Kevin Cabezas jamás imaginó que la llegada de Alexandre Guimaraes a Liga Deportiva Alajuelense sería su gran oportunidad, esa que nunca tuvo con Andrés Carevic.
Aunque parezca extraño, el técnico que lo llevó al club no le dio la regularidad que él añoraba, ni siquiera por rotación, porque tan solo le concedió 24 minutos en el partido contra Pérez Zeledón.
Mientras que el timonel recién llegado lo alineó como titular de inmediato en un partido de corte internacional frente a New England Revolution.
Fue una de las variantes anunciadas y premeditadas de Alexandre Guimaraes, uno de los jugadores que quería ver. Y que realidad toda la afición quería ver también, porque no había tenido la oportunidad de mostrarse.
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Con eso, Guima se rescató un jugador, uno de esos futbolistas que muchas veces no se explican por qué no son tomados en cuenta si se esfuerzan al máximo.
“Tengo dos meses y medio de estar esperando, sí quería jugar mi primer partido en casa, con el estadio lleno y de titular, era algo que anhelaba desde niño, sinceramente. Pero creo que debo mucho todavía, tengo mucho para dar, tengo mucho por mejorar. Con el tiempo voy a ir mejorando y demostrarle a la gente que puedo darle mucho a la Liga Deportiva Alajuelense”, expresó Kevin Cabezas.
De él ni siquiera se conocía cómo era en realidad a la hora de emitir declaraciones, porque el día de su presentación como futbolista de la Liga era claro que le ganaba le emoción, sentado al lado de Diego Campos, Jonathan Moya y Manjrekar James. Es manudo desde la cuna y se notaba con mucha ansiedad.
“Lo he dicho muchas veces y lo repito, siempre lo soñé, siempre desde niño quise jugar, desde que mi papá me traía al estadio, desde que entraba sentía una sensación y la piel se me ponía de gallina. Yo me decía: ‘Qué chiva poder jugar algún día aquí’. Y aquí estoy”.
Quizás todo era una prueba de persistencia y de perseverancia, también de una oportunidad más para ese futbolista con una carrera en la que todo se dio muy rápido, de golpe, hasta de manera inesperada si se quiere.
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“En algún momento creí que no iba a jugar fútbol profesional, nunca me pasó por la mente y un día tomé una decisión. Se empezó a dar todo muy rápido. En el 2019 debuté en Segunda División y rapidito estaba en Liberia, luego estaba en Primera División con un ascenso y en seis meses paso a la Liga. Ha sido rápido, pero si uno quiere mejorar y hacer las cosas de buena manera en el club que usted ama, tiene que hacerlo pronto”.
Una de las más gratas sorpresas fue ver que un técnico con el cartel de Alexandre Guimaraes creyera en él de buenas a primeras.
Confesó que ni siquiera él tiene claro qué fue lo que le vio Guima y es algo que espera descubrir en el camino. Cree que un técnico de ese calibre no iba a llegar a un equipo sin investigar de los jugadores.
“Me imagino que tuvo que haber visto algo. Me dijo que tenía que verme mejor, porque no me había visto mucho en el campeonato nacional, pero creo que cuando llega y te dice que vas a jugar, no solo me está tomando en cuenta a mí, sino a todo el plantel y eso es muy importante”, destacó Kevin Cabezas.
Durante este tiempo, nunca se quejó por no jugar, pero eran cosas que tenía guardadas y en algunos momentos su rostro desencajado al pasar otro partido sin jugar reflejaba esa frustración que cargaba por dentro.
“Mientras él me de la confianza, intentaré retribuirlo en la cancha y darlo todo por el equipo, que se lo merece. Sabemos que estamos en deuda. Cada uno trabaja su parcela y tratar de hacerlo de la mejor manera”.
¿Por qué no jugaba? Esa pregunta se la hizo una y otra vez, pero él no llegaba a una conclusión específica. Lo único era que cada entrenador tiene su pensar y toma sus decisiones.
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Él pasó de ser el futbolista con más minutos en el torneo anterior a estar relegado a la banca en Alajuelense. Considera que eso lo afectó, porque se pierde el ritmo de juego y otras cosas.
Pero así a como Guima sembró la semilla de la esperanza en el liguismo, ese mismo efecto lo generó en él.
“Lo afronto como un reto, porque de todas las cosas se tiene que aprender, de los momentos buenos o malos hay que sacar lo bueno y hacer lo mejor para seguir sumando minutos”.
Con todo lo que vivió en su primer partido como titular con Alajuelense, metido en el juego, dando pases correctos y sintiendo el respaldo de sus compañeros cuando perdía un balón, el futbolista sentía el calor del Morera Soto que también lo cobijaba.
“Se me viene a la cabeza cuando yo venía al estadio, hasta se me pone la piel de gallina y todo, pero se me vienen los recuerdos de esa afición que siempre está ahí. Sabemos que estamos en deuda con la afición y eso es algo muy importante. Es una oportunidad para empezar de nuevo. Esto es lo que necesita el club, un nuevo comienzo, un nuevo camino y hacer las cosas de la mejor manera”.
Kevin Cabezas fue muy sincero y no se cansaba de decir que pasar dos meses y medio sin jugar resultó ser una prueba difícil y no podía jugar.
“Por parte del profesor Andrés Carevic no sé, son decisiones que toman. Ellos al final sabrán lo que deciden para el pro del equipo. Con el profesor Guimaraes desde el primer día que me recibió y me saludó, me recibió de una manera muy cálida.
”Esa confianza que da que de primera la necesitás desde hace tiempo, te hace sentir muy bien. Podría decirse que te hace sentir bien y a uno lo motiva para intentar darlo todo”.
Tampoco fue que Guima conversó mucho con él. Kevin Cabezas reseñó que en realidad fue algo algo breve, lo suficiente para manifestarle desde el primer momento lo que quería que hiciera en el sistema de juego.
“Fueron solo dos días de entrenamiento, pero vamos por buen camino con lo que quiere que haga. Juegue poquito o juegue mucho, al final es lo que él me pide y tengo que estar listo”.
Después de esa vivencia que tuvo en su primer partido como titular con la Liga, Kevin Cabezas sabe que tiene que mejorar la parte física, algo que le costó porque casi no ha jugado.
“Ayudé mucho en tapar espacios, apretar al rival, tratar de recuperar el balón y en el funcionamiento del equipo y cómo queda parado, eso es algo que recibo de buena manera. Falta muchísimo por mejorar y vamos por buen camino”, subrayó el contención.
Hoy se siente agradecido con Guima y con la Liga, porque aprendió que ser paciente también es parte del fútbol y que siempre hay que estar listo para cuando la oportunidad llega en el momento menos pensado.
“Tengo una competencia sana, con jugadores excepcionales a la par como Michael Barrantes y Celso Borges que los admiro muchísimo, así como Edward Cedeño con un futuro inmenso. Al final eso va a ayudar al equipo y es lo que importa”.
Por siempre tendrá esa incógnita de la razón por la cual no jugaba. Imaginaba que le faltaba cosas en el rendimiento. No tiene idea de si era algo más, porque asegura que siempre trabajaba fuerte. Para él es borrón y cuenta nueva.
Alexandre Guimaraes llegó a sacarlo del banquillo al que estaba relegado y lo hizo vivir su gran sueño de jugar por primera vez como titular con Alajuelense, el equipo de sus amores.
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