Los ocho clubes “pequeños” de Primera División intentan crear un fondo común de ingresos, para compartir las ganancias que generan rubros como la venta de vallas publicitarias.
Representantes de esos equipos se reunieron la semana pasada para discutir el proyecto. Este bloque ya negoció esta campaña de forma conjunta otros ingresos, como los derechos de radio.
Según Stefano Sgarlatta, accionista de Brujas, también podrían meter en esa “olla” común el dinero que genere la venta de signos externos como camisetas y gorras.
Sgarlatta aseguró que no se discutió la posibilidad de incluir a los otro cuatro clubes en este fondo.
No obstante, el presidente de Carmelita, Carlos González, reconoció que más adelante tratarán de integrar a los cuatro “grandes”.
“No se trata de imponernos porque somos ocho y tenemos mayoría, sino de dialogar sobre algún esquema en el que todos salgamos ganando, y que se apruebe por consenso”, explicó González.
Otra de las ideas es limitar el número de jugadores que se le pueden quitar a un equipo, para evitar casos como el de Liberia, que perdió a seis jugadores claves y vive un calvario en el inicio del Apertura.
Inquietud. La posibilidad de compartir ingresos con los demás equipos de Primera generó malestar entre dirigentes de Saprissa y Cartaginés consultados ayer.
El presidente brumoso, Thelvin Cabezas, aseguró que no le permitirán a los demás clubes meter mano en las ganancias de su club. Incluso, dijo haber hablado con jerarcas de Alajuelense, Saprissa y Herediano para solicitarle a la Unafut hacer un campeonato aparte en caso de que el G-8 insista en hacerlos participar del proyecto.
Ese torneo se disputaría con ocho equipos, entre los que estarían Limón y Turrialba.
Por su parte, el gerente saprissista, Jorge Alarcón, sugirió en tono irónico que, si se van a compartir los ingresos, se deben socializar también los gastos. “Saprissa es una sociedad anónima. ¿Ahora quieren venir a meter las manos en nuestras finanzas? No sé en qué cabeza cabe eso”, afirmó. Colaboraron el redactor Harold Leandro y el corresponsal en Cartago, Fernando Gutiérrez.