Julen Cordero no lo dice, pero denota que no tiene problema con llevar el peso sobre su espalda de ser el jugador juvenil del Saprissa con mayor expectativa de ser colocado en el exterior, casaca que en el pasado llevaron Joel Campbell, John Jairo Ruiz, Esteban Alvarado, Bryan Oviedo, entre otros.
Julen sí dice, entre broma y en serio, que es consciente que hay una presión en la sociedad por ser el hijo de un símbolo saprissista como Víctor Cordero, capitán morado en la época dorada el Mundial de Clubes 2005. También es atrevido, pero con respeto, para contar que él se la cree y se atreve a molestar a su padre en que más pronto que largo conseguirá quitarse la etiqueta: ‘el hijo de Cordero’.
Con solo 16 años, este delantero ya está integrado de lleno al primer cuadro de la S. Además es indiscutible en selecciones menores y ya tiene a un club europeo, específicamente el Le Havre de Francia, dándole seguimiento. Sí, el mismo club en el que hizo sus primeros pasos Paul Pogba, figura gala.
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“A mí no me molesta que ahora me digan el hijo de Víctor porque Gracias a Dios él es una persona honrada y fue un gran profesional en la cancha. Ahora hace un gran trabajo. Imagínese que yo hasta lo molesto y le dijo: Papi pronto a usted no le van a decir Víctor Cordero, sino el papá de Julen”, reveló entre risas.
Este joven todavía va al colegio; no obstante, bajo el sistema llamado Home School (escuela en casa), debido a que por sus responsabilidades deportivas no podía continuar en el centro educativo Saint Clare.
Su madre Sigrid González, junto a su padre, han sido claros una y otra vez: "Si quiere jugar fútbol tiene que estudiar… Si no hay estudio no hay bola”.
Será por el valor que le dan sus papás que Julen tiene claro que si da el salto al exterior en dos años, debido a que el Le Havre le hizo saber al Saprissa que le darán seguimiento y en ese momento decidirán que sucede, debe sacar su carrera profesional.
“Mi papá siempre me ha dicho que el fútbol a la par del estudio, sino, no me deja jugar. Mis papás me han criado muy bien, toda mi familia, el entorno es muy sano y le doy gracias a Dios por esto. Si le puedo decir que si llega el chance afuera pues yo no voy a dejar de estudiar, buscaría la forma para sacar mi carrera en el exterior”, declaró.
Pese a su corta edad y todo lo que ha vivido junto a la atención mediática temprana, el adolescente no se ha desubicado.
“Para mí es emocionante lo que viene porque juego en el mejor equipo del país. Lo que todo el mundo quiere es salir del país, pero también me gustaría jugar con Saprissa antes de cumplir 18 años porque es el equipo en el que estoy desde pequeño, sería para mí algo muy lindo porque fue el equipo en el que jugó mi papá”, dio a conocer.
El fútbol, a su temprana edad, ha sido curioso con Julen, al punto que en el primer cuerpo técnico que tuvo como profesional saprissista, estuvo su padre.
Víctor ha sido asistente de Carlos Watson, timonel que lo subió a la primera escuadra, y ahora es la mano derecha del actual técnico, Vladimir Quesada.
“Mi papá siempre ha estado a la par mía para guiarme, para mí es algo muy bonito que mi papá esté de asistente, pero yo sé que él tiene que velar por su trabajo, creo que es más difícil para mí en algunos aspectos tenerlo como jefe porque él sabe cuándo salgo a una fiesta, sabe qué como, sabe todo, entonces es consciente de mi verdadero estado”, describió entre risas.
La experiencia internacional en Francia dejó muchas enseñanzas al atacante, quien aprendió cómo es el teje y maneje fuera de los terrenos de juego.
Cordero siempre estaba acostumbrado a tener a su madre y resto de familiares en casa para brindarle apoyo; así él se preocupaba solo por rendir deportivamente.
En Francia, el tico tuvo a Joaquim Batica como su apoyo; sin embargo, se probó con un nuevo idioma, un clima complicado y socializar con personas de otra cultura.
“Fue algo muy importante, estuve un mes allá solo y eso nunca había pasado esto. Soy muy chineado en ese sentido, pero sabía que tenía que jugármela solo, de esta forma fui a clases de francés un mes antes de irme de Costa Rica y me mentalicé en aguantar el frío”, detalló.
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En su familia, Julen es el del medio de tres hermanos y mientras él se dedica al fútbol, el mayor estudia derecho y practica Jiu Jitsu; mientras que el menor, Thiago, también juega fútbol y todo hace indicar que será contención.
“Yo seguí el consejo de mi papá, un día me dijo hágase delantero porque ganan más plata”, recordó entre risas.
Respecto a comentarios negativos en los que la gente dice que tiene éxito por quien es su padre, él es enfático en que ve poco las redes sociales.
“No me gusta leer mucho redes sociales, ni nada de esas cosas, no siempre lo que se dice es sano. Siempre hay gente que apoya, pero tengo claro que no debo creérmela, solo tengo que demostrar y jugar, la gente puede decir muchas cosas, pero lo que pesa es lo que uno demuestra”, finalizó.
Este es Julen Cordero, la principal carta de exportación del Saprissa, un adolescente que lleva con comodidad la sombra de su padre, el histórico zaguero central Víctor Cordero.