Fanático de los Beatles, apasionado por el fútbol, estudioso empedernido de la táctica, al punto de sacrificar su patrimonio por viajar a Holanda y aprender con los mejores. Con madera de formador y, ante todo, mejor persona y un gran luchador que como él mismo dijo, jamás se preguntó por qué, sino para qué pasaban las cosas. Por algo superó tres tumores en su garganta y jamás se planteó perder la voz años atrás.
LEA MÁS: Johnny Chaves dejó ver en su última entrevista el carácter de luchador incansable
Johnny Chaves murió este viernes a los 61 años, luego de ocho meses de luchar con problemas serios de salud en su colon. Sin embargo, su legado perdurará para siempre en el fútbol costarricense y, aunque algunos le reprocharán que nunca ganó un título, no lo necesitó, porque hizo milagros con muy poco.
Clasificó 12 veces a rondas finales, llegó a una final de Liga Concacaf y a este medio le contó que en sus registros personales tenía el dato de que había debutado entre 80 y 90 jugadores desde el 2005, cuando empezó su aventura en los banquillos, con Pérez Zeledón.
¿Cómo entender la forma de pensar de Johnny Chaves y su filosofía de vida?
Muy sencillo, él mismo se lo contó a La Nación: ‘Mi filosofía es vivir el ahora. Hay una frase de John Lennon que siempre me ha marcado, a él le preguntaron: ‘¿Qué es la vida?’ y respondió: ‘Es aquello que te pasa al frente, mientras haces planes para vivirla’”.
Es más, en su momento más complicado por la operación para extraerle un tumor en su colon, cuando se vio obligado a dejar el fútbol y estuvo internado por semanas en hospitales, nunca se dobló e hizo erizar la piel al expresar sobre su enfermedad que “siempre me han apasionado los retos que parecían imposibles”.
Chaves dejó esta vida con un pensamiento que fue una regla en su vida: el fracaso forja carácter, enseña y es el punto de partida para el éxito. Basado en este sentir, el técnico resurgió de un descenso con San Carlos en el 2013, se levantó en momentos en los que no encontraba equipo en Costa Rica y tuvo que migrar a Guatemala en el 2014.
LEA MÁS: Johnny Chaves, el técnico que Alajuelense quiso y nunca pudo fichar
Incluso, nunca manifestó frustración o desconsuelo al tener que dirigir en la Liga de Ascenso a Barrio México (2014), porque nadie la abría le daba trabajo en Primera División.
Fue el Santos de Guápiles quien creyó en él en el 2015 y le abrió las puertas para construir un proyecto en el cual, en casi cinco años, el club clasificó cuatro veces de manera consecutiva a semifinales, jugó en dos ocasiones en el certamen de clubes de Concacaf y hasta disputó la final de la Liga Concacaf.
Johnny fue el primer entrenador en meter en semifinales a un club no tradicional cuatro veces al hilo. Tras casi 17 años ininterrumpidos como estratega acumuló 602 compromisos dirigidos con Pérez Zeledón, Cartaginés, UCR, San Carlos y Grecia en Primera División, así como Barrio México en Liga de Ascenso y el Deportivo Mictlán de Guatemala.
Claro, en ninguna de estas instituciones trabajó con grandes presupuestos, la realidad es que en algunos hasta pasó penurias y tenía que rebuscar para encontrar jugadores. De igual forma, estaba acostumbrado a hacer lo impensado, mirar a la cantera y de igual forma dar resultados.
“No rendirse nunca, buscar la excelencia, aprovechar los momentos difíciles para aprender de ellos y fortalecerse. Lo que pasó me hizo más fuerte de carácter, busqué más adentro de mí para mejorar en el trabajo. Además, me hicieron luchar porque tuve que empezar de cero.
“Me fui a Guatemala, luego empecé con Barrio México en segunda. Cuando las cosas están mal hay que dejarse atravesar por ellas. La clave está en cómo se enfoque todo, porque no hay que sentirse víctima o desesperarse, sino que se debe estar listo para cuando aparezca la oportunidad”, contó en el 2017.
LEA MÁS: Johnny Chaves, el técnico que supo resurgir del fracaso
Su fórmula de trabajar: “Uno se vuelve un alquimista, debe escoger muy bien, mezclar bien los elementos, tratar de no equivocarse y elegir un estilo adecuado para hacer mejores a los jugadores. Sabemos que la opción uno la vamos perder, porque no tenemos el contenido económico. Sin embargo, en el mercado hay jugadores subvalorados y al revisarles las estadísticas descubrimos que se les puede sacar mucho provecho”.
Aunque dejó pasar una chance en Alajuelense, nunca se arrepintió, lo vio como una decisión pensada y bien tomada en su momento. Llegar a la Selección a formar era un deseo que no se le cumplió, pero siempre aportó al sacar nuevos valores y hasta los rivales le reconocieron que cada verano viajaba a Holanda, donde sacó su licencia A de timonel en UEFA.
Título no era su obsesión
Como a todos en la vida, a Johnny Chaves le gustaba ganar, su objetivo era levantar una copa y, por lo mismo, sacaba de su dinero para ir a actualizarse a Europa. Fue subcampeón como asistente con Pérez Zeledón, donde empezó como timonel, pero de igual forma nunca se obsesionó con un título.
“Algunas veces, cuando se desea mucho algo, se aleja. Sé la importancia que tiene el ganar un título en esta profesión, porque ayuda a trascender, a consolidar lo que se hace como entrenador, pero no me lleno de ansiedad y no dejó que me aplaste, porque puedo cometer errores”, dijo en el 2017.
Para Chaves, su felicidad era superar obstáculos, describir algo donde la mayoría de personas no veían nada y marcar a quienes estaban a su lado. Enseñar le apasionaba, incluso, por esto fue parte de los profesores en los cursos de licencias para técnicos en Costa Rica y tanto en las conferencias como en las entrevistas trataba de transmitir su conocimiento, no era egoísta.
Alegre, de bromas inesperadas y capaz de ver más allá de lo general, Chaves siempre se mostraba fuerte, positivo y con ganas de luchar. Por algo, en la mayoría de los equipos en los que estuvo dejó bases importantes y lo recuerdan con cariño. Johnny así lo quería.
“Hay dos formas de ser campeón: armando un equipo o comprando a los jugadores. No obstante, lo que hice con mi grupo de trabajo en los lugares en que estuve fue fortalecer la liga menor, capacitar a los entrenadores y darle espacio a los juveniles, pero consolidarlos y madurarlos, no alinearlos solo por hacerlo. Es la única posibilidad que tienen los equipos de bajo presupuesto de ser competitivos y acercarse a la élite del fútbol. En mi caso, busco dejar algo y no pasar por pasar”, agregó.
Chaves quedará en las letras doradas del fútbol tico como el cuarto timonel con más partidos dirigidos (602), por detrás únicamente de Antonio Moyano (618), Marvin Rodríguez (683) y Juan Luis Hernández (696). El “profe” quería volver a las canchas y hacer más historia, pero la enfermedad se lo impidió
“Según los estadígrafos, soy el cuarto técnico con más partidos dirigidos, con 602. Era un bonito desafío llegar al primer lugar, calculaba que si dirigía entre uno y dos años podía alcanzar al primero”, narró en marzo del 2020.