Henry Figueroa rompe el silencio, habla de sus problemas y admite que nadie de su familia murió

Henry Figueroa rompió el silencio y desde Honduras conversó con La Nación para dar su versión al sentirse contra la pared, acorralado y en medio de lo que considera un problema serio del que no puede dar muchos detalles, porque afirma que él y su familia corren peligro.

El mismo futbolista hondureño admite que nadie de su familia murió, pero que de eso se percató horas después de que le habían comunicado lo contrario, luego de que finalizó el partido de vuelta entre Liga Deportiva Alajuelense y Herediano, en la fase final del campeonato.

“Al finalizar el partido mi esposa recibió una llamada de un tío mío, pero no se escuchaba muy bien, porque era por WhatsApp. Mi esposa me transmitió que mi abuela había fallecido, pero todo era lo contrario. Cuando yo me senté y empecé a llamar a Honduras, no me caía la llamada", reseñó el catracho.

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En su relato, menciona que tras muchos intentos y en medio de la desesperación, logró conversar con su tío.

“Él me explicó todo, que después de que terminó el partido recibieron unas llamadas de las que no puedo dar detalles, con ciertas indicaciones. Al salir del partido se me hizo saber que había fallecido mi mamá y yo quedé como loco, porque me decía ‘¿qué está pasando?’. Yo me vine para Honduras a arreglar los detalles, pero todo se me salió de las manos y tuve que quedarme más días”, dijo.

Según Figueroa, su plan era reincorporarse a Alajuelense cuanto antes para entrenar y jugar, “pero yo no me sentía bien emocionalmente. Mi familia ha recibido llamadas con amenazas y no puedo hablar más ni dar detalles".

Insistió en que él se encontraba en el recinto donde se iba a realizar el control antidopaje cuando empezó a recibir los avisos de malas noticias.

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“Fue un malentendido, porque todo estaba congestionado. La llamada le llegó a mi esposa, ella me transmitió eso. Cuando hablé con ella me dijo que mi abuela había fallecido y yo llamaba y llamaba a Honduras y no me caía la llamada. Quienes se encontraban ahí se estaban dando cuenta de eso que estaba ocurriendo. Al rato después, logré hablar con mi tío y él me indicó qué estaba pasando”, reiteró.

Añadió que él sabía que tenía que jugar los dos partidos de la gran final, máxime que el equipo lo necesitaba.

"Pero es que nadie sabe lo que estaba pasando. Al regresar, yo me senté a hablar con el equipo y les comenté que quería estar con mi familia de cerca y que quería resolver todos los detalles lo más rápido posible”.

Figueroa niega que todo esto haya sido una treta para evadir el control antidopaje.

“La gente habla mucho, pero aquí solamente yo sé lo que pasa. Yo no soy de hablar con los medios, pero me toca decir esto porque me siento atacado por gente que no sabe nada y señalan y juzgan sin saber, sin tener idea de qué es lo que pasa”, afirmó.

Y agregó: “Vea, esta es una época muy bonita y no puedo disfrutarla, este sábado cumplo años y no lo puedo disfrutar, no pudo comer, no puedo ni dormir de pensar qué puede pasar. Yo de verdad nunca pensé en salir así de Alajuelense, no puedo decir nada en contra del equipo, ni desearle el mal, porque se comportaron a la altura conmigo, lástima que no se logró lo que queríamos que era darle una alegría a la afición, pero aquí dejo de lado el fútbol y me involucro con mi familia”.

Calificó de mentira los rumores de que él se marchó a Honduras para negociar con Olimpia.

“Desde que se dio todo ese domingo se han venido diciendo rumores sobre un montón de cosas, que se han hablado, que yo voy para allá, pero es que ya no puedo mantenerme en silencio. Yo me vine a Honduras a arreglar mis problemas familiares, porque solo me dieron dos días para venir acá para arreglar mis problemas, todo se me fue de las manos y me tuve que quedar más”.

¿Usted le avisó a la Liga que no podría regresar en tras esos dos días? “Lo hablé hasta después. Lo que yo quiero decir es que mi familia es lo primero. Estoy tratando de resolver los problemas y ver qué pasa más adelante".