatoria del campeonato nacional y la Liga Codea visitará a Liberia.
Las rojinegras se irán para Guanacaste el sábado, a las 12:30 p. m. y eso, aunque en el fútbol masculino es normal, en el femenino no tanto.
“En la semifinal para subir a Primera nos fuimos un día antes a Liberia y ahora otra vez, juega el cansancio pero el lado mental, porque aunque ellas estén en casa, tal vez no descansaron bien y si uno está concentrada y se preparó bien, por un viajecito no hay que sentirse mal. Aunque sea en casa, es importante concentrarse durante o antes, pero no lo tenemos, cada quien llega al estadio. Uno en la cancha sabe quién sí y quién no, la cancha te desnuda, si uno trasnocha ni hay que preguntar, se refleja”, comentó.
Contó que muchas veces le tocó salir de Cirrí en Naranjo para ir a Alajuela y que quizás, por lluvia, la práctica se suspendía.
“Pensaba que mejor me quedaba, pero caí en cuenta de que había charla, que eso te enseña un poquito más que la cancha. Uno va madurando como futbolista y si esto se profesionaliza, hay muchas que se harán a un lado y muchas que vamos a querer decir sí acepto”.
También reveló que habló con el presidente de la Liga, Fernando Ocampo, para decirle que ella quiere estudiar Administración de Empresas, porque de su abuelo heredó esa chispa por los negocios.
“Para mí el fútbol es lo primero. Tengo muchas metas como estudiar inglés, sacar administración, poder sacar psicología deportiva, poner un funcional, ir a la Selección, jugar en otro país. Sueños hay muchos, pero hay que ir poquito a poquito. Solo pienso en jugar bola, sacar Administración y ver qué viene, porque si la Liga nos da un salario, eso cambiaría muchas cosas, hasta pensar en otras cosas, porque ya tendría disponibilidad y tiempo”.
Fútbol femenino en etapa crucial |
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La última fecha de la fase regular del campeonato de Clausura del fútbol femenino se disputará el domingo. Por reglamento, todos los partidos serán a la 1 p. m. Los juegos: Universitarias - Dimas Escazú, en el Polideportivo de Belén. Liberia - Alajuelense Codea, en el Estadio Edgardo Baltodano. Moravia Herediano - Pococí, en el Estadio Rosabal Cordero. Saprissa FF - Coronado, en el Estadio Ricardo Saprissa. |