Redacción
A la distancia, el timonel de Limón, Horacio Esquivel, mira cómo los futbolistas que formó y destacaron en su club ahora calientan el banquillo de los equipos grandes, en los que su protagonismo es casi nulo.
"Los muchachos de Limón deberían tener un poquito más de calma, para que cuando se vayan de acá (Limón) lleguen con más experiencia, a plantarse y a ser titulares, eso es lo que me agobia", confiesa Esquivel.
Formador por vocación, Esquivel visita las comunidades caribeñas en busca de talentos. Los sábados por la mañana toma el carro y se dirige a Puerto Viejo y la zonas aledañas. Ahí se acerca a las plazas en busca de prospectos.
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Como la mayoría de la provincia lo conoce, también tiene observadores que le informan sobre posibles jugadores. Con este método le ha sacado provecho a todo el talento de la región para sostener al equipo, aún cuando torneo a torneo los equipos de la Primera División le desarman el plantel.
A Esquivel le duele cuando le quitan un jugador que todavía no termina de formar, pues considera que le faltan herramientas para afianzarse y pelear por un lugar en un equipo grande.
En Alajuelense, Michael Barrantes y Yuaicell Wright iniciaron como suplentes en el torneo nacional, lo mismo que Yostin Salinas y Lemark Hernández en Saprissa. Cuando Iván Ramírez firmó con Belén se dijo que lo estaban proyectando para llegar a Herediano; ahorita ni siquiera es futbolista de Guadalupe.
Es evidente que los jóvenes salen del plantel limonense en busca de una mejora económica, aun cuando esto conlleve un largo periodo de adaptación, que en algunos casos acaba en una salida prematura del club.
Le sucedió a Jossimar Pemberton, quien llegó a la Liga como uno de los fichajes más destacados después de una buena campaña en Limón, pero terminó siendo cedido a préstamo y luego le rescindieron el contrato.
"Se los llevan por ser talentosos y uno espera que estos jugadores puedan consolidarse, pero después uno ve que los usan muy poco y vuelven a tener un retroceso. Aquí por ejemplo, ya hice debutar a Dylan Tejeda y Yustin Sequeira. No sé por qué otros equipos no se atreven a poner a muchachos", agregó Esquivel.
Otro aspecto que no comprende Esquivel es que algunos de los futbolistas que rindieron con él en una posición sean utilizados en puestos distintos y se les exijan otras funciones en sus nuevos clubes.
Aunque se negó a dar nombres, cree que este factor complica aún más la consolidación de un futbolista joven.
"Me parece que ellos pueden tener más protagonismo, pero a veces no los utilizan en el puesto de ellos. Se los llevan, pero no se pueden desenvolver como ya saben", añadió el entrenador.
Limón. Desde la llegada de Esquivel al banquillo de Limón, la apuesta por futbolistas de la zona se ha incrementado. El entrenador, de riñón limonense, asegura que comprende a los jugadores, sus dificultades y sueños.
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Aunque es el técnico del primer equipo, trata de cumplir un papel de consejero y amigo.
Antes de cualquier otra cosa, se concentra en que la planilla se sienta cómoda. A la fecha le ha ido bien, pues además de clasificar a las rondas finales, motiva a los jóvenes a que si trabajan duro, pueden llegar a la Primera.
Cree que los muchachos que se fueron estarían pasándola muy bien con él en este momento.
"Estarían felices. Posiblemente los entienda mejor y tenga algún carisma que los hace sentirse más cómodos, lo último que soy es el técnico, soy amigo, sicólogo y consejero. Soy muy allegado a los jugadores", concluyó.