Jefferson Brenes es hoy jugador del Herediano, pero hace 10 años vivió una de las experiencias más complicadas de su vida, que lo marcó para siempre. De hecho con ojos vidriosos y voz entrecortada, el contención recuerda aquella semana en la que hizo prueba, con 13 años, en el desaparecido Brujas.
Brenes fue el invitado de esta semana del programa de La Nación, #LoQueNoSeSabe, en el que contó su vida fuera del fútbol, además de revelar el difícil camino que sorteó para conseguir ser jugador profesional.
Con 13 años, el futbolista llegó con su padre a Desamparados desde su natal Siquirres, su intención hace una década era formar parte del Brujas, escuadra que tenía su sede en el Cuty Monge de Desamparados.
Pese a que su familia no tenía las condiciones económicas para traerlo, don Óscar, su padre, consiguió la forma de llevarlo al Valle Central, no obstante no tenían dónde dormir.
El señor que cuidaba la cancha de Fátima de Desamparados se dio cuenta de las penurias que pasaban Brenes y el papá por lo que les tendió una mano. Hoy Jefferson no recuerda el nombre de esa persona, empero sí tiene muy clara toda la experiencia que le tocó vivir.
“Mis papás son humildes, son trabajadores ambulantes, venden jugo de naranja. Yo siempre recuerdo los momentos difíciles porque eso me hace más fuerte, yo tenía 13 años y estaba en el colegio, pero fui a hacer unas pruebas al Brujas, entrenaban todos los días de lunes a viernes y sábado y domingo partido. Nosotros no teníamos ingresos para pagar un hotel y menos familia que nos recibiera, entonces el señor de la cancha en Fátima nos dio un camerino y una colchoneta y ahí dormíamos”, recordó.
Brenes dio a conocer que a esa persona le debe muchísimo, ya que no solo les dio un lugar para dormir, sino que muchas veces les llevaba desayuno porque a él y don Óscar no les alcanzaba para las tres comidas, entonces sí desayunaban no almorzaban o cenaban.
“La gente del equipo llegaba hasta la tarde porque se entrenaba en la tarde - noche, entonces muchas veces él nos dio desayuno ya que nosotros no teníamos para todas las comidas. Yo lo hacía porque la verdad quería salir de Siquirres para hacer algo en mi vida y enfocarme en lo que yo siempre había querido, que era ser jugador profesional”, aseguró.
Para el exlimonense la vida no ha sido sencilla, porque también en su etapa juvenil vio cómo sus padres tuvieron problemas judiciales y terminaron en la cárcel, además el dinero nunca ha sobrado, por lo que cuando jugaba en Limón, aunque ya se dedicaba 100% al fútbol, previo a los partidos no recibía la alimentación idónea.
El jugador le encontró el gusto a comer comida preparada por su madre debajo de un palo de almendras en Puerto Limón.
“Mi mamá y mi esposa hacían la comida, porque yo les decía: 'como no hay plata, pues hagan algo para comer y vemos a ver dónde pasamos a comerlo. Ellas me ayudaban mucho en esa parte, porque la verdad es que yo tenía que comer algo antes de los partidos. Siempre hacían alguna comidita y nos sentábamos debajo de un palo de almendras a comer”, mencionó.
“Yo les agradezco todos esos esfuerzos, a mi mamá, porque me hizo muy fuerte todo eso, me hizo madurar muchísimo”, acotó.
Por último, Jefferson llorando revivió con sus palabras cuando decidió formar una familia junto a su esposa Tannia.
“Pucha, hasta se le vienen las lágrimas a uno... Es que lloro en esta entrevista porque esas cosas me hicieron muy fuerte, yo recuerdo esa vez que me fui con mi esposa a los 18 años y no teníamos nada, pero yo confiaba que algún día estaría bien. Yo le agradezco a mi esposa, a la familia de ella, a mi familia, porque hubo momentos durísimos en mi vida, para nosotros comer en una silla mecedora era un privilegio y al día de hoy tengo buena cama, pantalla, cocina, refri, antes no tenía nada y solo quiero darle gracias a Dios”, finalizó.
#LoQueNoSeSabe es un programa de La Nación que cuenta con un capítulo semanal los miércoles en nacion.com y además es transmitido por FuTV, los jueves a las 9 p. m.