Javier Delgado es un hombre de palabra y lo que dice, lo hace.
Él le prometió en enero a Nicolás dos Santos que no le serrucharía el piso y que si asumía la gerencia deportiva, no era con el propósito de relevarlo como técnico si las cosas no le salían.
Se lo dijo al charrúa, pero también se lo dejó claro a los directivos cuando lo contrataron.
Cuando se reunió con Fernando Ocampo, Federico Calderón y Óscar Valverde, la única condición que puso fue que bajo ninguna circunstancia asumiría la dirección técnica en este semestre.
En tiempos cuando muchos archivaron la ética, él insiste en que lo que dice lo hace y que si la dirigencia aceptó esa petición, sería ilógico pensar que le ofrecieron el equipo después de que la Liga iba ganando 3-0 el clásico del domingo y que ese partido contra Saprissa terminó 3-3, en el arranque de la cuadrangular.
Con esto, él afirma que la directiva nunca le preguntó después de ese partido si podía ser técnico interino.
"No hubo ningún rechazo porque ni siquiera hubo un ofrecimiento", afirmó el Sheriff.
Recordó que el único requisito que puso es que él no iba a tomar el equipo y que fue muy enfático en eso.
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"Primero por mi parte moral, ética, yo soy uno de los que por mi pensamiento he sido crítico con esa situación, de estar en una situación y estar pasando a otra, porque se puede perder credibilidad, se puede perder confianza y entonces fue lo único que yo solicité y todos lo hemos tenido claro desde el principio, no es que esto se esté inventando ahora", apuntó.
Indicó que en esa reunión de la directiva con la comisión técnica del lunes por la noche hubo un análisis profundo, de los pro, los contra, qué había sucedido, qué no había pasado, algo que hacen semana a semana, pero que hasta ahora tuvo mayor nivel mediático en vista del resultado en el clásico.
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"Pero eso no es un cúmulo de situaciones que analizamos ahora, sino que a lo largo del torneo nosotros hemos venido analizando el comportamiento del equipo, qué cosas positivas, qué cosas se pueden corregir y esa comunicación yo la he tenido directamente con Nicolás", citó Delgado.
El gerente deportivo admite que el uruguayo es muy abierto con él y que le ha tomado mucha confianza por esa misma razón, porque no lo ve como un enemigo que en cualquier momento puede clavarle un puñal por la espalda.
"Le expliqué muy bien a él, porque lo más razonable en el pensar de la gente era que estando aquí yo era el plan B, que si no le iba bien a Nicolás ahí estaba yo y no había ningún problema, pero yo se lo expliqué muy bien a él, que eso no iba a suceder y lo dije abiertamente", insistió.
Y agregó: "Lo repito, eso no va a suceder en este momento. Si en el futuro hay planificado alguna posibilidad de empezar un proceso, eso ya lo podríamos discutir, pero en este momento yo estoy enfocado en mi puesto".
Dijo que durante estos meses le tocó un periodo de transición que comparte con lo que a él le gusta, que es estar viendo entrenamientos, estar en contacto con el cuerpo técnico, los jugadores y dar su punto de vista en la parte deportiva.
"Yo tal vez tengo una visión diferente de estar ahí en el banquillo y compartiéndolo con las otras funciones, a veces el tiempo no me alcanza con ligas menores y el Centro de Alto Rendimiento, yo lo que quiero y uno de los objetivos míos y personales es estabilidad y pienso tenerla acá, pero para eso en mi puesto hay que dar resultados y estoy enfocado en esto".
Él señala que no puede estar pensando en otras cosas.
"Imagínese qué pasaría si yo tomo el equipo, me va bien, me va mal, regreso a mi puesto, viene otro entrenador, qué va a pensar, en mi espalda tengo a alguien que si no me va bien ahí va a estar y eso a mí ya me lo hicieron, a mí me pasó, yo tuve esa experiencia y no me gustó. Entonces, yo por norma tengo no hacer lo que a mí no me gusta que me hagan y entonces eso lo quiero dejar bien claro", recalcó.
