La novela de Carlos Barahona, Cartaginés y Saprissa tiene tantos capítulos, que en el camino impera la confusión; ya sea porque las partes no se explican con claridad o porque hay una parte de la historia que no nos cuentan. Lo cierto es que al menos Barahona ya reconoció que firmó con los morados por dos años, aunque fue un precontrato.
Hasta acá está todo más o menos claro. El defensor de 20 años está en su derecho de firmar, ya que termina su ligamen con los brumosos en junio y FIFA le permite a los jugadores llegar a un acuerdo con otro equipo cuando les resta solo seis meses de relación con su club anterior.
El embrollo se genera o en realidad lo provocó el propio zaguero antes del partido frente a Santos al preguntársele directamente: ¿Tiene un algo firmado con Saprissa?
Esta fue su respuesta a los medios en el Fello Meza, juzgue usted: “Sí firmé un precontrato, pero no es nada seguro. Ahorita están en conversaciones Cartaginés y mi representante (Andrés Imperiale), no sé si Saprissa también, para ver qué pasa con mi futuro... No sabría decir (lo que implica) este precontraro. Firmé por dos años, pero no es un contrato definitivo, siento yo. De esto el que sabe es el representante y él es el que resuelve”.
No sé usted, pero en mi caso me surgen muchas incógnitas que al parecer Barahona no puede o no sabe cómo explicar.
Si tiene un precontrato, el siguiente paso es hacer oficial su nuevo contrato. No obstante, sus palabras dan para muchas interpretaciones, hasta generan la duda de si se arrepintió o si es que el no jugar por este tema lo tienen pensando qué hacer.
Y es que también se le consultó: ¿Dónde quiere jugar?
“No lo puedo contestar. Esta es mi casa, he jugado en Cartaginés ocho años y este club me ha dado todo lo que tengo. Estoy muy agradecido con este equipo y si me toca que irme, lo haré feliz y con dos títulos. Lo que tengo que ver es mi futuro, uno tiene que ver por uno y por la familia. Andrés es el que sabe, es mi mano derecha y confío en él”, añadió a la prensa.
Otro tema que podría complicar su salida a Saprissa es el pago de los derechos de formación. Y es que Carlos llegó al conjunto de la Vieja Metrópoli a los 12 años, por lo que los brumosos están en su derecho de cobrar o negociar con los morados, si así lo quieren.
“La situación está medio confusa. Todo se lo dejo a mi representante (Andrés Imperiale), que es mi mano derecha y al Cartaginés que es mi equipo... Con los Vargas me llevo muy bien, tengo buena comunicación con el gerente y nos llevamos bien. Estamos viendo qué resolvemos. Bien que mal, hay una firma de por medio, que hay que solucionarla. Ahorita no estoy jugando y no es por cosas deportivas, sino por cosas extracancha”, finalizó el jugador.