Esta vez no lo hizo con un tiro libre, ni con una jugada de peligro; pero Josef Miso volvió a enamorar a la afición de Alajuelense en el primer juego de la semifinal contra el Deportivo Saprissa.
No estaba en la formación titular; tampoco en la suplencia, pero desde un palco, el eslovaco que ahora tiene 42 años y que llegó a Costa Rica en 1995 para vestir el uniforme rojinegro jugó el clásico de una forma distinta.
El asistente técnico de la UCR acudió este sábado al estadio Alejandro Morera Soto y fue uno de los miles de aficionados que pasaron alentando al León.
Quienes estaban cerca, no sabían si prestarle atención a lo que hacían los jugadores en la cancha, o no dejar de ver a Miso cantándole a la Liga durante los 90 minutos.
Para los manudos él es un ídolo y para él, Alajuelense es el equipo de sus amores.
Josef Miso celebró los goles de José Guillermo Ortiz y de Harry Rojas ante el Monstruo; prácticamente estuvo de pie durante todo el encuentro y se marchó contento, porque su equipo ganó y el miércoles llegará con ventaja al segundo y último round de la serie en el estadio Ricardo Saprissa.
El veloz y espigado exatacante jugó con Alajuelense entre 1995 y 2004; fueron nueve campañas en las que consiguió 73 goles y se proclamó campeón nacional en seis ocasiones.
Aparte de esos títulos en 1996, 1997, 2000, 2001, 2002 y 2003; también celebró con la Liga el cetro Grandes de Centroamérica en 1996 y ganó Concacaf en 2004.
Para los liguistas, él es "Miso matador".Y él se muestra como uno de los manudos que quiere ver de nuevo a Alajuelense convertido en campeón.