En la cancha de San Juan Sur de Poás de Alajuela, un pequeño niño llegaba solo todas las tardes a rematar al marco una y otra vez.
En más de una ocasión, el pequeño Kevin Cabezas Rodríguez tuvo que saltar la malla e ir a recoger el balón al cafetal rodeado de pinos que estaba detrás del marco. Allí se dio cuenta de lo importante que era tener puntería y ser certero al potenciar su fuerte remate.
Aquella anécdota es solo una de las tantas del hoy volante de recuperación del conjunto de Municipal Liberia, quien es uno de los 11 debutantes del club en la máxima categoría y quien suma cuatro tantos en los 12 partidos del actual Torneo de Apertura 2023.
Kevin, de los cuatro tantos que suma en la Primera División, tres son desde los linderos del área. Le anotó uno a San Carlos y dos a Herediano, así como uno de cabeza a Alajuelense y es uno de los máximos anotadores del equipo junto al mexicano Raúl Vidal, quien también tiene cuatro dianas.
Desde su posición de marcador, es uno de los jugadores más peligrosos del Municipal Liberia y al cual deberá poner cuidado la defensiva de Alajuelense, que visitará este domingo el estadio Edgardo Baltodano, a las 3 p. m. para medirse a los pamperos.
“Inicié a los 12 años en la academia Wílmer López de Carmelita, pero al ser muy pequeño no tuve tanta oportunidad y regresé a casa. Después me incorporé a la Academia de San Rafael de Poás de Alajuela que tenían los formadores José Joaquín Alfaro y José Alfaro Lobo, con los cuales gané varios torneos de Linafa, tanto a nivel regional como nacional”, explicó Cabezas.
Con un futuro incierto en el fútbol, Kevin abandonó el colegio en sétimo año para ayudar a su familia y ganarse su sustento. Se dedicó a trabajar en construcción, junto con su abuelo, y por las noches en un bar, donde atendía en la barra y en el salón a los clientes, aunque siempre soñando con tener una oportunidad para demostrar sus condiciones.
Al cumplir 19 años, su amigo Joshua Parra, quien el mes pasado sufrió un grave accidente de tránsito en Guatemala, lo invitó a acompañarlo a realizar una prueba en el Carmelita, donde ambos lograron quedarse en el alto rendimiento a la espera de una oportunidad.
“Al estar en Carmelita, tuve que dejar de trabajar en el bar y como no tenía dinero, empecé a vender pan que hacía mi mamá (Karen Rodríguez). Con ese dinero pude costearme el transporte todos los días, desde San Juan de Poás hasta el estadio de Carmelita, y con mucho esfuerzo pude ser tomado en cuenta para el primer equipo”, comentó Cabezas.
Kevin Cabezas, entre decepciones y alegrías
Sin embargo, una vez más la suerte no lo acompañó y una lesión lo dejó sin oportunidad de jugar con Carmelita en el Torneo de Apertura 2021 en la Liga de Ascenso. Apenas pudo recuperarse para el cierre del Clausura 2022, donde jugó los últimos partidos y la segunda fase del torneo, realizando un buen trabajo y llegando con los carmelos hasta la final del Clausura 2022, que perdieron con Puntarenas.
La suerte para Kevin Cabezas cambió y tras terminar su ligamen con los verdolagas, fichó para el Municipal Liberia, donde la campaña anterior se proclamaron monarcas de la Segunda División y alcanzaron el añorado ascenso.
Al mirar atrás, el mediocampista liberiano confiesa que siente que todo se dio muy rápido, pues pasó de estar cerca de olvidarse del fútbol, a ser profesional y jugar en la Primera División. Ahora se ilusiona con mejorar, consolidarse y pensar en ser tomado en cuenta en la Selección Nacional a sus 24 años (los cumplió el miércoles).
“Creí que el sueño de niño, de jugar en la Primera División, no se iba a cumplir, que iba a quedarse de lado. Pero al final la vida me enseñó que los sueños se pueden cumplir con trabajo, esfuerzo y dedicación. Me sorprende la forma tan rápida que se han dado las cosas. Sin sacrificio no se logran las cosas y hoy le doy gracias a las personas que me apoyaron a no darme por vencido”, aseguró Cabezas.
Kevin agradeció el incondicional apoyo de sus padres, James Cabezas y Karen Rodríguez, de su hermano Deison Cabeza Rodríguez, a quien no le gusta el fútbol pero apoya al Municipal Liberia, así como a Saúl Gallo (adDg), quien siempre dio oportunidad a los jóvenes de Poás del Alajuela.
Así como lo demanda su posición en el campo de juego, Kevin en la vida ha tenido que ser aguerrido para tener su oportunidad, adaptarse a la “Ciudad Blanca” y ganarse la confianza del técnico Minor Díaz.
“Esta primera vuelta ha sido de prueba y error. Los que hemos debutado, hemos tenido que irnos soltando, tomando confianza. Estamos seguros de que en la segunda vuelta nos irá mucho mejor, tenemos más rodaje y esperamos sacar ventaja en nuestro estadio, donde tendremos seis juegos en casa y recibiremos a la Liga y el Saprissa”, indicó Cabezas.
“Es claro que debemos mejorar algunos detalles si queremos buscar la clasificación a la segunda ronda. Pero también contamos con un buen entrenador, que sobre todo es una buena persona, que exige, es respetuoso y sabe lo que este grupo puede darle”, añadió.