Limón
Solo tiene 20 años, pero el hijo mayor de Kurt Bernard, último gran ídolo del balompié caribeño, emerge como la nueva promesa del fútbol limonense. Sin haberse consolidado en la Primera División, recibió una muestra de interés formal por parte de un club europeo.
Keyder Bernard, el mayor de tres varones y una niña, maneja ambos perfiles y puede desempeñarse como volante ofensivo por los dos costados, o como delantero. Incluso, sus características le permiten ubicarse como un típico nueve.
Estas cualidades hacen que sea considerado como un diamante en bruto, para sacarle el mayor de los réditos.
El juvenil tiene una madurez que llama la atención pese a su corta edad, pues ya se pone metas muy altas, al punto de que asegura tener muy claro lo que necesita en su presente y su futuro inmediato.
"Este tiene que ser mi año. Si no es este, no creo que vaya a haber otro. Las grandes oportunidades se le presentan a uno en la vida una o dos veces, por lo que la tomas o la ves pasar de largo y para siempre", expresó Keyder.
El muchacho, quien ya tuvo minutos en la Primera División, no quiere que se le vea como un agrandado, simplemente cree que debe fijarse objetivos y superar obstáculos.
"No quiero que se interprete mal, pero aquí (en el equipo verdiblanco) no hay titulares ni suplentes. Cada miembro del plantel está en condición de ganarse un puesto de acuerdo con su trabajo durante la semana. Quiero viajar a Europa, es lo que todo jugador joven desea", argumentó el futbolista de 1,82 metros de altura y 68 kilos de peso.
Al consultarle si es cierto que ya tuvo un contacto para salir al Viejo Continente, respondió de manera afirmativa y en su rostro se dibujó una mueca de picardía muy propia de su edad.
Keyder recibió las primeras enseñanzas o consejos de su padre, Eke, actual gerente deportivo de La Tromba, cuando militaba en equipos de ligas menores o de la tercera división.
Ahora dice sentirse muy bien con el trabajo realizado, en especial por la dirección que ha recibido del entrenador Horacio Esquivel, quien se caracteriza por ofrecer oportunidades a los jóvenes valores.
"Papá me decía y repetía que con mi calidad yo podía llegar lejos, siempre y cuando me esforzara y dejara las cosas malas al lado. Es por eso que antes de aparecerme por la primera de Limón, ya había aprendido muchas cosas de mi padre", recalcó el atacante.
El mayor de los Bernard pretende ser una esponja, para absorber todos los conocimientos de los más consolidados del plantel de Limón. Incluso, señala que admira a Erick Scott.
"El ejemplo que yo quiero seguir es el de Scott. Todos los días intento poner en práctica la forma en que se mueve y, sobre todo, su manera de definir. Este es el jugador que sigo y procuro imitar", dijo.
Pese a que su padre toma las decisiones en lo deportivo, el joven Bernard se integró a Limón después de que el exmundialista Reynaldo Parks, gerente del club, lo descubriera en un campeonato de barrios organizado por la Municipalidad de Limón.
"Luché y luché para que ese equipo lo liberara y para que Limón lo inscribiera. Inicialmente, quisieron enviarlo a una tercera división para que adquiriera mayor madurez; sin embargo, mi opinión siempre fue que ya tenía las condiciones para estar en Primera", expresó Parks.
El exdefensor lo califica como un jugador muy "habilidoso", punzante y con mucha "claridad" de cara al marco, algo de sumo provecho, porque hoy en día cuesta encontrar figuras así.
"Es muy talentoso y a diferencia de su padre, que fue un zurdo nato, Keyder maneja ambos perfiles. Es muy completo, solamente la experiencia le va a ayudar a consolidarse".
Kurt Bernard, padre y a la vez patrón
Kurt Bernard no solo es el padre de Keyder, sino que, fuera de la casa, también se desempeña como su jefe, porque el mundialista funge como gerente deportivo de Limón FC.
"Intento aconsejarlo en lo que pueda, pero hay algunas cosas en las que no puedo involucrarme, como si en algún momento llega a entrar en las bronquillas propias de esta actividad, como las que se dan entre el jugador y el entrenador", expresó Kurt.
El juvenil, por ejemplo, tuvo que dialogar con su padre para ver cuál número de camiseta se le iba a asignar para este torneo. En el anterior, llevó la 13. Al parecer, hubo algún interés de que use la 77, que usó su papá toda la carrera deportiva. Sin embargo, la inquietud le fue rechazada porque ese número fue retirado.
Entonces, Kurt lo complació con el número 25, que corresponde a su fecha de natalicio.
Al preguntarle a Kurt acerca de las características de su hijo como futbolista, respondió que tiene buenas condiciones, especialmente porque patea con ambas piernas y lo hace bien. No obstante, es honesto al reconocer que le falta más trabajo.
"Aún sigue siendo un adolescente a pesar de que tiene 20 años. Le resta mucho por aprender y especialmente por madurar. Está en una bonita etapa en la que quiere crecer en este aspecto y tiene compañeros ideales para que lo impulsen y ayuden", dijo.
El exmundialista reveló que los principales consejos que le ha dado a su hijo son: "Sacrificio, esfuerzo y mucha humildad, porque puede tener todas las condiciones del mundo, pero sin esas tres, no le va a alcanzar".
Sobre la posibilidad de que llegue a igualar su legado o superarlo, Kurt recalcó que solo el trabajo y los años lo dirán, aunque las condiciones las tiene para lograrlo.
"Antes de que debutara en Primera lo noté ansioso, mas no con temor. Ahora, ya sabe lo que es recibir golpes de jugadores con experiencia. Lo que él tiene que hacer es trabajar, esforzarse al máximo y darlo todo porque las oportunidades llegan y hay que aprovecharlas", finalizó.
Atrás de Keyder vienen otros dos hermanos, de 16 y 15 años, quienes actualmente juegan en las ligas menores de Limón, solo que en posiciones más defensivas.