'No nos podemos quedar lamentándonos'
Javier Delgado llegó a la conclusión de que lo mejor que le pudo pasar a la Liga es que después de ese episodio de terror en el Morera Soto ante los morados, es que llegara esta semana larga, para que bajen los niveles de enojo, frustración y tantos sentimientos negativos que arrastraban desde que se concretó ese empate con sabor a derrota para Alajuelense.
"El lunes el plantel estuvo libre, el martes regresaron a los entrenamientos y uno va percibiendo que conforme van pasando las horas todo vuelve a su cauce normal en cuanto al comportamiento y entender que la vida continúa, que fue algo difícil de digerir lo que nos pasó, pero no es que el domingo perdimos todas las opciones de nuestro objetivo, no, todo lo contrario", citó.
Y agregó: "Ahora hay que redoblar esfuerzos, el partido del domingo es un partido final para nosotros y para Santos, porque ellos no se pueden dar el lujo de perder otra vez en casa y nosotros tenemos que ganar sí o sí para recuperar los puntos que dejamos acá".
Delgado es del criterio que Alajuelense cuenta con un grupo de jugadores que tienen mucha experiencia, que son muy maduros, con gente que acumula vivencias importantes y que él está atento para ver cómo se puede mejorar el entorno, tanto en lo mental como en lo deportivo.
"No hay nada más fácil en este mundo que analizar un partido terminado, todo el mundo tiene la solución, todo el mundo dice y señala el error, es muy fácil. Lo difícil es tomar decisiones en vivo y a todo color, con la presión y lo que está sucediendo".
¿Qué pasó en ese lapso de 15 minutos cuando la Liga se descontroló y de ir arriba por 3-0, el marcador quedó 3-3 y por poco pierde?
"Obviamente hubo una equivocación, no lo digo yo, lo dice el marcador, lo dice la situación. Cuando un entrenador toma una decisión, no hace un cambio para mal, siempre es pensando que es lo mejor, que es la mejor opción en ese momento. Después, el tiempo le da la razón o el sentimiento de que se equivocó, que no estuvo bien".
Recordó que a él le pasó muchas veces.
"Perdonen que hable de la experiencia mía, pero es valiosa en este momento. Metí a un jugador que hizo el gol del gane y yo era el mejor entrenador del mundo en ese momento y me pasó lo contrario, un cambio que uno pensó una situación y no se dio como un pensaba y se perdió o se empató y uno es el peor entrenador que hay en ese momento", argumentó.
Dijo que lo importante es la retroalimentación y que en la comunicación que él tiene con Dos Santos, le puede hablar de su experiencia, de todas las cosas buenas que le pasaron como técnico y de las negativas.
"Uno probablemente aprende más de las negativas. No sé si se acuerdan de una ocasión en la que me metieron dos goles en un minuto de diferencia en tiempo de descuento en el estadio Saprissa y yo dije eso nunca me vuelve a suceder".
Y acotó que desde entonces no le pasa, "ni en mejengas", porque hay que aprender de los errores y evolucionar.
En este caso, ese aprendizaje aplica para Nicolás dos Santos como entrenador, para sus compañeros del cuerpo técnico, los jugadores y Alajuelense como institución.
"No nos podemos quedar lamentándonos. Por más que nos duela tenemos que evolucionar, tenemos que seguir y seguir luchando y el domingo es una oportunidad muy grande para luchar y revertir lo que muchos piensan de que pueda suceder", subrayó Delgado.
Herediano es líder de la cuadrangular con 3 puntos; seguido por Saprissa y Alajuelense con una unidad y Santos aún no puntúa.
El sábado, a las 8:05 p. m., el Team recibirá a la S, mientras que el domingo, a las 4 p. m., los guapileños se enfrentarán a la Liga en el Ebal Rodríguez.