A la Liga le costó muy caro rematar poco, y cuando lo hizo no fue efectivo frente al marco en la final del Verano 2016, En cambio, Herediano conservó su contundencia a la hora de disparar para castigar a su rival.
Los rojiamarillos antes de la final, según las estadísticas de La Nación , necesitaban al menos siete remates para marcar, números que lograron mantener en la serie ante los erizos.
El club florense cerró el torneo con 294 disparos y marcaron 41 goles durante los 26 encuentros que disputó.
En la serie final, los florenses inquietaron 14 veces el marco de Patrick Pemberton.
El artillero que más intentó marcar fue Víctor Mambo Núñez, quien lo hizo en cinco oportunidades.
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Por su parte, Alajuelense en vez de aumentar su efectividad tuvo un bajón notable. Previo a la final solo necesitaba cuatro remates, en promedio, para conseguir una diana, pero luego de los dos cotejos su promedio subió a cinco disparos.
Los erizos consiguieron 268 tiros en el campeonato y tuvieron 52 celebraciones, ninguna en la serie de la final.
Pablo Antonio Gabas fue el manudo que más puso a trabajar a Leonel Moreira al alcanzar dos remates directos y uno desviado, todos en el primer cotejo.
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Menos faltas. En cuanto al tema de las infracciones, que tanto dieron de qué hablar en el primer compromiso porque se cometieron 36, el juego de vuelta no fue tan trabado por las faltas.
El árbitro central Ricardo Montero señaló 28 infracciones, 13 cometieron los rojinegros y 15 hicieron los rojiamarillos. El futbolista que más faltas sufrió fue Yendrick Ruiz, con cinco.