Gilberto Tuma Martínez afrontó pruebas complicadas en su carrera deportiva. Una lesión lo sacó de un partido inaugural de una Copa del Mundo, esa misma dolencia le impidió vestir la camisa de la Roma de Italia y hasta jugó un partido con una costilla quebrada.
Sus inicios en el deporte fueron duros, tuvo que lidiar con la incomodidad económica y demás, empero ninguna de las difíciles circunstancias anteriormente descritas se comparan con la que le tocó vivir en 2011.
Se cree que el futbolista es lo que se ve en el campo, en el caso de Martínez un defensor de jerarquía, acostumbrado a ganar siempre sus duelos, amante de la anticipación y las barridas, pero el jugador va mucho más allá del rectángulo.
El exzaguero fue el quinto invitado del programa de La Nación, #LoQueNoSabe. Allí, el Tuma reveló su cara desconocida, como cuando le llamaban ‘curro’ y recorría las calles de la Zona Sur del país descalzo, vendiendo copos en el parque de Buenos Aires.
Durante el programa, Martínez confesó el momento más complejo de su vida; no fue una final perdida, tampoco un mundial, fue algo más sentido, fuerte y que sin duda lo marcó para el resto de su vida.
En 2011, el jugador y su esposa, Priscilla Solano, se enfrentaron a una prueba muy difícil: el deceso de su hija Valentina, todavía en periodo de gestación.
El Tuma, ante esta confesión se comporta como un guerrero, habla pausado, consciente de que la circunstancia golpea, pero utiliza una misma palabra en los tres párrafos que pronuncia: Dios.
“Mi muñeca, ¿qué le puedo decir? Queda un sinsabor... Es uno de los momentos más difíciles, nuestra hija Valentina murió en 2011, es algo que te marca. No hay un digerir, el único que ayuda en esto es Dios. Es difícil porque ya faltaban pocos días, como mes y medio y pues sucedió", dijo Martinez.
"Ver el sufrimiento de mi esposa es algo que te marca profundamente, eso te marca”, describe.
En el fútbol no hay dolor que se compare a lo sucedido.
“Uno como jugador se puede quebrar lo que quiera, pero es que ese dolor vuelve todos los años, todos los cumpleaños. Pero bueno, me aferro al Señor y Dios sabe todo...”, dijo.
“Nunca fui el tipo de persona que cuando pasó dije: ¿Por qué a mí? ¿Por qué a aquel no? Yo dije: ‘Señor usted tiene un plan perfecto, usted sabe todo y le doy gracias a Dios porque nos ayudó a salir de la situación que vivimos y nos dio después un hijo maravilloso que es Gilbertito’. Él llenó nuestro corazón, cubriendo un poco el vacío que quedó”, añadió.
“Es claro que las pérdidas nunca se olvidan, sin embargo, se aprende a vivir con ellas”, finalizó.
En #LoQueNoSabe, a Gilberto le sorprendió la pregunta de su esposa, Priscilla Solano, quien quería saber desde la perspectiva de su esposo: ¿Cuál era el momento más feliz que habían pasado juntos y el más complicado?
El Tuma respondió: '"Lo de Valentina fue muy difícil, fue bravo pero por Dios salimos adelante". Mientras que señaló su relación con Priscilla como el tesoro más preciado de su vida junto a su hijo, Gilberto Jr.
“Haber conocido a Cristo Jesús fue algo primordial para nosotros. A ella (Priscilla) tuve que pulsearla un poquito, pasé momentos muy lindos, ella es la mujer que siempre he amado, ha estado siempre en mi corazón, el primer beso puso resistencia, pero somos felices, muy felices”, dijo entre risas.
Programa completo #LoQueNoSabe con Gilberto Martínez:
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